31 de marzo de 2018

¿Que quieren las Mujeres? Pensamiento Magico

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Uno de los misterios más profundos del comportamiento de las mujeres, desde temprana edad, la búsqueda del príncipe azul con caballo blanco y castillo, todo en combo.
Su exigente forma de concebir la realidad, la lleva a esperar siempre más de lo que se presenta, pero ¿por qué no alcanza a conformarse, a deleitarse y disfrutar de lo que la rodea?, bueno, este artículo intentará aportar una salida, que no solo ayudará a las féminas, sino a los hombres, ya sean niños, padres y parejas a comprender su mentalidad.

La  mujer disfruta de un rico paisaje interior, sobre el cual no tiene explicación, pero está en su mente, ese mundo donde todo es perfecto, donde la vida funciona como una gran maquinaria aceitada, con los mejores aceites esenciales.

Cuando la mujer se asoma a la realidad, se produce la gran colisión.

No se ve en el espejo como se imagina, los zapatos que compró no lucen como pensaba, su marido no es como imaginaba cuando eran novios, los hijos no se comportan como en la adorable serie de la Familia Ingals.

Y el matrimonio, su carrera, su vida, parece una mala versión de la película original, de la que ella misma fue directora, actriz y productora.

Cuando un hombre va a comprar, tarda minutos en decidir (por lo general, claro), pero la mujer no se puede conformar con lo que se expone en la vidriera, ella supone que se oculta entre los miles de cajas apiladas, “ese par de zapatos” que está buscando, que no sabe bien cómo es, pero seguro existe y lo reconocerá al verlo.

Esto es pensamiento mágico. 

Otra forma de pensamiento mágico es pretender que su pareja adivine sus gustos, parece que abandonara el control cuando dice: ”lo que quieras para mi está bien”, al elegir, por ejemplo, el destino de las vacaciones.

Pero en el fondo, espera que él conozca la mejor opción para ella, aunque ni ella ha podido decidirlo.

Ella desea controlar cada aspecto, porque solo así será posible la perfección, y aun cuando atienda hasta los mínimos detalles, el resultado no la satisface por completo.
¿Por qué? Porque la perfección no existe, y la tensión que esta exigencia implica, no puede llevar a un resultado feliz, no importa cuántos detalles se consideren, la tensión no nos dirige a la felicidad.

Ese estado de insatisfacción constante, no afecta solamente a la mujer, sino a los niños, que aprenderán a ser demasiado exigentes consigo mismos y con los demás, aprenderán a vivir en un ambiente de angustia por lo que no sale como se planeó, y sentirán la presión de cumplir con expectativas ajenas durante toda su vida.

También desorienta y agota al hombre que la acompaña.

Muchos hombres son desatentos, no se involucran demasiado en los temas femeninos, y son los menos afectados; pero otros, realmente se interesan por las necesidades de su compañera, se esfuerzan por comprenderla, son amables, recuerdan las fechas tan importantes para ella, comparten su tiempo libre en salidas y paseos.

Pero ocurre que nada la alegra lo suficiente, nada está muy bien, siempre faltó algo, o surgió algo que empañó la velada perfecta.

Chicas, observen a su alrededor, seguramente hay personas que las aman, y ustedes tan ocupadas con el orden, la apariencia y la aceptación… consideren que, para la mentalidad masculina, es un logro comprender nuestras constantes contradicciones, cambios de humor, berrinches y los profundísimos análisis que podemos hacer sobre cualquier tema.
No desalienten a su hombre, no se dejen llevar por la nave hormonal, simplifiquen, valoren, no se preocupen demasiado y sobre todo: disfruten, relájense, suelten el control.
Aprendamos a recibir lo que nos ofrecen con alegría, no esperemos a Brad Pitt, amemos a ese hombre con pancita, que descansa en el sofá, pensemos un poco qué necesita él, tal vez está cansado, como nosotras, tal vez tuvo un largo día también y no se queja, solo quiere estar ahí, en su hogar, con la mente en blanco haciendo zapping.

