30 de junio de 2014

Las maquilas : forma “legal” de explotación.


En las décadas de los sesenta y setenta, muchas empresas estadounidenses iniciaron una reubicación de sus industrias a pocos kilómetros de distancia, sobre todo en Centroamérica.
Estas fábricas se denominan maquilas, término árabe que hace referencia a la porción de grano que le corresponde al molinero tras la molienda. En México, una cuarta parte de los trabajadores del sector industrial, más de un millón, trabaja en las más de cuatro mil maquilas situadas en el país. En Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá y República Dominicana son más de medio millón las personas que trabajan en este tipo de fábricas en condiciones muy precarias y con multitud de derechos recortados como la libertad sindical o de negociación.
Los principales sectores utiliados son los que requieren de un mayor uso de mano de obra. Así como las  industrias textiles, de montaje de productos eléctricos, de muebles o de juguetes.


La economía prima sobre la persona

¿Que dicen los gobiernos ante la instalación de estas empresas en sus países?
Los gobiernos de los países centroamericanos, consideraron a las maquilas "la solución" ante la falta de empleo y la pobreza que padece el sesenta por ciento de los más de treinta millones de centroamericanos. Por ello, facilitaronsu asentamiento a través de la creación de las llamadas zonas francas, áreas sometidas a controles aduaneros y fiscales especiales para fomentar las inversiones de las multinacionales. En muchos casos los gobiernos dejan totalmente exentas del pago de impuestos a estas empresas. Si estas situaciones cambian, las empresas trasladan las maquilas importándoles muy poco lo que dejan atrás.

La principal excusa que interponen los gobiernos para justificar la instalación de maquilas en sus territorios es que "contribuyen" a la modernización e industrialización del país y "favorecen" el desarrollo económico de la nación. Esta afirmación se ha demostrado que no es real. En primer lugar, el sector textil es una de las ramas con menor desarrollo industrial. Para la labor que se realiza en estas fábricas de Centroamérica, la maquinaria no es necesaria. Lo son más las manos de las personas que trabajan en la cadena, ya que para coser botones o bolsillos se requiere de mano de obra, no de tecnología punta. Es la parte de la confección más sencilla, la que no necesita formación ni alta mecanización.

Otras de las características que las marcan a las maquilas son la precariedad laboral y la supresión de derechos elementales de cualquier trabajador como la libertad sindical o de negociación.

Siempre pierden más las mujeres

Otra de las particularidades de las maquilas es la primacía de la contratación de mujeres: en torno a un ochenta por ciento del total de los maquiladores centroamericanos. Los empresarios buscan a chicas, de entre quince y veinticinco años, sin hijos y sin experiencia laboral. Al ser chicas tan jóvenes y en muchos casos proceder de zonas rurales, no tienen formación en lo referente a las legislaciones laborales ni derechos que deberían tener. Ellos consideran que de esta forma la mano de obra es dócil, paciente y disciplinada. Además, al dedicarse en muchos casos al sector textil, dan por hecho que son prácticas que dominan ya que también las deben realizar en sus tareas domésticas.

En todo el mundo las mujeres trabajan y tienen a su cuidado a sus respectivas familias. Pero también sucede que el trabajo, aunque sea idéntico al de los hombres, es considerado menos importante y se les paga menos por ello. Las mujeres centroamericanas trabajan por varias razones, pero la fundamental es la económica: las casadas no tienen dinero suficiente para atender a sus familias con el dinero de sus maridos o porque ellos no trabajan; las madres solteras tienen que mantener a sus hijos; y las solteras, necesitan ayudar a sus familias porque con el dinero de sus padres no pueden vivir.

Una de las condiciones que debe tener una trabajadora de una maquila es que no esté embarazadas. Para ello se realizan de forma rutinaria pruebas de embarazo. La organización Human Rights Watch (HRW) denunció el pasado año esta práctica en determinados países como la República Dominicana a pesar de estar prohibida por varios tratados internacionales de derechos humanos. Unas de las encuestadas por HRW, Sergia Báez, declaró que “me hicieron la prueba de embarazo, que es lo más importante para ellos”. En caso de dar positivo, la trabajadora esdespedida en el momento.

