26 de septiembre de 2014

La "ideología de género".. que dice?



La "ideología de género" considera que nuestro comportamiento bifurcado en masculino y femenino es producto de la influencia cultural y social del entorno, y la propia sexualidad depende más de los acontecimientos biográficos y sociales de nuestra vida que de las características fisiológicas. Ser hombre o mujer no estaría determinada fundamentalmente por el sexo, sino por la cultura.
La "ideología de género" considera que la exclusividad de la relación entre hombre y mujer es un constructo social y cultural que es útil para mantener la hegemonía del dominio masculino, un dominio que constituye la superestructura de lo que denominan "sociedad patriarcal". Esta mentalidad es una consecuencia de extrapolar el sentido de la misma naturaleza, cuya singular lógica o más bien ilógica, deriva del hecho de concebir que las cosas no dependen de lo que "son", sino de lo que uno desearía que "fuesen".
El término "ideología de género" o "feminismo de género", fue acuñado por Christina Hoff Sommers en su libro "Who Stole Feminism?" ¿Quién robó el Feminismo?, a finales de los años 60, en su etapa de feminista radical, que después abandonó, para defender un feminismo moderado y racional.
En la IV Conferencia Mundial de la ONU sobre la mujer celebrada en Pekín en 1995, varios delegados de distintos países fueron persuadidos por las activistas de la "teoría de género", al pensar ingenuamente que se trataba de una lucha a favor de los derechos de la mujer. Las activistas tuvieron la habilidad de distribuir unos textos con definiciones ambiguas sobre la sexualidad polimorfa, evitando utilizar palabras como marido, mujer, esposa, madre, padre, etc., y resaltando, con tonos victimistas la persecución que, según ellas, padecen por parte de los sectores tradicionales. La ex-presidenta de Islandia, Vigdis Finnbogadottir, comentó en esta Conferencia de Pekín, la necesidad de que las niñas, no se les debería exponer la imagen de la mujer como esposa o madre, ni involucrarlas en actividades femeninas tradicionales.
Pronto se aclararon las verdaderas pretensiones de las ideólogas de género con la intervención de Bella Abzug, representante de EEUU, que regañó a los delegados con una agresiva filípica: "El sentido del término género ha evolucionado, diferenciándose de la palabra sexo para expresar que la realidad de la situación y los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambios. Por eso, los intentos de varios Estados miembros de borrar el término género en la Plataforma de Acción y reemplazarlo por el de sexo es una tentativa insultante y degradante que intenta revocar los logros de las mujeres, de intimidarnos y de bloquear el progreso futuro". Después de la bronca, y aprovechando que el Pisuerga pasaba por Valladolid, la canadiense Rebecca J. Cook, redactora del informe oficial dela ONU enla Cumbre, se lanzó a "instruir" a los delegados sin ninguna inhibición: "Los sexos ya no son dos sino cinco, y por tanto no se debería hablar de hombre y mujer, sino de mujeres heterosexuales, mujeres homosexuales, hombres heterosexuales, hombres homosexuales y bisexuales". Otra de las feministas ya no dudó tirarse en caída libre: "No existe un hombre natural o una mujer natural, no hay conjunción de características o de una conducta exclusiva de un sólo sexo, ni siquiera en la vida psíquica". Y puestas a desbarrar, algunas dijeron que había que reconocer los derechos reproductivos de las mujeres lesbianas, en las que incluirían también el "derecho" a concebir hijos a través de la inseminación artificial con semen anónimo, y de adoptar legalmente a los hijos de sus compañeras.
La verdad es que la ideología de género, no pretende mejorar la situación de la mujer ni conseguir su igualdad con el hombre, sino que pretende la completa supresión de cualquier distinción entre lo femenino y lo masculino.
En este contexto, la mujer como clase oprimida, debe renunciar a soportar los embarazos y a ocuparse de criar a sus hijos. Para Nancy Chodorow, una de las metas es acabar con la división sexual del trabajo laboral en la que la mujer se maternaliza, lo que requiere desalojar en primer lugar los mecanismos de opresión que lo reproducen. La única forma de eliminar esa opresión es rechazar la maternidad como función femenina, pues las responsabilidades de la mujer en la familia son las enemigas de su realización.
Según Karina Skidelsky, hay que educar a los niños sin adscribirlos a tareas "sexo-específicas". Obsesionada con el tópico de los juegos, un lugar común de "ideología de género", afirma que un niño es un niño, básicamente porque su padre le ha regalado juguetes de niño, le ha puesto nombre de niño y le trata como un niño. Lo que hay que hacer es dejarle en libertad: que elija ser niño o niña, o las dos cosas o ninguna.
Desde diversas instancias del poder y desde algunas universidades norteamericanas, se ha intentado darle un rango científico a la "ideología de género". Su plataforma de lanzamiento fue y continúa siendo el organismo de las Naciones Unidas. Desde los años 90, está presente en todas las Agencias de esta institución, y en concreto, en el Fondo parala Población, UNICEF, UNESCO y OMS. Posteriormente se ha introducido en los foros dela Unión Europea, en cuyo parlamento se han elaborado documentos sobre la vida y la sexualidad, inspirándose en esquemas de esta ideología. Los medios de comunicación se han cuidado de ampararla y difundirla sin tener en cuenta sus consecuencias.
Si para Marx y Lenin, la conquista del "paraíso comunista", supondrá la desaparición de la dualidad de clases entre burgueses y proletarios, para la "ideología de género", este paraíso se hará presente una vez se disuelva la dualidad de sexos masculino-femenino, disolución que engendrará la unidad e igualdad total de la humanidad.