Ellos tienen la increíble capacidad de desconectarse de la realidad, mientras nosotras seguimos luchando por modificarla.

/www.taringa.net/posts/femme/19636775/Que-quieren-las-Mujeres-pensamiento-Magico.html

27 de marzo de 2018

Romper con la servidumbre por deudas y los roles de género en Nepal.



La abolición de la servidumbre por deudas ha favorecido la igualdad de los sexos en Nepal. El Proyecto Bridge de la OIT favorece la transición de los trabajadores de la servidumbre por deudas al trabajo decente e imparte a las mujeres competencias en ámbitos profesionales tradicionalmente ocupados por los hombres.
Punam Rana, es una mujer Kamaiya liberada que se forma como carpintera. El sistema Kamaiya era una forma de servidumbre por deudas en la cual un trabajador y su familia suscriben un contrato informal con un propietario de tierras a fin de realizar tareas agrícolas a cambio de un pago en especias, como un pequeño porcentaje de la cosecha.
En épocas de escasez, los Kamaiyas tienen que endeudarse con el propietario pidiéndole un préstamo. La naturaleza informal del acuerdo y el desequilibrio de poder inherente a la relación entre los Kamaiyas y el propietario de las tierras dejan a los Kamaiyas vulnerables a las prácticas abusivas y a la explotación, enfrentando malas condiciones de trabajo y a la servidumbre por deudas a largo plazo, transmitida de una generación a otra.

En 2002, bajo la creciente presión de los activistas, la comunidad de las ONG y los mismos trabajadores, el Gobierno de Nepal abolió el sistema Kamaiya, liberando a todas las familias y otorgándoles 2-5 kattha de tierra a cada uno (entre 679 y 1.690 metros cuadrados), suficiente para la construcción de una casa pequeña, pero no para garantizar una agricultura de subsistencia. La familia de Punam fue una de las que se benefició, actualmente posee una parcela de tres kattha.

Incorporar a los Kamaiyas en el mercado de trabajo.

La propiedad de la tierra es sólo el inicio del proceso de rehabilitación de los Kamaiyas. Los factores socioeconómicos que obligan a los trabajadores a aceptar las condiciones precarias del sistema Kamaiya con frecuencia persisten, y la disponibilidad limitada de oportunidades de empleo en las zonas rurales de Nepal ejercen una presión económica enorme sobre las ex familias Kamaiya.

Como numerosos ex Kamaiyas, el padre de Punam era un agricultor de subsistencia. Sin embargo, cuando resultó herido y no pudo seguir trabajando, la responsabilidad de mantener a su familia cayó sobre las espaldas de Punam, en cuanto la mayor de los hijos. A pesar de haber completado el undécimo año en la escuela, sin ninguna educación formal o formación, no logró encontrar trabajo.

Proveniente de una familia que estaba en régimen de servidumbre por deudas, Punam fu contactada por Bhim Kaini, un movilizador social de UCEP Nepal. Esta organización aspira a mejorar las condiciones de vida de los niños desfavorecidos y recientemente se asoció con la OIT a fin de ofrecer formación a los ex trabajadores forzosos como parte del proyecto Bridge de la OIT.
El proyecto Bridge , financiado por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, tiene el objetivo de ofrecer apoyo a los trabajadores liberados del régimen de esclavitud por deudas en los distritos de Kanchanpur y Bajura en el extremo oeste del país. Gracias a este proyecto, los trabajadores liberados reciben formación profesional a fin de mejorar su empleabilidad, después son puestos en contacto con el mercado laboral a través de períodos de prácticas en las empresas, o se les proporciona apoyo adicional para facilitar el trabajo por cuenta propia. La formación abarca 14 oficios en los sectores de la construcción la agricultura y el transporte. Para finales de 2018, el proyecto Bridge espera estima formado a 600 trabajadores en Kanchanpur y Bajura.

