19 de enero de 2012

El Virus del Papiloma Humano ya es una epidemia.



Hace pocos meses, luego que un amigo descubrió que tenía cáncer terminal en la base de la lengua y otro murió de la misma enfermedad, comprendí que era más que una triste coincidencia. Ninguno fumaba o consumía alcohol de manera regular, dos factores de riesgo asociados al carcinoma espinocelular de la boca y la garganta. Eso dejó otra posible causa, de la que se habla menos: una infección causada por el virus del papiloma humano o VPH...

Los investigadores han ido descubriendo que este virus, ampliamente vinculado al cáncer cervical y a las verrugas genitales, también parece incrementar enormemente el riesgo de cáncer orofaríngeo, malignidades de las amígdalas, paladar suave, garganta y base de la lengua.

Existe más del doble de probabilidades de que afecte a hombres que a mujeres y el número de casos está creciendo a tal punto que los expertos médicos han empezado a referirse al problema como una epidemia.

En la década de 1980, la presencia del VPH en tumores de la boca y de la garganta era de aproximadamente 16%; esta cifra pronto se multiplicó hasta llegar a 73% a partir del año 2000, de acuerdo a una extensa revisión de datos de 3 registros de cáncer en la edición del 10 de noviembre de 2011, del Journal of Clinical Oncology.

Los autores del estudio pronosticaron que para el año 2020, el número de casos de cáncer de boca y de garganta relacionados con el VPH sobrepasará el número de casos de cáncer cervical, que es actualmente la razón de la vacuna contra el VPH.

Hombres en riesgo
Se considera que los hombres de mediana edad se encuentran particularmente en riesgo; el sorprendente aumento de casos de cáncer oral en los Estados Unidos durante los últimos años se ha visto principalmente en hombres de raza blanca de 50 años para abajo.

Es bien sabido que el VPH se propaga a través del contacto genital, incrementando el riesgo de las verrugas genitales y diversos tipos de cáncer, que incluyen el de cuello uterino, pene y ano. Lo que muchas personas tal vez no sepan es que el virus también se puede transmitir a través del sexo oral, el tipo de transmisión vinculada al cáncer oral.

Cuando se considera lo terriblemente común que es la infección de VPH (por lo menos el 50% de hombres y mujeres sexualmente activos la adquieren en algún momento de su vida y alrededor de 20 millones de estadounidenses se encuentran actualmente infectados) no es difícil entender por qué los profesionales de la salud han comenzado a hablar de una "epidemia" en relación al virus.

Vacuna controversial
Estas desalentadoras estadísticas fueron una de las razones por la que hace unos meses decidí aplicarles a mis 2 hijos adolescentes la vacuna VPH 4, Gardasil.

La vacuna fue aprobada en 2006 y destinada a niñas y mujeres de 9 a 26 años de edad; posteriormente, fue aprobada para hombres en el mismo rango de edad. En octubre de 2011, un comité de asesoramiento con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades tomó la valiente decisión de recomendar que los niños varones de 11 y 12 años de edad recibieran Gardasil como una vacuna de rutina.

El vínculo entre la vacuna y la prevención de los tipos de cáncer de la orofaringe está aún en estudio, pero la esperanza es que vacunando a los niños se les protegerá contra estos tipos de cáncer y otras condiciones relacionadas con el VPH y al reducir la transmisión del virus, también se ofrecerá protección indirecta a las mujeres.

La idea de vacunar a los menores contra una enfermedad que se transmite por contacto sexual es controversial, pero es la mejor arma que se tiene en este momento contra los tipos de cáncer relacionados con el VPH.


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Quiebra del paradigma: corresponsabilidad y tiempo.


La organización social y económica en nuestras sociedades se basa en la división sexual del trabajo. El mundo de la reproducción social y biológica queda en manos de las mujeres y su trabajo, responsabilidades y tiempos, invisibilizados frente al trabajo productivo en el ámbito público, espacio de prestigio y de compensación económica. En la actualidad, y a pesar de la incorporación de las mujeres al mercado laboral, coincidiremos que subsisten las consecuencias de la mantención de este esquema de organización social y económica; discriminación en el acceso, en el tipo de trabajo, brecha salarial, y restricciones en las posibilidades de promoción y ascenso.


La invisibilidad y desvalorización del trabajo doméstico y de cuidado acompaña a las mujeres en su incorporación al mercado formal del trabajo. Ciertamente la situación ha mejorado en la última década pero no se trata de una solución al problema y ésta implica un cambio de paradigma en la forma de organización social que históricamente hemos reproducido. El ámbito público se democratiza con mayor rapidez que el ámbito privado, espacio en el que la inclusión y participación de los varones sigue siendo minoritaria.

Superar este paradigma es tarea de largo aliento y requiere de iniciativas que vayan dirigidas a, por una parte redistribuir de manera equitativa los costos de la reproducción biológica y por otro la redistribución de tiempos y responsabilidades derivadas de la reproducción social. Así, garantizar el acceso de las mujeres en igualdad de condiciones y de remuneraciones que los varones por el mismo valor de trabajo, es tan importante como asumir horas cuidado en relación a los hijos/as y en relación a las tareas domésticas.

Para ello se requiere, en primer lugar, visibilizar y cuantificar el aporte de las mujeres a la economía de los países, es decir valorizar económicamente el trabajo que realizan en sus hogares, incorporar dichos valores en las cuentas públicas y adoptar las medidas que permitan ir superando una división del trabajo que excluye la reproducción de la fuerza de trabajo como otro trabajo.


Autoras
PAULA SALVO DEL CANTO
MARIELA INFANTE ERAZ
http://www.2015ymas.org/IMG/pdf/MUJERES_INTERIOR_v4.pdf