26 de abril de 2017

Sentir el viento en la cara es un lujo inaccesible para las mujeres iraníes


En Teherán hay cuatro plazas para que las mujeres, sin hombres alrededor, puedan pasear sin velo; a muchas les falta vitamina D por la escasa exposición solar
Mujeres sin velo o con los brazos y las piernas al descubierto no se ven en las calles de Irán. Solo hay unos espacios públicos y al aire libre en los que no rigen los estrictos códigos de vestimenta islámica: los parques de mujeres.
La capital, Teherán, cuenta en la actualidad con cuatro de estos parques, donde solo pueden acceder niños varones menores de 6 años y está prohibido hacer fotos o videos para mantener la privacidad de las usuarias.
Con el fin de lograr un ambiente completamente segregado y alejado de miradas masculinas, estos espacios se encuentran rodeados por un muro alto y tanto el mantenimiento de su seguridad como de la jardinería corre a cargo de mujeres.Esta es la única forma de que en Irán las féminas puedan disfrutar de la caricia del viento en su pelo o del sol sobre su piel.
Unos placeres quizá poco valorados en otras partes del mundo por ser comunes, pero que en Irán son excepcionales desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979, cuando las autoridades obligaron a las mujeres a tapar su cabello y su cuerpo.
En contraste con esta habitual imagen conservadora, la estudiante de secundaria Sahar pasea por el parque "Bustan-e Bhesht-e Madaran" ("Jardín del Paraíso de las Madres") sin velo y en manga corta, pese a que las temperaturas todavía no son elevadas en Teherán.
La joven dice a Efe sentirse más libre en este ambiente para pasear o practicar deporte: "A las mujeres nos han gustado estos parques desde su apertura", subraya.De la misma opinión es Shirin, una ama de casa de unos 50 años que acude a diario a este parque, un lugar que considera "muy útil teniendo en cuenta que en la calle es obligatorio el velo".
"Es muy cómodo no cubrirse el pelo y con el buen tiempo se puede estar incluso en camiseta de tirantes y pantalón corto, lo que nos permite tomar sol", explicó a Efe esta mujer.

Falta de vitamina D

Y es que la idea de crear estos parques surgió después de que un estudio mostrara un déficit de vitamina D en muchas mujeres iraníes causado por su escasa exposición solar.
El primero en abrir sus puertas, en 2008, fue el "Jardín del Paraíso de las Madres", que cuenta con mesas para jugar al ajedrez y al pimpón, barbacoas, un invernadero, una cafetería y un espacio para practicar desde fútbol sala a yoga.
Entre sus 15 hectáreas de colinas boscosas también hay una casa de cultura que ofrece cursos de enseñanza del Corán y de habilidades domésticas consideradas femeninas como cocina y costura, unos talleres que recuerdan que estamos en Irán.
Pese a todas estas instalaciones, este parque es uno de los más sencillos. Otros disponen incluso de piscina y canchas de fútbol y básquetbol, como es el caso de "Bustan-e Madare Qaem" ("Jardín de la madre del duodécimo imán").
Algunos de estos cuatro espacios de Teherán también están disponibles para los hombres los viernes y feriados oficiales, mientras que uno de ellos es mixto pero dedica una zona en exclusiva para las mujeres con el objetivo de potenciar sus capacidades deportivas.
Las razones que llevaron a la apertura de estos lugares en la capital, y posteriormente en otras ciudades iraníes, son positivas, pero sacaron de nuevo a relucir el problema de la segregación por sexos, impuesta tras la Revolución Islámica en los espacios públicos.
Aunque en el transporte público o las oficinas esta norma se ha relajado, sí continúa muy vigente en cualquier lugar en el que las mujeres no vayan cubiertas, como piscinas o instalaciones deportivas.
Por ello, la creación de estos parques exclusivos para mujeres alzó voces de oposición que temían un regreso a una mayor segregación en el país.
Shirin comprende este planteamiento pero se muestra agradecida con la iniciativa: "Eran muy necesarios en Teherán espacios de este tipo", afirma. La joven Sahar también los considera útiles pero no oculta que preferiría poder venir "con toda su familia", sin diferenciar entre hombres y mujeres y sin que esto condicionara su vestimenta.