Como movilizador social que trabaja para el proyecto, Bhim Kaini tiene acceso a las comunidades de los trabajadores que estaban en régimen de servidumbre por deudas y referirlos a los servicios de empleo y medios de subsistencia de proyecto Bridge. Fue gracias a Bhim Kaini que Punam se enteró de la formación de dos meses de duración en carpintería, impartida por UCEP, a la cual actualmente participa. Una vez finalizada la formación, Punam hará una pasantía de tres meses, después de lo cual será contratada por la empresa. Además, ella tendrá la oportunidad de completar un segundo nivel de formación que la capacitará para trabajar como formadora de carpintería para complementar sus ingresos.

“Punam es una aprendiz muy dedicada y expresó su deseo de convertirse en una formadora principal en el futuro de manera que pueda compartir sus conocimientos con otras mujeres de la comunidad,” declaró Mahesh Katharia, formador principal de UCEP.

Superar los roles de género tradicionales.

Además de proporcionar un apoyo vital a la subsistencia de los ex trabajadores forzosos, el proyecto Bridge ofrece a las mujeres la oportunidad de desarrollar sus competencias en ámbitos tradicionalmente masculinos. Los informes preliminares sobre la formación impartida en Kanchanpur muestran una alta participación de las mujeres en ocupaciones no tradicionales como albañilería y carpintería. En algunos casos, la participación de las mujeres supera el 70 por ciento.

En estos sectores, los empleos han estado tradicionalmente reservados a los hombres debido a las expectativas de género sobre el tipo de trabajo que las mujeres deberían realizar, sobre todo en las comunidades rurales. No obstante, la situación está cambiando. Gracias a un mayor acceso a la educación y debido a que un número mayor de hombres dejan Nepal para buscar trabajo en el exterior, se están abriendo nuevas oportunidades de empleo para las mujeres.

Punam es optimista sobre los cambios que se están produciendo en su comunidad y en todo el país. “La Presidencia de la República, la Dirección de la Asamblea Constituyente y de la Corte Suprema, están ocupadas por mujeres. Si ellas pueden desempeñar esos cargos, ¿por qué no puedo yo trabajar como carpintera?,” señaló Punam.

Según las últimas estimaciones, entre las 40 millones de víctimas de la esclavitud moderna en el mundo, alrededor de 25 millones son víctimas del trabajo forzoso y las mujeres y las niñas están afectadas de manera desproporcionada. El Protocolo sobre trabajo forzoso de la Organización Internacional del Trabajo establece medidas dirigidas a prevenir el trabajo forzoso, proteger a las víctimas protección y garantizarles reparación y castigar a los autores, y trabajar en asociación con otros actores para poner fin al trabajo forzoso. Pero muchos países, incluido Nepal, todavía tienen que ratificado.

http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/features/WCMS_622397/lang--es/index.htm

23 de marzo de 2018

Primera ministra escocesa se suma a #ToxicTwitter y pide a la red que actúe contra los abusos a las mujeres.


Nicola Sturgeon respalda la campaña “Toxic Twitter” para eliminar los abusos contra las mujeres.
La ministra principal de Escocia, , se unió hoy, junto a las políticas más relevantes de la región, a la campaña “Toxic Twitter” lanzada por Amnistía Internacional (AI) para pedir a la red social que tome medidas para erradicar los abusos contra las mujeres.

La iniciativa #ToxicTwitter ha sido anunciada con motivo del duodécimo aniversario de la publicación del primer tuit y a raíz de un informe en que AI revela que la red social ha respondido de forma inconsistente ante casos de abuso, incluso cuando estos han violado su propia política.

Sturgeon, junto a la líder del Partido Conservador escocés, Ruth Davidson, y la exresponsable de los laboristas Kezia Dugdale, ha relatado episodios de violencia en un vídeo que recoge los abusos padecidos por mujeres en Twitter, entre ellos amenazas de muerte, violación y mensajes homófobos y racistas.

