12 de mayo de 2016

En Jordania, un programa de aprendizaje permite escapar del trabajo infantil.



Un programa de aprendizaje para los jóvenes, lanzado por la Organización Internacional del Trabajo y la Fundación Internacional de la Juventud, avanza en la lucha contra el trabajo infantil en Jordania.
Moutasem Yaghi tenía sólo 14 años cuando abandonó la escuela. Sin calificaciones ni competencias, comenzó a vender verduras con su hermano en las calles de Amman, la capital de Jordania.
“Abandoné la escuela porque no tenía interés en estudiar. Así que comencé a trabajar con mi hermano, gastaba lo que ganaba en cigarrillos”, dijo. “Lo hacía para mantenerme ocupado, no tenía una profesión.”
El trabajo peligroso – como el comercio ambulante, la recolección de basura, la agricultura, la reparación de automóviles y la fundición de hierro – es uno de los graves problemas que enfrentan los jóvenes en Jordania.
“En Jordania, el trabajo infantil es una gran preocupación. En los últimos años, se ha incrementado de manera significativa y pone en peligro la vida y el futuro de un número cada vez mayor de niños en riesgo”, señaló Insaf Nizam, asesora técnica principal de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre trabajo infantil en Jordania.
“Además es un factor que contribuye al desempleo juvenil, ya que los niños ocupan el lugar de los jóvenes al ofrecer una mano de obra barata y no reglamentada”, agregó Insaf Nizam.
Los niños que abandonan la escuela para trabajar difícilmente tienen la posibilidad de regresar a las aulas o de recibir cualquier otro tipo de educación. Pero gracias al programa de pasantías de la OIT, el cual está siendo implementado conjuntamente con la Fundación Internacional de la Juventud (FIJ), Moutasem, ahora de 16 años, es un aprendiz en una fábrica de chocolate, donde espera adquirir las competencias que en el futuro le ofrecerán buenas oportunidades de empleo.

Desarrollar competencias

El programa abarca a 160 jóvenes de ambos géneros que están expuestos al trabajo infantil o son vulnerables a la explotación porque realizan un trabajo no reglamentado. Las dos organizaciones instauraron el programa de aprendizaje en la capital Amman y en las ciudades Irbit, Zarqa, Ma’an y Tafileh, para ayudar a estos jóvenes a mejorar sus competencias y calificaciones y entrar en el mercado laboral.
Desde finales de 2015, los aprendices reciben formación teórica y práctica en el trabajo en oficios como corte y confección, mecánica, venta al por menor, procesamiento de alimentos y carpintería.
Con la ayuda de manuales de formación elaborados por la OIT y la FIJ, los participantes completaron las sesiones de formación teórica de un mes de duración.
“La formación incluye lo que se conoce como 'Pasaporte para el éxito', dirigida a impartir a los jóvenes las capacidades para tener éxito en el trabajo y en la vida”, declaró Alia Al Rawashdeh, Coordinador para el empleo en la FIJ.
“Estas competencias son frecuentemente el eslabón perdido entre los empleadores y los jóvenes que buscan trabajo, por esto es necesario dedicarles especial atención. Además, impartimos formación sobre seguridad y salud en el trabajo, que también es una herramienta de gran importancia para los aprendices”, agregó Al Rawashdeh.
Nida Al Masri, quien abandonó la escuela a 15 año para cuidar a su madre enferma, dijo que la formación teórica contribuyó a reforzar la confianza en sí misma: “Nos ayudó a afirmar nuestra personalidad y a comprender cómo tratar a los clientes y relacionarnos con nuestros empleadores.”
Después del período de formación, los participantes fueron colocados en 80 empresas locales, sobre todo pequeñas y medianas, y son seguidos por doce tutores que les imparten formación técnica básica.
Ahmad Akel (L), one of the mentors, discusses the progress of the programme with an apprentice and his employer. © ILO
“Debemos garantizar que los aprendices reciban formación práctica en la profesión para la cual fueron formados teóricamente y que ésta les guste”, dijo Ahmad Akel, uno de los tutores del programa.
“Si surge un conflicto entre el aprendiz y el empleador, tratamos de intervenir para resolverlo”, agregó.

Formación en el trabajo

La mayoría de los aprendices se adapta rápidamente a su nueva profesión gracias a la ayuda de sus tutores y empleadores. Para la mayoría de los empleadores, contar con jóvenes que poseen competencias esenciales y saben en qué consiste el trabajo ha sido de gran ayuda. Si bien el objetivo principal del programa es ayudar a los jóvenes vulnerables, también aspira a mejorar las pasantías de manera que sean más beneficiosas para los empleadores y las empresas.
“Estos jóvenes llegaron aquí con la idea de permanecer y trabajamos conjuntamente con ellos para ayudarlos a crecer y desarrollarse. Con el tiempo, se convertirán en trabajadores expertos en la fábrica”, declaró Majdi Koura, Jefe de servicios en la fábrica de chocolate Al Koura donde están empleados Moutasem y Nida.

Aliviar la pobreza

En la zona remota de Meshara en el Valle de Jordania, reina la pobreza y el desempleo – sobre todo entre los jóvenes – es alto. Pero el programa de aprendizaje ofrece esperanza a algunos jóvenes, mujeres y hombres, de la zona. Algunos participan en un curso de cocina, mientras que otros están empleados en tiendas de venta al por menor.
Tharwat Bsheri, de 20 años, trabaja en una cocina, donde ella y otras mujeres jóvenes preparan platos tradicionales, como vegetales y hojas de vid rellenos, para venderlos localmente.
“Después de la formación teórica y ahora que estamos completando la formación práctica, siento que estoy preparada para entrar en el mercado laboral”, declaró Tharwat Bsheri.

Un certificado en la mano

El 24 de abril 2016, los aprendices completaron el programa y recibieron sus certificados de la OIT y la FIJ. Hasta la fecha, seis de ellos siguen trabajando en las empresas donde hicieron la pasantía, mientras que 66 encontraron trabajo en otras empresas.
“El trabajo infantil y el desempleo juvenil están estrechamente vinculados y deben ser abordados conjuntamente encontrar soluciones más eficaces. Este programa introdujo un nuevo modelo para hacer frente al trabajo infantil e incrementar las oportunidades de trabajo decente para los jóvenes. Transformó una situación de trabajo infantil y explotación en una situación de aprendizaje y trabajo decente”, concluyó Insaf Nizam de la OIT.
“Con más fondos de los donantes y el compromiso del Gobierno para adoptar y replicar este modelo en todo el país, las sonrisas que vemos hoy en los rostros de estos 160 jóvenes pueden multiplicarse en los rostros de miles de otros jóvenes en Jordania.”
Esta iniciativa de formación forma parte del proyecto de la OIT “Moving Towards a Child Labour Free Jordan” (Hacia una Jordania sin trabajo infantil) financiado por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos.

http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/features/WCMS_479514/lang--es/index.htm