Además de las horas extras no pagadas, los salarios denigrantes o las largas jornadas de trabajo, hay otros hechos más graves como las denuncias presentadas por la violencia de los empresarios o supervisores con las trabajadoras. Se ejerce en todas sus vertientes, desde la física, hasta la sexual. El hecho de que las mujeres trabajen en horarios nocturnos facilita en algunos casos los abusos sexuales.

Las condiciones en las fábricas no facilitan el trabajo ya que no son las apropiadas. No se respetan las legislaciones medioambientales y tampoco las sanitarias. En las galerías hace demasiado calor, las maquiladoras trabajan durante horas de pie, sin tiempo para tomarse un descanso. En el caso de tener que asistir a consultas médicas, los permisos para tomarse unas horas brillan por su ausencia. Y la seguridad laboral es una utopía, sobre todo en lo referente al manejo de productos químicos, a causa de lo cual en algunos países han acaecido intoxicaciones masivas

Las maquilas son una forma “legal” de explotación. Las condiciones en las que se encuentran sus trabajadores, especialmente las mujeres, son indignas. Como decía Ken Loach en una de sus últimas películas en voz de una de las trabajadoras protagonistas “queremos pan, pero también queremos rosas”. El trabajo, el pan, con salario ridículo, no es lo único que requieren estos países víctimas de esta práctica. Los derechos laborales y mejores situaciones de trabajo, las rosas, deben ser igualmente importantes.

http://laq-pilpintu.webnode.cl/products/que-son-las-maquilas-/



16 de junio de 2014

Tras la descolonización, la “despatriarcalización”



Los gobernantes del Grupo de los 77 (G-77), el mayor bloque de países del Sur en desarrollo más China, se reunirán en Bolivia  para conmemorar el 50 aniversario de su fundación.
El grupo original de 77 países reúne ahora a 133 estados, convirtiéndose así en la mayor coalición de gobiernos del ámbito internacional. Centrales entre las prioridades del G-77 desde su creación han sido la promoción de una agenda de equidad entre las naciones y las personas, el desarrollo sostenible e inclusivo y la solidaridad mundial.
Pero nada de eso se logrará sin la incorporación completa de las metas de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
A fines de mayo viajé a Bolivia para asistir a una histórica reunión internacional, en preparación para la Cumbre del G-77, dedicada exclusivamente a las mujeres y la igualdad de género. Más de 1.500 mujeres, muchas de ellas indígenas, colmaron la sala, llena de energía.
El presidente boliviano, Evo Morales, también estuvo presente, como testimonio de su compromiso y liderazgo en torno a esta agenda fundamental.
De esa reunión surgió un mensaje, alto y claro. Si queremos que en el siglo XXI cesen la discriminación, la desigualdad y la injusticia debemos centrarnos en las mujeres y las niñas – la mitad de la población mundial -, que siguen sufriendo discriminación todos los días y en todas partes.
El siglo XX acabó con la colonización. Ahora el siglo XXI debe ponerle fin a la discriminación contra las mujeres. De la descolonización debemos pasar a la “despatriarcalización”.
Esta reunión tuvo lugar en un momento crítico y en un lugar significativo. América Latina vivió sus propias luchas contra la discriminación y la opresión. En un continente al que solían caracterizar notables desigualdades y dictaduras violentas surgió un vibrante movimiento que puso a la región en el camino de la justicia social, la democracia y la igualdad.