http://josegilllorca.wordpress.com/2011/07/15/%C2%BFque-es-la-ideologia-de-genero/

16 de septiembre de 2014

La participación de la mujer en la política.



Participación Política de la Mujer


La mujer ha sufrido desde los inicios de la civilización, de un trato discriminatorio en todos los ámbitos de la vida pública y privada. La participación política ha sido uno de ellos, en donde antiguamente se consideraba que la mujer no poseía las capacidades mentales suficientes para emitir su opinión referente a asuntos públicos, ni mucho menos formar parte de la vida política de los países; existía la creencia generalizada de que las mujeres no eran aptas para trabajos intelectuales, solo debían dedicarse a las labores del hogar y por ello se les negaba la oportunidad de una educación.
El surgimiento de movimientos de masas de mujeres en los años setenta y ochenta y su destacado papel en la lucha contra los regímenes autoritarios del continente crearon grandes expectativas de mejores oportunidades para la mujer una vez producido el retorno a la democracia. Se esperaba que la consolidación de las instituciones democráticas promoviera una mayor participación de la mujer en la elaboración e implementación de las leyes y políticas públicas que la afectan en su vida diaria.
A pesar de estos esfuerzos, aún en la actualidad, la cultura machista de nuestra sociedad mantiene en desventaja la participación política de la mujer, evidenciándose en el bajo porcentaje de mujeres que ocupan cargos de poder en los gobiernos.
Al respecto, el Consejo de Seguridad Nacional de las Naciones Unidas reconoció que las mujeres están todavía muy poco representadas al nivel de toma de decisiones por lo que Secretario General de la ONU, Kofi Annan, se comprometió a dar igualdad de voz en las decisiones del Consejo.
La acción de organizaciones encargadas de defender los derechos de las mujeres, como por ejemplo la Comisión Interamericana de la Mujer (CIM), han logrado intervenir en los planes de acción de los Estados, presionándolos para que se cree un marco legal que proteja y le garantice cierta cuota de participación dentro de los organismos estatales.
A pesar de esto, la participación política de la mujer presenta bajos niveles como por ejemplo; en el Poder Ejecutivo de países como: Brasil, Bolivia, Uruguay, Perú, Guatemala, no llega al 10%. Al respecto, Venezuela posee un alto porcentaje de 25%, mucho mayor al de los años anteriores. En el Poder Legislativo la situación es menos alentadora, en donde Venezuela de un total de 165 diputados en la Asamblea Nacional, 17 de ellos son mujeres, representando un 10.3% contra un 89.70% de diputados masculinos, aunque sin embargo, es mayor en comparación con años anteriores.
En el Poder Judicial, por su parte, los porcentajes superan el 20% en Brasil Paraguay y Bolivia y asciende a más del 50% en Venezuela y Uruguay. Con respecto a las listas partidarias en Venezuela las mujeres participan positivamente con porcentajes superiores al 30%.
Por otra parte, existe la tendencia de que en el sector público, las mujeres ocupan cargos considerados de menor rango y con temáticas sociales, tales como ministerios de cultura, educación, juventud y bienestar social, mientras que en las áreas consideradas como importantes centros de poder político, su participación es menor, como Hacienda o Relaciones Exteriores. Sin embargo, existe un incremento paulatino en el nombramiento de mujeres a importantes cargos de alto nivel.
Además existe predisposición por aquellas candidatas a cargos públicos que están emparentadas con algún personaje político masculino de importancia. En entrevista realizada a once parlamentarias latinoamericanas, ocho reconocieron que su llegada al parlamento efectivamente se había visto facilitada por sus vínculos familiares (Rivera-Cira 1993).

