30 de abril de 2013

De todo, Excepto feminismo


Cuando los historiadores y estudiosos han tratado de ver hacia atrás para dar con el pasado de la mitad de la humanidad, lo que han encontrado ha sido peor que nada: cero historia, más mito, menos heroínas que brujas, más tragedias que victorias y una serie de estereotipos fielmente trasmitidos de generación en generación, en una especie de genealogía intelectual que va desde lo que hoy piensa mi cuñado de su esposa hasta la mitología griega sobre Medusa.

Históricamente, las mujeres han estado siempre relegadas, marginadas y sometidas; por eso la mitad de la humanidad que representan no aparece en la historia, pues la historia ha sido, desde tiempos inmemoriales, una historia masculina. Hombres los ha habido de todas clases: jornaleros, inventores, reyes, guerreros, campesinos, letrados, artistas, esclavos, científicos, políticos, militares, escritores. Pero las mujeres han sido, ante todo y antes que nada, sólo mujeres.

La mayor parte de la casi nula historia sobre las mujeres es una caótica, pesimista y desalentadora sucesión de afeites y modas: celestinas, brujas, prostitutas y adúlteras; reinas y vírgenes, histéricas y endemoniadas; obedientes esposas, madres abnegadas; católicas reaccionarias, monjas recluidas; reinas de belleza y esculturales productos de la cirugía plástica que no dejan mucho espacio a la discusión o a la reivindicación feminista.

Una mujer, en general, se identificaba como hija de su padre, mujer o viuda de su marido, madre de sus hijos y sólo eso; se comprueba porque hasta existe el Día de la Mujer —como los trabajadores, los gays, los abuelitos y los compadres—, como si su sexo las determinara o como si fuera más importante que todo lo demás.

Podría hacer una disquisición sobre por qué, cómo y cuándo empezó todo esto, pero sería motivo de otro texto y posiblemente de todo un foro, pues ni los más atentos científicos se han podido poner de acuerdo al respecto: que si porque son las receptoras en la reproducción sexual; que si porque los hombres no son dueños de su masculinidad y le tienen envidia al sexo femenino y por eso tuvieron que mantenerlo dominado; que si la mujer es más débil y por lo tanto no apta para la guerra, la caza y el arado; que si las funciones que les toca desempeñar son siempre efímeras y no trascienden, etcétera. El hecho es, como dicen Anderson y Zinsser: «La ideología de la inferioridad de las mujeres estuvo tan profundamente arraigada en la estructura de la vida de hombres y mujeres, que pocos la cuestionamos

Aunque la mayoría de las mujeres han tenido que manipular, agradar, soportar, chantajear y causar lástima aceptando su condición dentro de «este mundo falocéntrico», hay algunas que han hecho más que eso, confiriendo a sus vidas valor y poder, pese a las «desventajas de su sexo»; éstas, en el camino, nos han legado mucho más de lo que nos podemos imaginar, para muestra están: Safo, Hildegarda de Bingen, Juana de Arco, Cleopatra, Sor Juana Inés de la Cruz, Mary Wollstonecraft, las dos Isabeles: la de Inglaterra y La Católica; Jane Austen, Emily Davidson, Mata-Hari, Alexandra David-Néel, Rosa Bonheur, George Sand, doña Josefa Ortiz de Domínguez, Margaret Thatcher, mi tía Concha Borja, mi tatarabuela Luisa —que se hizo rica con la cochinilla en las Islas Canarias— y quizá alguna que usted conozca y quiera agregar a la lista.

Puede ser, como dice Jorge Ibargüengoitia, que las mujeres en bola se quejen de todo, «de sufrir más que los hombres, de trabajar más que ellos, y, paradójicamente, de no servir más que de adorno, pero cuando un hombre llega a su casa, le cuesta trabajo entender que las mujeres de su familia, aquellos seres que ve ahí sentados tan tranquilos, tan seguros de sí mismos, forman parte de un grupo oprimido, postergado y sometido». Y es verdad, hay mujeres muy tontas —y hombres más— y las hay brillantes. «La inteligencia es asexual» —dice, de nuevo Ibargüengoitia—, aunque también hay estupideces de sexo: comprar un coche deportivo de un millón de pesos o llorar porque perdió tu equipo favorito son estupideces totalmente masculinas; mientras que gastarse todos los ahorros en unas chichis nuevas o en una bolsa de marca son estupideces absolutamente femeninas.