En Bolivia existe una norma constitucional contra la violencia contra las mujeres y una ley contra la violencia política que la hacen pionera en la región y más allá.
Esta esperanza de un futuro mejor y más justo debe extenderse al mundo en su totalidad, y el G-77 puede desempeñar un papel decisivo en esto.
La elaboración de la agenda de desarrollo post-2015 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) está llegando a una etapa crítica. El Grupo de Trabajo Abierto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible está a punto de concluir su labor y los estados miembros concluirán la nueva agenda de desarrollo en el curso de 2015.
Esto coincide con el examen y la evaluación de los 20 años de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing (1995), el marco de referencia internacional para lograr la igualdad de género y los derechos de las mujeres.
Beijing +20 nos brinda la oportunidad de impulsar una aplicación rápida y efectiva de la agenda de la igualdad de género y los derechos de las mujeres y de velar para que sea un elemento central del nuevo marco de desarrollo.
Debemos sacar el máximo provecho de estos procesos y sus interconexiones para garantizar que la igualdad de género, los derechos de las mujeres y su empoderamiento tengan un lugar destacado en la nueva agenda de desarrollo, así como acelerar su implementación.
Tenemos la oportunidad histórica y la responsabilidad colectiva de convertir a los derechos y el bienestar de las mujeres y las niñas en una prioridad política, tanto en el planeta como en cada país. Con este fin, el nuevo marco debe adoptar un enfoque integral, transformador y basado en los derechos que aborde la desigualdad estructural y la discriminación de género
Este enfoque integral debe incluir objetivos para eliminar la discriminación contra las mujeres en las leyes y las políticas, cesar la violencia de género, asegurar la efectividad de los derechos de salud sexual y reproductiva de las mujeres y las adolescentes a lo largo de sus vidas, y el reconocimiento, reducción y redistribución del trabajo de cuidados no remunerado.
Llegó la hora de ponerle todo el peso político a la aprobación de leyes que eliminen la discriminación contra las mujeres y promuevan la igualdad de género.
Llegó la hora de asignar recursos que financien los servicios a las víctimas y sobrevivientes de la violencia contra las mujeres.
Llegó la hora de fortalecer la recopilación de datos nacionales y llevar a cabo una investigación sobre el uso del tiempo para comprender mejor el trabajo de cuidados no remunerado o una investigación sobre la violencia contra las mujeres.
Llegó la hora de hacer que los espacios públicos sean seguros para las mujeres y las niñas.
Llegó la hora de mejorar la infraestructura rural para fortalecer el acceso de las mujeres a los mercados y ayudar a combatir la pobreza feminizada rural.
Llegó la hora de destacar la labor de quienes defienden la igualdad de género, de reconocer los modelos que han superado los estereotipos y ayudaron a crear igualdad de condiciones para las niñas y mujeres en todos los ámbitos, en la política y los negocios, en el mundo académico y en el servicio público, en el hogar y la comunidad.
El padre de la independencia de India, Mahatma Gandhi, dijo con razón que la verdadera liberación del colonialismo no se logrará a menos que cada ciudadano y ciudadana sea libre, igual y capaz de realizar su potencial.
El siglo XXI debe terminar con la vieja práctica del patriarcado y la discriminación de género, y desencadenar a las mujeres y las niñas para que puedan disfrutar plenamente de sus derechos humanos.