Fuente: EFE
http://www.elobservador.com.uy/sentir-el-viento-la-cara-es-un-lujo-inaccesible-las-mujeres-iranies-n1039481

20 de abril de 2017

La misoginia.



Concepto:
►      La misoginia es básicamente una teoría que propone que la mujer no es un ser humano completo. Usualmente se cree que la mujer ocupa un pedestal menor al hombre y que la mujer debe hacer y seguir pautas de conducta que se suponen son naturales a su sexo.
►      La misoginia es una ideología similar al racismo; la diferencia es que el sexo en vez de la raza es visto como una señal de diferencia y anormalidad; el término viene del griego misein (odiar) y gyne (mujer).
►      Por lo general, la misoginia propone un dualismo en la conducta de la mujer. La mujer, se cree, es el monstruo y el latente peligro al hombre como Pandora y las Arpías de las leyendas o la tentación viva y el origen de la caída del hombre como en el caso de las Sirenas, Eva y las femmes fatales del cine moderno.
►     Otra dimensión de la misoginia es la idea del papel de la mujer estrictamente como madre que debe sufrir por los hijos, como mártir, como servidora del hombre, como ama de casa y como fuente de reproducción. casi como una imitación de las leyendas sobre la Virgen María.
►      Aquí en este otro afiche se sugiere que la mujer no es racional, no es adepta a la ciencia, al desarrollo y que su lugar no es el centro de trabajo aun de secretaria. El uso del verbo matar sugiere un misoginismo latente que apunta a la exclusión de la mujer del mundo público.

Signos comunes de misoginia 

El hombre siempre asume automáticamente que tiene el derecho (dado por Dios) de controlar la vida de la mujer y su comportamiento cotidiano. Las necesidades, las aspiraciones, las ideas, los pensamientos y los sentimientos de la mujer no se toman en cuenta.
 El hombre utiliza a Dios, la Biblia, y las enseñanzas de la iglesia para apoyar su derecho y decirle a la mujer “lo que tiene que hacer," y siempre demanda que ella se "someta" a sus deseos, sus caprichos, sus decisiones, y  sus planes sin ninguna duda y objeción. En esta situación, no hay lugar para una mutualidad conyugal ni la pequeña posibilidad de una igualdad amorosa. Es siempre los deseos y caprichos del hombre, o simplemente nada.
El hombre usualmente cree y defiende la idea que las convicciones, las ambiciones, las opiniones, los sentimientos y los pensamientos de la mujer no tienen ningún valor verdadero en el mundo real. El hombre desacredita estas opiniones y aspiraciones en general o específicamente porque ella es una "hija de Eva" y es fácilmente engañada. Por lo tanto, las opiniones de las mujeres son de consecuencia irrelevante. O alternativamente, el hombre puede acatar la idea que las opiniones de su mujer cuentan para algo, pero entonces las descuenta de una en una porque ellas no tienen ningún sentido y son sumamente "locas".
La mujer o esposa se da cuenta que la conducta de su esposo dentro de la casa es obviamente muy diferente de su conducta en la calle, el trabajo u otro lugar público. En casa todos (el resto de la familia) "no hacen ruido" por temor de desagradarlo o molestarlo. Cuando la mujer o esposa hace notar la diferencia entre la conducta del hombre en casa y otros lugares, es probable que haya negaciones contundentes.
La mujer se da cuenta que cuando el esposo no consigue sus deseos y caprichos, su reacción es violenta. El hombre grita y amenaza, o se enfada. Pero al día siguiente el hombre se porta como si nada hubiera pasado, y actúa en una forma superficial pero encantador y dulce. Nadie puede predecir cuando el esposo cambiará de parecer.
La mujer se da cuenta (a veces es tarde) que su relación con el marido nunca mejora por más que ella puede tratar de cambiar la situación. La mujer usualmente se siente inadecuada, culpable de algo, y de algún modo desequilibrada en sus quehaceres. Ella nunca sabe lo que pasará, y por más que ella  espera por algún cambio, su esposo nunca lo hace. La mujer entonces se siente como si estuviera "loca" y ella asume que los problemas son resultado de su propia conducta. Aún cuando su vida en la comunidad sea el trabajo o la escuela le dan un ánimo positivo, la mujer pierde toda su confianza y el amor propio cuando ella vuelve a casa. No importa lo que ella haga para cambiar y adaptarse a las demandas del esposo, nada es nunca suficiente. Sus demandas siempre cambian y llegan a ser sumamente ilógicas. La mujer termina por rechazar sus propios sueños y aspiraciones para acomodar al marido.
El marido cotidianamente se niega a aceptar  cualquier defecto o crueldad en su conducta. En los momentos cuando algo falla en la casa o en la relación marital, el problema es siempre la mujer. Si ella acaba de ser "más" sumisa y hacendosa o está llena del "Espíritu" o "me obedece" como una "mujer cristiana buena," el hombre asume que todo estaría perfecto en la vida.
Al hombre se le ve (en público) realmente como un ser virtuoso para poder "aguantar" a una mujer como ella. Por otro lado, él puede llegar a ser extremadamente celoso si otras personas, especialmente hombres, ponen demasiada atención a “su” mujer. Así, la mujer ya no se siente libre para asociarse con ciertos amigos, con grupos comunitarios, o con los miembros de la familia a causa de su necesidad de mantenerlo feliz. Aunque estas actividades o las personas son importantes para ella, ella prefiere evitar su compañia para que se pueda "mantener la paz en el hogar".