El mundo no puede dividirse por sexo, porque esta clasificación es pobre y poco significativa; además, ya no se justifica. Es más divisible en términos de educación, ignorancia, ideología, inteligencia, conciencia, juicio, y en eso, tanto hombres como mujeres —hoy en día y gracias a la píldora anticonceptiva, diría mi madre— pueden rifársela en uno u otro lado, y esto puedo afirmarlo porque yo tengo una amiga que es doctora en física, independiente, creativa y autónoma, y su hermana es sumisa, dependiente de su marido y hazmerreír de sus hijos. Y así como vemos mujeres que destacan por su inteligencia y sus conocimientos, vemos otras que participan en concursos de belleza sin empacho alguno. Así es y no hay nada qué hacer al respecto, porque si nos ponemos a examinar al otro sexo, el masculino, veremos que pasa lo mismo.


Del machismo a la misoginia
Pero, como decía al principio, lo que es insoslayable es el hecho de que la sociedad ha sido machista y en ésta también se ha insertado la tradición misógina —es decir, la que odia a la mujer—. Tomando en cuenta lo anterior, me di a la tarea de recopilar una selección de frases en contra de las mujeres; algunas ciertas, otras no tanto, otras mordaces, otras inteligentes, otras simplemente muestran la ideología de una época y una educación, y muchas más reflejan el miedo que se les tiene desde tiempos ancestrales. El tema da, y de sobra, pero el espacio no, así que ahí le van. Disfrútelas, pero eso sí: no se las tome demasiado en serio.


H. L. Mecken
 
«La hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades. Es un hombre inferior. La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres.»

Mr. Garrison en la serie estadounidense South Park
 
«Misógino: hombre que odia a las mujeres tanto como ellas se odian entre sí.»


Por 
http://algarabia.com/desde-la-redaccion/sobre-las-mujeres/

18 de abril de 2013

Potencial empresarial de las mujeres afganas.



La población de Afganistán ha estado sumergida en un conflicto que ha afectado todos los aspectos de sus vidas cotidianas. Para Khalida Yaqobi, el conflicto ha sido un obstáculo, no un impedimento.
Después de terminar sus estudios de ingeniería en la Balkh University, Yaqobi estudió inglés a escondidas. Eran momentos en que las mujeres que intentaban obtener una instrucción corrían el riesgo de ser ejecutadas por los talibanes.
“Estudiaba inglés en una casa privada, sis textos ni cuadernos, me ponía el burca para ir al curso de inglés”, contó.
En un primer momento, no lograba encontrar un trabajo, pero las cosas cosas comenzaron a mejorar para esta mujer de 35 años madre de dos niños después de la caída del régimen talibán.
En 2003, fue invitada a participar a un curso sobre capacidad empresarial y artesanía para mujeres afganas, que se llevo a cabo en el Centro Internacional de Formación de la OIT en Turín, Italia, financiado con la ayuda del Gobierno italiano.
Era la primera vez que Yaqobi viajaba al exterior. Tenía mucho interés por aprender nuevas calificaciones y estaba emocionada ante la posibilidad de demostrar que las mujeres afganas están comprometidas a contribuir – codo a codo con los hombres – con el desarrollo sostenible de su país.
“Aprendí qué es una empresa, estrategias de mercadeo y cómo establecer un negocio. El tema más interesante era el mercadeo – cómo encontrar clientes – y eso lo logré muy bien”.
Durante el curso, el Instituto organizó una “Noche Afgana” abierta al público, y 30 participantes fueron puestos a prueba.
Las otras mujeres habían llevado artesanías afganas para vender. Todo lo que Yaqobi tenía era un rollo de henna, una tintura roja tradicional.
“Alquilé dos sillas, y cuando el programa comenzó, los invitados se acercaban a preguntarme: ‘¿Qué es esto?’ Yo les explicaba y les mostraba cómo usaba el henna en mis manos. Después todos quisieron que les dibujara con el henna, incluso los periodistas”.
Yaqobi se sintió muy motivada por lo que aprendió en el curso del CIF-OIT. Decidió convertirse en una empresaria, a pesar de que muchas personas pensaran que esto era imposible para una mujer en Afganistán.
Un enorme potencial sin explotar
De regreso a su país, Yaqobi estableció el Servicio de desarrollo de empresas Balhh, que se dedica sobre todo a la elaboración de planes de negocios y de presupuestos, al inglés comercial y a las tecnologías de la información. Ella dirige un equipo de 26 empleados, y afirma que su empresa tiene la capacidad de hacerse cargo de proyectos por valor de millones de dólares.
Unas 500 mujeres han sido formadas por su organización, 200 de las cuales han creado su propria empresa.
“Al convertirnos en empresarias no sólo estamos creando empleos para otras mujeres, estamos abandonando nuestras costumbres tradicionales por el siglo 21°”, explicó.
Segón Hervé Berger, representante de la OIT para Afganistán, el ejemplo de Yaqobi ilustra “lo que una breve formación de calidad, combinada con determinación, puede hacer para mejorar la vida de las personas”.
“Las mujeres afganas representan la mitad del potencial sin explotar de Afganistán. Si se libera sólo una fracción de este potencial, ¡imaginemos cuánto podría mejorar la competitividad del país en relación a sus competidores! El futuro de Afganistán será mucho más brillante si a las mujeres afganas se les ofrece la oportunidad de entrar en el mercado laborar como trabajadoras calificadas”.
Yacobi piensa que miles de mujeres afganas se podrían beneficiar de la formación empresarial y espera que la OIT pueda ayudar a más mujeres jóvenes en el país.
La formación empresarial “permitirá a las mujeres adquirir confianza en su capacidad para construir una vida decente para sí mismas y para sus hijos, como lo hice yo y muchas otras mujeres”.