“El abuso en línea es inaceptable. Si hay algún comentario sobre algún político que cruce esa línea y se vuelva amenazante o sexista, racista u homofóbico, creo que es apropiado actuar”, dijo Sturgeon, que denunció haber recibido mensajes que animaban a lincharla y a ejercer violencia sexual sobre ella.

La líder nacionalista resaltó además la urgencia de tomar medidas contra este tipo de prácticas ante el riesgo de que desanimen a las mujeres jóvenes a implicarse en política.

Davidson, quien fue la primera mujer líder de un partido político en el Reino Unido en declararse homosexual, señaló la importancia de eliminar la discriminación homófoba que ella ha padecido en Twitter.
Dugdale, por su parte, explicó que denunció ante la Policía tres casos de amenazas de muerte, incluso un mensaje en que se le decía que debía “ser atacada con una bayoneta”.

El informe de AI recoge que las figuras públicas como las mujeres dedicadas a la política o al periodismo son las más propensas a recibir amenazas de muerte y violación, y abusos racistas y sexistas.
Una encuesta contenida en el documento, realizada entre más de 1.000 mujeres británicas y estadounidenses, reveló que el 78 % no cree que pueda expresar una opinión en Twitter sin recibir respuestas que contengan violencia o abuso.

Kate Allen, directora de AI en el Reino Unido, dijo que la plataforma social se ha convertido en un “lugar tóxico para las mujeres” y urgió a la empresa a cambiar esta situación.
“Durante demasiado tiempo, Twitter ha sido un espacio donde las mujeres han podido ser amenazadas de muerte o violación, y donde sus géneros, etnias y orientaciones sexuales son atacados”, apuntó, y añadió que la red social “no hace lo suficiente para detener a los trols”.

Mas informacion de la campaña: https://www.amnesty.org/en/latest/research/2018/03/online-violence-against-women-chapter-1/#topanchor

http://laciudaddelasdiosas.blogspot.com/2018/03/primera-ministra-escocesa-se-suma.html

21 de marzo de 2018

Las mujeres siguen teniendo menos posibilidades que los hombres de participar en el mercado de trabajo en gran parte del mundo.


A pesar de notables progresos alcanzados durante los últimos 20 años, las cifras actualizadas de la OIT muestran que persisten las desigualdades entre mujeres y hombres en el acceso al mercado laboral y en las condiciones de trabajo.
Las mujeres tienen menos posibilidades que los hombres de participar en el mercado de trabajo en gran parte del mundo, según un nuevo estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado en víspera del Día Internacional de la Mujer (el 8 de marzo).

Según el informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Avance global sobre las tendencias del empleo femenino 2018 , la tasa mundial de participación de las mujeres en la fuerza de trabajo – de 48,5 por ciento en 2018 – sigue estando 26,5 puntos porcentuales por debajo de la tasa de los hombres. Además, la tasa de desempleo de las mujeres para 2018 – 6,0 por ciento – es alrededor de 0,8 puntos porcentuales más alta que la de los hombres. Estos datos indican que por cada diez hombres que trabajan, sólo seis mujeres están empleadas.

“A pesar de los progresos alcanzados y de los compromisos asumidos para avanzar más, las perspectivas de las mujeres en el mundo de trabajo aún distan mucho de ser iguales a las de los hombres,” declaró Deborah Greenfield, Directora General Adjunta de Políticas de la OIT.
“Ya sea que se trate del acceso al empleo, de la desigualdad salarial o de otras formas de discriminación, es necesario hacer más para revertir esta tendencia persistente e inaceptable, a través de la adopción de políticas dirigidas a las mujeres, tomando también en cuenta las exigencias desiguales que enfrentan en las responsabilidades de cuidado y trabajo en el hogar,” agregó.

Sin embargo, el informe revela grandes diferencias, según la riqueza de cada país.

Por ejemplo, la diferencia entre las tasas de desempleo de las mujeres y los hombres en los países desarrollados es relativamente baja. En Europa Oriental y América del Norte, las mujeres incluso registran tasas de desempleo inferiores a las de los hombres.