http://misoginia-y-racismo.info/la_misoginia

19 de abril de 2017

El oficio de sirvienta.

Últimamente defensores de derechos humanos nos llaman asistentes domésticas, para aminorar el golpe, pero a las cosas por su nombre: somos sirvientas, nuestro oficio es servir.
Partiendo de ahí, podemos desmenuzar la gama de abusos que vivimos quienes trabajamos en el servicio doméstico y en mantenimiento. No importa el país, la realidad de los sirvientes es la misma en todos lados. No nos vamos a dar baños de pureza y a señalar a Estados Unidos como el causante de todos nuestros males. En India, existen las castas, en Latinoamérica las mentes colonizadas, y así vamos por país y continente, cada uno con sus propios males.
No se trata del color, de la nacionalidad, ni del idioma, se trata de quién tiene el poder y quien tiene el poder abusa y discrimina, con propios y extraños. El oficio de niñera y empleada doméstica es el mismo, solo varía el nombre: en ambos el trabajo es servir. Y digo servir con todo el peso de la palabra: de día y de noche. Cuando los niños están en la escuela o en clases particulares, las niñeras nos encargamos de limpiar la casa, los cuartos de juego, cocinar, lavar la ropa: el oficio doméstico. El de la empleada doméstica es igual y ambas son tratadas como muebles viejos. Porque una limpia pañales sucios y la otra baños sucios: ambas trabajan entre la mierda.
Las niñeras somos las mamás emergentes, estamos ahí todo el tiempo porque las mamás están en sus clases de yoga, tomando el té con amigas o viajando por el mundo. Algunas, contadas, son las que trabajan. Entonces las niñeras sin querer, como consecuencia de nuestro trabajo, damos abrazos, entendemos emociones, cuidamos enfermedades, contamos cuentos y nos desvelamos y damos apoyo moral a niños que aprendemos a querer como propios y, que en el futuro cuando se den cuenta de nuestro papel en su casa y en la sociedad, nos tratarán como los muebles viejos desechables. Porque es el patrón, porque son parte del círculo de la cultura del capital.
Las sirvientas conocemos la intimidad de las familias, hasta de lo que no quieren que nadie se entere, conocemos temperamentos, vicios, miedos, jactancias, vacíos y pretensiones. Porque estamos ahí todo el tiempo, invisibles, muebles viejos que se mueven de un lugar a otro para que no estorben. Trabajamos en silencio, a manera de pasar desapercibidas porque, ¿qué tiene qué contar una sirvienta? ¿En qué forma puede una sirvienta interactuar con sus empleadores? Máximo cuando ellos tienen cuna de oro, y pergaminos y se codean con la crema y nata de la sociedad. De ninguna, la sirvienta no siente, no piensa, no tiene emociones, está ahí para servir, jamás es vista como persona, no existe como ser humano.
Las sirvientas no nos cansamos, nunca tenemos derecho a enfermarnos, a estar deprimidas, a anhelar, a extrañar, no tenemos derecho tampoco a los beneficios laborales, las vacaciones son para otros no para nosotras. No tenemos derecho a las emergencias porque entonces, ¿quién va a limpiar los cuartos, a lavar los platos, a planchar la camisa del patrón, a hacer el desayuno y a trapear? ¿Quién irá por el correo, por el pan y al supermercado? ¿Quién le cuidará la fiebre a los niños? ¿Quién limpiará el vómito del señor que llegó borracho en la madrugada?
Y si a pesar del abuso todo sobrepasa los extremos inconcebibles, las empleadas domésticas también somos abusadas sexualmente por el empleador, hijos de los empleadores, amigos de los empleadores y bajo la tutela de la empleadora que hace que no ve. Porque al fin y al cabo los hombres son así, sedientos de placer todo el tiempo y mejor que se cojan a la sirvienta que a una trabajadora sexual que les puede pegar enfermedades… Y en la mayoría de los casos esa empleada doméstica es una niña que no pasa de los 12 años.