http://nasreenvrblog.wordpress.com/2013/04/18/mujer-afgana-empodera-a-sus-pares-a-traves-de-proyecto-empresarial/

http://www.ilo.org

15 de abril de 2013

Mujeres mineras rompen barreras y prejuicios en Chile.




 Las chilenas ocupan un lugar cada vez más importante en la minería, un sector básico de la economía nacional en el que hasta hace poco más de una década les era negada su sola presencia por prejuicios y supersticiones.
La cantidad de mujeres que trabajan en la minería llega hoy a 18.000, equivalente a 7,2 por ciento del personal, y se proyecta que para 2015 alcancen a 10 por ciento.

Pero la estatal Corporación del Cobre (Codelco), la mayor productora mundial de este metal, tiene sus propios objetivos: que este año uno de cada cinco contratos laborales corresponda a una mujer. Para ello se incluirán medidas como programas de conciliación familia y trabajo, adecuación de instalaciones y capacitación laboral.

"Hace poco más de 10 años, a las mujeres no se les permitía siquiera entrar a una "mina. Y no es que fuera una posibilidad, simplemente no se las dejaba porque estaba asociado a la mala suerte", en un trabajo que conlleva muchos riesgos, explicó Andrés León, gerente de recursos humanos de la división El Teniente

Pero los tiempos han cambiado. "Tenemos un proyecto ambicioso por el cual pretendemos llegar a 20 por ciento de mujeres en nuestra fuerza laboral, ya sea en la operativa, jefaturas de secciones y en cargos directivos y de soporte del negocio", señaló León a IPS.

Algunas divisiones de Codelco están muy cerca de lograrlo. En la mina Gabriela Mistral, ubicada 1.350 kilómetros al norte de Santiago, trabajan 104 mujeres, que representan 18,2 por ciento de la plantilla.

"Hay divisiones que van más atrás, como nosotros en El Teniente, donde tenemos aún solo seis por ciento. Pero queremos llegar al menos a 20 por ciento", afirmó León.

"Estamos convencidos del aporte que significan las mujeres al trabajo, específicamente en el caso de la minería. Más allá del ámbito profesional, ellas aportan al clima laboral, al trato y a la formación de un equipo multidisciplinario", sostuvo.