Por el contrario, en regiones como los Estados Árabes y África del Norte, las tasas de desempleo femenino siguen siendo dos veces más altas que las de los hombres, a causa de las normas sociales prevalecientes que siguen obstaculizando la participación de las mujeres en el empleo remunerado.

Otro ejemplo de estas diferencias es que la disparidad entre las tasas de participación de hombres y mujeres se está reduciendo en los países desarrollados y en desarrollo, mientras que sigue aumentando en los países emergentes. Sin embargo, esto puede reflejar el hecho del creciente número de mujeres que se incorporan a la educación formal, lo cual retrasa su ingreso al mercado de trabajo.

Con demasiada frecuencia en trabajos informales, no lo suficiente en cargos directivos.

El informe muestra además que las mujeres enfrentan importantes déficits en la calidad del empleo. Por ejemplo, en relación a los hombres, las mujeres siguen teniendo el doble de probabilidades de ser trabajadoras familiares no remuneradas. Esto significa que ellas contribuyen a la empresa familiar orientada al mercado, pero con frecuencia están sujetas a condiciones de empleo vulnerables, sin un contrato escrito, sin que se respetan las leyes del trabajo o los convenios colectivos.

Mientras que en los países emergentes la proporción de mujeres trabajadoras familiares no remuneradas ha disminuido en la última década, en los países en desarrollo sigue siendo alta, 42 por ciento del empleo femenino en 2018, frente a 20 por ciento del empleo masculino, sin señales de mejora para 2021.

Como resultado, las mujeres siguen estando sobrerrepresentadas en el empleo informal en los países en desarrollo.

Estas conclusiones confirman además estudios anteriores de la OIT que advirtieron de las grandes brechas de género en los salarios y la protección social.

En lo que se refiere a las mujeres que dirigen empresas, los autores constatan que a nivel mundial, cuatro veces más hombres que mujeres trabajan como empleadores en 2018. Este tipo de brecha de género también se refleja en los puestos de dirección, donde las mujeres siguen enfrentando obstáculos en el mercado de trabajo cuando se trata del acceso a cargos directivos.

“Los persistentes desafíos y obstáculos para las mujeres reducirán la posibilidad de las sociedades de abrir vías para el crecimiento económico con desarrollo social. La eliminación de las diferencias de género en el mundo de trabajo debería seguir siendo una prioridad absoluta si queremos alcanzar la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas de aquí a 2030,” precisó Damian Grimshaw, Director del Departamento de Investigación de la OIT.

http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_619550/lang--es/index.htm

20 de marzo de 2018

Diversas pero no dispersas.


Durante varios años nos preguntamos por qué éramos tan pocas en las marchas del 8 de marzo, y añorábamos aquella del 85 en la que se llenó 18 de Julio con mujeres que llegaban de todas partes. También hubo algunas por el orgullo gay, cuando se conmemoraba en junio, en que ni siquiera éramos suficientes para cortar media calle.

Como dice la antropóloga feminista Mari Luz Esteban, “el cuerpo es un nudo de estructura y acción, de experiencia y economía política”,1 y por ello todo avance feminista implica siempre una experiencia de los cuerpos, una acción de aparición performativa en el espacio público, como resistencia, como acción discursiva y afirmación de identidades políticas. Continuidades y/o rupturas, según desde dónde se enfoque el análisis, lo cierto es que los últimos dos años han mostrado cambios significativos en las formas de expresión de los feminismos.

La diversidad de éstos es cada vez más diversa y esa es, además, su mayor riqueza, porque expresa las múltiples formas, espacios, estrategias, desde donde los feminismos luchan por modificar las situaciones de exclusión y subordinación de las mujeres, intersectadas por condiciones étnico raciales, generacionales, sexuales, que crean desigualdad. Una diversidad que trae nuevas voces y presencias, forjadas desde otras experiencias y culturas, y que proponen múltiples categorías y epistemologías de conocimiento y acción, con enorme impacto en la teoría feminista.