Las empleadas domésticas no tenemos derecho a los dolores menstruales, porque somos máquinas, y tampoco a angustiarnos cuando nuestros hijos están enfermos en casa o en la guardería donde los dejamos para ir a trabajar. No tenemos derecho a añorar a nuestros padres y hermanos que dejamos en el pueblo cuando nos fuimos a la capital o emigramos a otro país. Tenemos la obligación de estar íntegras para servir a nuestros empleadores, vivimos por ellos y para ellos, nuestras vidas no existen, no tienen derecho a existir. Tampoco los cumpleaños, ni las navidades, ni los días festivos, nosotras estamos de planta todos los días del año, a todas horas.
Las empleadas domésticas, guardamos secretos íntimos que cualquier amigo de nuestros empleadores daría el brazo derecho por saber. Nunca nos dicen gracias por nuestra ética, ¿qué puede conocer de ética una limpia baños? ¿Qué puede saber de pintura, arte, lectura, de vinos, de quesos finos y comidas gourmet? Una cosa es que las cocinemos y sirvamos y otra interactuar.
¿Qué puede saber una sirvienta de ropa de marca, lociones caras y teléfonos inteligentes? Tal vez nada, pero es la que cuida los más preciado de los empleadores: sus hijos. A una sirvienta jamás le darían sus automóviles para ir al supermercado o a la farmacia, pero sí les confían a sus hijos todo el día y les dan las llaves de su casa. Un automóvil se lo pueden rayar, ensuciar y chocar, pero qué valor tienen sus hijos para que los dejen con una completa extraña que no sabe ni el idioma, ni marcar a un número de emergencia y además indocumentada si se trata de una migrante. ¿Cómo pueden confiar sus hijos a una ignorante carente de conocimientos básicos para sobrevivir en la sociedad del ego y el oportunismo?
Jamás le prestarían su carro de último modelo pero permiten que sea la que cocine y limpie sus habitaciones y lleve los niños a la escuela. Que encuentre los dildos tirados en el suelo o entre las sábanas y los lave y coloque en las gavetas donde se guardan. Intimidades que solo conocemos las empleadas domésticas. Y no tenemos derecho a encariñarnos porque los muebles no sienten, esos niños no son nuestros, un día crecerán y nos lo recordarán con una patada en el trasero y con un despido sin aviso, de una día a otro. Como si de un día a otro uno pudiera olvidar los recuerdos, cortar de tajo el afecto y asimilar que uno solo fue un mueble viejo al que le llegó el tiempo de terminar en el basurero.
¿Qué descanso necesitará una paria que trabaja como mula? Ninguno porque para eso nació, generacionalmente para eso nació, para cargar como mula.
Por eso se extrañan tanto cuando una empleada doméstica rompe el círculo y extiende las alas y vuela. Con sacrificio estudia y se convierte en una profesional, se sumerge al mundo de las artes, se convierte en negociante y empresaria, o regresa a los campos de donde salió, para hacerlos florecer. Pero por cada sirvienta que logra salir del averno, hay miles que se secan y mueren lentamente en el abuso y la exclusión. Y todas tienen un nombre propio, familias, raíz, identidad, sueños. Y todas sienten en lo más profundo de su ser y tienen pasiones y aman y crean, porque son seres humanos.
¿Alguno de ustedes, queridos lectores, alguna vez ha conversado con una empleada doméstica, viéndola a los ojos y la ha tratado de igual a igual? ¿Alguna vez se ha puesto en sus zapatos y se ha preguntado qué sería de su vida si le hubiera tocado trabajar en el servicio doméstico? ¿Qué cambiaría de ser así? ¿Por qué no lo cambia para los otros? Y no hablemos de agallas, hablemos de humanidad y humildad.