La minería es uno de los sectores fundamentales de la economía chilena. Aportó 17,6 por ciento del producto interno bruto en 2012, cuando las exportaciones totalizaron 46.986 millones de dólares. Hoy ocupa de modo directo e indirecto a casi un millón de los 7,1 millones de trabajadores y trabajadoras del país.

El cobre es el líder del sector y ha colocado al país como el mayor exportador mundial de ese mineral, con 42.722 millones de dólares el año pasado. En este marco, Codelco alcanzó en el mismo periodo el tercer excedente más alto de su historia y aportó al Estado 7.518 millones de dólares.

El impulso de Codelco por integrar a más mujeres permitió que, de apenas cinco en cargos ejecutivos y 121 profesionales en 1998, este año pasara a contar con 26 y 690 respectivamente.

De modo correlativo, también se observa un avance femenino en cargos de dirección en los sindicatos.

Millaray Farías, jefa de proceso de la planta de chancado (triturado) de la mina Pipa Norte, uno de los ocho yacimientos que componen El Teniente, admitió a IPS que no es fácil"trabajar dentro de la mina subterránea más grande del mundo.

"Es un desafío por las condiciones en las que se trabaja, por el polvo, el ruido", precisó.

En un recorrido por la planta de chancado, IPS pudo constatar el abundante polvo en suspensión que emite el proceso de reducción del material extraído y los fuertes ruidos de la máquina trituradora.

A esto se suma el peso del equipo que cada minero debe portar: casco, lámpara, cinturón con diferentes artículos de seguridad y emergencia, y zapatones de protección con punta de hierro.

Farías, quien llegó a la mina hace cuatro años, se desplaza por los túneles ubicados a un kilómetro y medio de la superficie. "Si bien hay dificultades, tenemos mucho apoyo de la gente y de los mismos ‘viejos’", señaló a IPS, utilizando la expresión de la jerga minera para quienes trabajan dentro de los yacimientos.

Sin embargo, al ser el ambiente dominado por hombres, "es muy machista", y a veces "les cuesta tener una jefa mujer", admitió. "Pero también nos cuidan y somos bastante regalonas (mimadas)", aseveró.

En el área de fundiciones, la situación es más difícil. El superintendente Juan Bobadilla indicó que en la división trabajan 17 mujeres y que, por las altas temperaturas, no se incorporan aún a los trabajos de la planta y hornos. "Las cuidamos mucho", dijo a IPS.

León opinó que "ese cuidado que hay con las mujeres es muy rico, genera un lazo muy fuerte y, al mismo tiempo, modera también los excesos masculinos, por ejemplo en el lenguaje".

Hoy "tenemos un número importante de mujeres que son operadoras de camiones o retroexcavadoras, o de maquinaria relacionada con las operaciones, sacando el cobre de la tierra y procesándolo en las plantas para convertirlo en los cátodos que nosotros vendemos y exportamos", aseguró.

En el afán de sumar a más mujeres, Codelco y el gobierno implementaron un sistema de preparación a través del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence).

El programa Mujer Minera ya capacitó en operaciones de equipos para procesos mineros a 14 trabajadoras de la región de Arica y Parinacota, en el extremo norte del país, limítrofe con Perú y Bolivia.

"Muchas de las mujeres que hoy son operadoras, además de sentir orgullo por llegar a la mayor productora de cobre del mundo, también logran generar un ingreso económico que para ellas llegó a ser cinco veces lo que ganaban en otro empleo", apuntó León.

"Tenemos a muchas mujeres que son jefas de hogar, con hijos que dependen de su único ingreso, y aquí en Codelco tienen posibilidades de llevar adelante a su familia con mayor facilidad", añadió.

Por ahora, en El Teniente y en las otras divisiones de la minera estatal, se trabaja para implementar medidas de apoyo a la labor de las mujeres y su rol multifuncional.

"Hemos partido desde lo más básico como temas de infraestructura, salas de baño, camarines, buzos para mujeres. Vamos de menos a más", sostuvo León.

Pero lo importante, destacó, es que haya mayor capacitación, para que se genere más oferta, ya que la contratación de mujeres significa "ganar por todos lados".

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=102659