En 2015 las plazas, las calles y las escuelas de Brasil (particularmente en Rio de Janeiro) se llenaron de voces feministas contra proyectos que pretendían restringir aun más el derecho a decidir de las mujeres sobre su capacidad reproductiva.

El abuso sexual de una joven por parte de un grupo de machos, que además grabó su “hazaña”, fue otro desencadenante de lo que comenzaron a llamar la “primavera de las mujeres”: una emergencia de rostros y voces que combinó el ciberactivismo con la presencia física en las calles. El hashtag “primer asedio” desbordó de testimonios y pronunciamientos contra el machismo cotidiano. Paralelamente, las organizaciones de mujeres negras construyeron durante más de un año la “Marcha de las mujeres contra el racismo, el machismo y por el buen vivir”, que confluyó en Brasilia el 25 de julio, fortaleciendo la presencia política de las mujeres afrodescendientes en el feminismo brasileño y el latinoamericano.

La movilización convocada para el 3 de junio de 2015 en Argentina, con la consigna “Ni una menos”, se extendió rápidamente a otras ciudades latinoamericanas, incluida Montevideo, y fue la antesala del Paro Internacional de Mujeres del último 8 de marzo.

Simultáneamente, y desde otros territorios, otras mujeres se convertían en símbolo de lucha y resistencia contra el extractivismo y las multinacionales, como Berta Cáceres –voz del pueblo lenca–, Máxima Acuña, en Perú, las mujeres indígenas de Guatemala, o las madres de desaparecidos en México.

MÚLTIPLES SENSIBILIDADES. 

La diversidad de luchas fue acercando espacios que se habían mantenidos separados durante mucho tiempo, pluralizando las miradas y voces del feminismo latinoamericano y caribeño. Aquellas calles en las que unos años antes nos costaba reunir grandes mayorías, desbordaron con una nueva identidad colectiva de jóvenes y viejas, con voces, rostros y rabias diversas, y multiplicidad de consignas y demandas.

“Tocan a una tocan a todas”, expresa un colectivo que va mas allá del enfrentamiento a la violencia, es una afirmación de los cuerpos inviolables, de una identidad múltiple y diversa que subvierte el orden cultural establecido.

Sin embargo, como demuestra la práctica política feminista en diferentes países, sólo una mirada abierta y plural es capaz de hacer confluir las múltiples sensibilidades políticas que surgen de la subversión de los modelos hegemónicos. Y este es uno de los mayores desafíos y un nudo significativo para las subjetividades políticas de los feminismos: ¿podrán generarse los diálogos y las escuchas que hagan posible inaugurar un nuevo tiempo político en medio de la diversidad de sensibilidades, cuerpos y opresiones?

En el feminismo existen corrientes antagónicas que se basan en expulsar de la “casa” a quienes piensan y actúan diferente, y a veces esos debates adquieren una virulencia que pone en duda la posibilidad de expresar una nueva sensibilidad política.

Por el contrario, el desafío actual es reestructurar el campo del deseo, como propone Franco Berardi, y también el del poder. Si “las utopías de la modernidad se fundaron sobre la exaltación testosterónica de la juventud (…) nuestra fuerza ya no puede basarse en el ímpetu juvenil, la agresividad masculina, la batalla, la victoria o la apropiación violenta, sino en el gozo de la cooperación y el compartir. Reestructurar el campo del deseo, cambiar el orden de nuestras expectativas, redefinir la riqueza, es tal vez la más importante de todas las transformaciones sociales”.2