https://cronicasdeunainquilina.com/2017/04/19/el-oficio-de-sirvienta/

17 de abril de 2017

Mujeres migrantes, en riesgo de muerte o desaparición si les niegan asilo.



Las mujeres y niñez migrante pueden estar condenadas a la muerte o a la desaparición si se les niega u obstaculiza su derecho humano al asilo, debido a los altos índices de violencia que viven en su región y ante la nueva política migratoria del gobierno estadounidense de Donald Trump y por las políticas migratorias mexicanas.
 Así lo advirtieron organizaciones civiles de México y Estados Unidos, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), durante el periodo 161 de Audiencia Públicas, que se lleva a cabo en Washington del 15 al 22 de marzo, entre ellas el Instituto para las Mujeres en la Migración AC (Imumi), la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), y la Comisión de Mujeres Refugiadas (WRC).
 En la audiencia, las sillas reservadas para representantes de estados Unidos quedaron vacías, luego de que ese gobierno decidió no enviar a ningún funcionario para tratar el tema migratorio.  
 Al exponer ante el órgano interamericano los obstáculos que enfrentan las personas migrantes solicitantes de asilo en la Frontera Norte, WOLA informó que entre 2015 y 2016 fueron detenidas en la frontera entre México y EU, más de 180 mil niñas, niños y sus familias, quienes huyeron de la violencia en el Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y el Salvador).
 En su mayoría, indicó WOLA, tenemos testimonios de mujeres que han salido de sus países de origen debido a la violencia que viven por parte de sus parejas, su comunidad o el Estado. Y a esto se suma, explica el organismo, los impactos severos que tiene implica el traslado  en su integridad, salud física y emocional.

HUYEN POR VIOLENCIA FAMILIAR

De acuerdo con lo reportado por WOLA, la violencia familiar es uno de los principales factores en la decisión de migrar de las mujeres, ya que El Salvador, Honduras y Guatemala son algunos de los países más peligrosos para las mujeres a nivel mundial ante esta situación, por lo que se ven obligadas a huir hacia los países del norte en busca de seguridad.
 A partir por los datos retomados por la organización, el Ministerio Público de Guatemala informó que en 2013 recibió más 50 mil casos violencia contra las mujeres, de los cuales el 76 por ciento de las víctimas vivían con el agresor, el cual era su esposo, pareja o expareja. Asimismo este delito queda en la impunidad, de todos los casos sólo 983 (dos por ciento) culminó en una sentencia de prisión para el agresor.
 La situación de violencia familiar para las mujeres es similar en toda la región, indica la agrupación; en Honduras 471 mujeres fueron asesinadas en 2015, una cada 16 horas; mientras en El Salvador, se han contabilizado casi mil 100 casos de violencia familiar y más de dos mil 600 casos de violencia sexual en 2016.