Por Lakshmi Puri
http://www.ipsnoticias.net/2014/06/tras-la-descolonizacion-la-despatriarcalizacion/

3 de junio de 2014

En Marruecos la igualdad divide.


Una propuesta para igualar los derechos de herencia de hombres y mujeres divide a Marruecos: para los “modernistas” es una aplicación de las garantías establecidas en la Constitución, para los islamistas es una violación de la ley islámica o shariá.

Y están los extremistas que lisa y llanamente quieren dar muerte a quienes promuevan la igualdad de derechos.
El tribunal penal de Casablanca sentenció en febrero al jeque Abou Naim a un mes de prisión diferida y a una multa equivalente a unos 60 dólares por emitir una fatua (edicto religioso) que ordena matar a Driss Lachgar, secretario general de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) y a otros activistas de izquierda.
Lachgar había presidido el 20 de diciembre una reunión de mujeres del partido en la que reclamó revisar las leyes de herencia a fin de establecer un sistema igualitario entre hombres y mujeres.
En un vídeo publicado en YouTube, Naim acusó a Lachgar de impío y apóstata, y llamó públicamente a matarlo. Además, el jeque calificó de “putas” a las mujeres de la USFP.
Para algunos, la sentencia contra Naim es demasiado liviana. Salah El Wadie, líder del movimiento Damir (conciencia), hizo notar que la condena fue por difamación y no por incitación al asesinato.
El escritor Ahmed Assid, descrito como “cerdo” en el vídeo de Naim, dijo a los medios de comunicación que el juicio fue “una farsa”.
Terminado el proceso, el debate sobre los derechos de herencia apenas comienza.
Fatima Ait Ouassi, del movimiento 20 de Febrero que reclama la igualdad de derechos, dijo a IPS que “ahora es una necesidad que hombres y mujeres compartan la herencia de manera equitativa”.
El movimiento 20 de Febrero surgió en 2011 en el marco de la Primavera Árabe. Promovió con éxito una nueva Constitución, aprobada en un referendo en julio del mismo año. La nueva carta magna estipula el igual reparto de bienes entre hombres y mujeres.
Sin embargo, el gabinete islamista que se formó luego de las elecciones generales, en noviembre de 2011, incluyó solo a dos mujeres. Y con recambio de octubre de 2013, ingresaron seis ministras entre 39 ministros.
Marruecos todavía está lejos de la igualdad de género en la política, pero nada impide al gobierno cumplir con la Constitución, dijo Ait Ouassi.
“Ya no vivimos en la vieja sociedad árabe en la que surgió el Islam y donde las mujeres vivían bajo la supervisión de los hombres”, dijo a IPS.
“Ahora, las mujeres trabajan y contribuyen plenamente a los bienes familiares igual que los hombres, y es inconcebible que se apliquen leyes de desigualdad en cuanto a la herencia familiar”, agregó.
Según Lachgar, 19,3 por ciento de las mujeres urbanas y 12,3 por ciento de las rurales son jefas de familia.
Ante la muerte de uno de los padres, la hija mujer tiene derecho a la mitad de lo que hereda el hijo varón, según la estricta aplicación de la shariá.
Si fallece un hombre casado, a la esposa le corresponde la octava parte de la herencia, a pesar de que “las mujeres trabajan aún más que los hombres”, dijo Samir El Harrouf, miembro del Partido Socialista Unido (PSU) a IPS.
Los conservadores estiman que esto es una aplicación literal de la “ley divina”.
“Nadie puede modificar los textos sagrados en relación a la herencia y la poligamia”, dijo a periodistas el experto en jurisprudencia musulmana Redouane Benchekroune.
Sin embargo, hay otras interpretaciones. “Según mis estudios (…), esto es simplemente una falsa interpretación de los textos”, dijo El Harrouf a IPS.
Lo que el Corán concede a las mujeres en materia de herencia es apenas el mínimo que debe respetarse; nada impide que se les dé más, agregó.
Nuevos estudios sobre jurisprudencia muestran la necesidad de “distinguir en los textos religiosos entre las constantes y las variables”, abundó El Harrouf.
“Lo constante son los asuntos de fe y culto. Otros requisitos varían según el contexto social e histórico, y dependen de las condiciones específicas de cada sociedad y de una fase particular de su desarrollo histórico”.
Ait Ouassi coincidió. “Así como fuimos capaces de enmendar el código de familia, tenemos que revisar las leyes de herencia que se contradicen con los tratados internacionales sobre derechos humanos. Debemos frenar inmediatamente todas las formas de discriminación de las mujeres”, dijo.
Marruecos ratificó la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer el 21 de junio de 1993. Un nuevo y más igualitario código de familia se convirtió en ley en 2005.
Según el nuevo código, la poligamia está prohibida excepto si la primera esposa la consiente y si la autoriza un tribunal competente.
Pero la gente se las arregla para eludir la ley, casándose fuera de los registros oficiales.
Cuando la nueva esposa queda embarazada, el tribunal se ve obligado a ratificar el matrimonio porque entran en juego un bebé recién nacido y sus derechos civiles.
Por lo tanto, los sectores progresistas reclaman ilegalizar sin más la poligamia.
Los islamistas que ahora están al frente del gobierno, y que eran oposición cuando se aprobó el código, lo calificaban “una incitación a la prostitución”.
Pero en este debate también ellos están divididos. El gobernante Partido Justicia y Desarrollo (PJD) considera que la campaña por herencia igualitaria constituye una presión extranjera para alterar “la identidad de la nación”.
Mostafa El Moutassim, líder del partido islamista Alternativa Civilizacional, sostuvo en un artículo en su página de Facebook que está dispuesto a revisar las leyes que rigen el reparto de las herencias.

http://www.ipsnoticias.net/2014/04/en-marruecos-la-igualdad-divide/