Para esta transformación se necesita desterrar las lógicas “fundacionales”, el vanguardismo y la apropiación de las subjetividades colectivas. La creación de un “nosotras” desde el “mejor y único feminismo” –así se proclame crítico, descolonial, poscolonial, o cualquier otra denominación–, mientras se base en la ausencia del diálogo y el debate político, será apenas la reproducción de viejas prácticas. Necesitamos desarrollar un pensamiento de frontera capaz de revisar conceptualmente las categorías y los mapas de ruta con los cuales hemos interpretado los problemas. Sospechar de las palabras para poder crear una pedagogía de la alteridad, que nos permita ver al otro/otra en su radical diferencia sin pretensión de asimilación y/o conquista. Necesitamos abrir el espacio a las interrogantes e incertidumbres pero confrontando opiniones que permitan que fluya la palabra colectiva combatiendo en nosotras mismas lo que aún queda de pensamiento hegemónico, colonialista, universalista. Parece una tarea sencilla, pero quienes llevan casi toda su vida embarcadas en procesos políticos, saben bien de sus dificultades y fracasos.

Reconocernos en nuestras diferencias, con nuestras historias y desigualdades, un punto de partida para alianzas, complicidades y potenciaciones. Los esfuerzos deberían estar dirigidos a desplegar espacios colectivos para re-inventar resistencias a la cultura capitalista en todas sus manifestaciones consumistas, individualistas, violentas, racistas, colonialistas, y patriarcales. Ello no implica desatender la crítica, o el cuestionamiento a las formas tradicionales de la política y la gestión estatal. Pero necesitamos desplegar una nueva imaginación crítica capaz de enfrentar al mismo tiempo los fundamentalismos religiosos, políticos y económicos, abriendo espacios a la creatividad y la imaginación transgresora: perturbar las disciplinas y la disciplina sin desentendernos de la acción política cotidiana.

NUEVAS DIMENSIONES POLÍTICAS. 

Vivimos tiempos confusos, llenos de incertidumbre, que parecen evidenciar el cierre de una etapa histórica. Cien años de cambios vertiginosos, desde el capitalismo industrial a la revolución tecnológica y el neoliberalismo, en su expresión más voraz, alteran las dinámicas económicas, políticas, culturales, el imaginario social y la vida cotidiana. Se expresa hoy una crisis civilizatoria y un nuevo ciclo que, aunque despuntando, no termina de perfilarse.

Es, indudablemente, una crisis de la modernidad capitalista implantada como patrón civilizatorio desde hace más de 500 años en nuestra región. Expresa también una crisis epistémica, que impacta en los imaginarios y las prácticas de los actores y actoras sociales, y abre en el horizonte la posibilidad de apelar a la construcción de “otros mundos posibles”, como propuso desde sus inicios el Foro Social Mundial. O como propuso la revolución zapatista, “un mundo donde quepan muchos mundos”.

Necesitamos una mirada más integral sobre la autonomía de las mujeres, incorporando la autonomía reproductiva, la autonomía subjetiva y la inviolabilidad del cuerpo como entramados indisolubles. Carecemos de una apuesta política clara, pero, como dice la economista Amaia Pérez Orozco, “se trata de desprivatizar y desfeminizar la responsabilidad de sostener la vida; que ésta pase a ser el eje sobre el que pivotee una economía distinta. Por eso, aunque aún no tengamos del todo clara la articulación política que queremos darle, sabemos que la subversión recorre la senda del decrecimiento ecofeminista”.3 En las últimas Jornadas Feministas (julio 2017) Yayo Herrero convocaba a articular los paradigmas de la economía feminista y la economía ecológica. La economía feminista subraya la honda contradicción entre la reproducción natural y social de las personas, y el proceso de acumulación de capital, mientras que la economía ecológica enfatiza la inviabilidad de un metabolismo económico inconsciente de los límites biogeofísicos y de los ritmos necesarios para la regeneración de la naturaleza. El diálogo entre ambos paradigmas es urgente e imprescindible. Interdependencia y ecodependencia son dos principios centrales para pensar alternativas.