 MÉXICO NIEGA ASILO

Además, el gobierno mexicano ha participado en acciones que limitan el acceso al asilo de las migrantes centroamericanas, a través de los Grupos Beta (personal para auxiliar personas migrantes) en la frontera de Tijuana; “la detención se ha convertido en la regla y no la excepción”, resaltaron las organizaciones en audiencia con la CIDH.
 Lo mismo sucede en la Frontera Sur, advirtieron, con el Plan Frontera Sur implementado en 2014 las detenciones de personas migrantes se incrementaron, aun cuando la mayoría tenía necesidades de asilo o protección internacional. Según datos de la Secretaría de Gobernación (Segob) de 2013 a 2016 aumentó en 120 por ciento la detención de personas migrantes.
 Las organizaciones indicaron que el apoyo económico y la presión para implementar estas políticas para frenar el flujo migratorio de personas provenientes de Centroamérica en México, han venido en su mayoría por parte del país vecino, lo que constituye una violación a los derechos humanos internacionales. Muestras de ello sustentaron, es que no acudió ningún representante del gobierno estadounidense a la audiencia “lo que muestra su desdén hacia los derechos humanos de las personas migrantes y solicitantes de asilo” dijeron.

http://www.cimacnoticias.com.mx/noticia/mujeres-migrantes-en-riesgo-de-muerte-o-desaparici-n-si-les-niegan-asilo

5 de abril de 2017

Antes de la colonización, los nativos norteamericanos reconocían 5 géneros


Distintas tribus como los Navajo, los Cheyenne y los Cherokee utilizaban el término “gente de dos espíritus” antes de que que se establecieran las normas cristianas tras la conquista de América del Norte. Antes de los rígidos roles de género imperantes en las sociedades tradicionales en las que vivimos, los nativos norteamericanos respetaban cualquier género y los reconocían con los siguientes nombres: mujer, hombre, mujer de dos espíritus, hombre de dos espíritus y transgénero.
De acuerdo con Indian Country Today, y tal y como nos lo cuentan desde lamula, “los Navajo se refieren a los ‘dos espíritus’ como Nádleehí, que significa ‘uno que se transformó’; dentro de los Lakota está el Winkté, nombre que se da a los hombres que tienen la costumbre de comportarse como mujeres; para los Ojibwe, el Niizh Manidoowag, literalmente ‘dos espíritus’; mientras que los Cheyenne tienen al Hemaneh, mitad hombre, mitad mujer, para nombrar a unos pocos. El propósito del concepto de ‘dos espíritus’ es el de dar una posible traducción occidental a esta serie de nombres, pero no siempre este ejercicio es totalmente exacto en su vuelta a los lenguajes nativos. Por ejemplo, en el idioma Cherokee Iroqués no hay manera de traducirlo, pero esta tribu sí tiene términos de variación de género para nombrar a ‘mujeres que se sienten como hombres’ y viceversa”.
La cultura de los “dos espíritus” en América del Norte fue muy atacada y sustituida en su lugar por las costumbres y los valores de origen europeo, fijando unos rígidos roles de género.
“Esta tradición debe ser erradicada antes de que llegue a los libros de historia”, —George Catlin, artista estadounidense haciendo referencia a la cultura de los dos espíritus.
Uno de los ejemplos más reseñables de los “hombres de dos espíritus” fue el gran guerrero Lakota llamado Osh-Tisch (su nombre significa el que los encuentra y los mata). Nacido varón, se casó con una mujer, pero vestía con ropa femenina y vivía su cotidianeidad como una mujer.
En la cultura milenaria de estas tribus se valoraba a cada persona por su aporte real en la tribu y no se asignaba ningún rol de género a los hijos. No obstante, cuando había una persona de “dos espíritus” en la familia, suponía una bendición para ellos, porque se entendía que podía ver el mundo con ambos ojos, el feminino y el masculino.
Definitivamente, una cultura de sexualidad y género muy diferente a la nuestra que nos enseña que lo natural depende de la perspectiva que tomemos y que siempre debemos respetar las decisiones personales de cada uno.

https://muhimu.es/genero/colonizacion-nativos-americanos-reconocian-5-generos/