El pensamiento crítico que necesitamos como hoja de ruta en un contexto tan complejo como el actual supone una subversión cognitiva capaz de hacer interactuar dimensiones que coloquen en el mismo plano las luchas contra el patriarcado, el etnocentrismo, el racismo, la heteronormatividad, el antropocentrismo, y las perspectivas descoloniales en una relación fecunda entre teoría y práctica, para desmontar el andamiaje conceptual que nos atraviesa. En definitiva, descolonizar el pensamiento y la acción para acortar la relación fantasmal (Sousa Santos) entre teoría y práctica. Abrir espacio a nuevas formas de hacer política supone articular las luchas de resistencia sin buscar nuevas hegemonías, reconociendo a las y los múltiples sujetos protagonistas de esas luchas. Tenemos demasiadas experiencias solipsistas y culturas políticas saturadas de antagonismos y protagonismos.

“Diversas pero no dispersas” fue el lema del 14º Encuentro Feminista de Latinoamérica y Caribe realizado en Montevideo en noviembre pasado. Es un llamado a reconocer diferencias de prácticas, lenguajes e imaginarios políticos, de feminismos abigarrados, que reconocen que sólo un tejido social participante, y activamente dialogante, podrá enfrentar al capitalismo heteropatriarcal.

Por: Lilián Celiberti
https://brecha.com.uy/diversas-no-dispersas/

6 de marzo de 2018

La Relación Entre Drogas, Mujeres Y El Sistema Penitenciario.



En México, el número de mujeres privadas de la libertad por delitos contra la salud va en aumento. Esto indica dos cosas: que cada vez más mujeres se apoyan en las dinámicas del narcotráfico como opción laboral para subsistir, pero también que la política actual de drogas está centrándose en la caza de estos delitos para detener a las personas más vulnerables de la cadena.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mujeres que ingresaron en 2014 por delitos de narcomenudeo fueron 940; en 2015, fueron 1,617 mujeres; y en 2016 se registraron los ingresos de 1,911 mujeres.

Se observa, por tanto, que la tendencia en la persecución de estos delitos ha ido al alza para las mujeres, mostrando una tasa de crecimiento del 72% para el 2015 y un incremento del 103,3% en los últimos dos años.
Además de la falta de perspectiva de género, existen pocos datos sobre las características de la población penitenciaria de mujeres.

Desde EQUIS Justicia para las Mujeres se realizan solicitudes de información sobre las características de las mujeres privadas de la libertad por delitos contra la salud, con el fin de realizar un análisis interseccional de los datos. Las respuestas arrojaron tres resultados importantes de mencionar: 1.No hay suficiente información; 2. No hay interés para recabarla y 3. No hay recursos para hacer este levantamiento de información.

En cuanto a la información sobre las características de la población penitenciaria de mujeres que cumplen una pena por delitos de drogas se encontró que sólo 18.5 por ciento de los estados y la federación señalaron contar con 79 mujeres indígenas, 34.6 por ciento de los estados y la federación indicaron que existían 68 mujeres extranjeras, y por último, 11.5 por ciento de los estados mencionaron contar entre su población por delitos contra la salud con 24 mujeres con discapacidad.

Esta información parecería mostrar que existe un subregistro de las poblaciones, lo que resulta preocupante por la obligación del Estado de crear políticas públicas para proteger a éstas, ya que si no se cuenta con datos, el diseño es deficiente.

En cuanto a la falta de interés de la autoridad en recabar información para comprender un problema público, esto fue evidente cuando se solicitó información sobre la comunidad LGBTI, y se recibieron respuestas como la de Tamaulipas, cuya autoridad penitenciaria indicó que los datos de esta población son “irrelevantes para el expediente jurídico o administrativo de las personas privadas de su libertad”.

Y por último, sobre la falta de asignación de recursos para recabar la información. Se encontraron respuestas como las de Durango, cuya autoridad penitenciaria indicó que se dificultaba “la detección de internos que cumplan con estas características, por falta de recursos.” Hecho que dificulta el cumplimiento de sus obligaciones para adoptar políticas públicas que protejan a las poblaciones en situación de vulnerabilidad.

Texto original: http://observatorio-de-prisiones.documenta.org.mx/
http://antesdeeva.com/drogas-y-mujeres-prisiones/