Representación de los intereses de la mujer

La mujer en búsqueda de defender sus derechos y posiciones en el ámbito político se ha agrupado y organizado en diversas formas, entre las cuales se destacan las alianzas sub-partidistas orientadas a promover sus intereses en áreas específicas. Si bien las mujeres que participan en política por lo general no hacen campaña en base a temas de la mujer, una vez electas la mayoría se aboca a la defensa de los derechos del género y a integrar las bancadas femeninas, así como es cierto que existen muchas otras que jamás se involucran en temas de la mujer.
Las bancadas femeninas alcanzan una particular eficacia cuando logran establecer relaciones de apoyo con las organizaciones de mujeres de la sociedad civil obteniendo importantes reformas legislativas en varios países. No obstante, aún persisten varios factores que impiden la formación de alianzas de mujeres. En principio, la clase política y el electorado no siempre responden con prontitud para apoyar una agenda femenina, y en ocasiones hasta se oponen a ello. Esto trae como consecuencia que las alianzas de mujeres, se ven en la obligación de plantear sus peticiones de forma amplia y lo menos controvertida posible, sin identificarlas directamente en beneficio del género sino resaltando la importancia y pertinencia que tiene para toda la sociedad, de forma tal que puedan lograr los objetivos y metas trazadas.
En segundo lugar, el destino de las alianzas está condicionado por el clima político imperante, si el partido de gobierno y el movimiento social apoya la agenda es muy probable que se logren los objetivos esperados, pero si por el contrario, la mayoría en el poder no favorece las iniciativas, se interrumpiría el trabajo de la asociación e incluso puede llevarla a su extinción.
Por último, la discrepancia existente con respecto a lo que se entiende como los intereses de la mujer, obstaculizan la formación de alianzas, ya que desde el punto de vista tradicional, los intereses de la mujer provienen de su condición de esposas, madres y amas de casa, mientras que la posición feminista los relacionan con igualdad de oportunidades y grados de poder en la política, en el trabajo y en el hogar. Entre estas dos visiones existe suficiente compatibilidad para poder establecer las alianzas, como por ejemplo: violencia doméstica, equidad en el trabajo y protección de la niñez, pero aquellos temas como el aborto y el control de la natalidad generan el rechazo de muchos y son identificados como asuntos feministas, por lo que se torna problemático la conformación de alianzas.
Debido a estos factores, existen muchas mujeres que participan en la política y que se niegan a ser identificadas como feministas ya que ven limitadas sus oportunidades gracias a una postura de rechazo en un medio dominado por hombres.
Otro de los sistemas adoptados para garantizar la participación de la mujer, es el sistema de cuotas, que establece un mínimo de participación de la mujer en cargos de representación.
Los simpatizantes de este sistema declaran que este es uno de los medios más adecuados para hacer efectivo el principio de la igualdad ante la Ley, ya que garantizan una presencia a mediano plazo en cargos de responsabilidad. Además, permite que las mujeres representen los intereses del electorado femenino ya que se encuentran más capacitadas para hacerlo, puede introducir una perspectiva de género en las políticas públicas y contribuye a acrecentar las oportunidades de otras mujeres en la sociedad.
Este sistema depende, en gran medida, del apoyo que reciba del Presidente, ya que con su aprobación y apoyo, se acelera el proceso de adopción.
Los opositores a este sistema argumentan que éste es discriminatorio en contra de los hombres, ya que lleva a cargos de poder a mujeres poco idóneas y, sobre todo, que es innecesario, dado que las mujeres pueden ascender por sus propios medios.
Los sistemas de cuotas pueden representar un punto de partida, pero de ningún modo garantizan el acceso al poder. Para ello, se deben acompañar de otras medidas, entre ellas un mejor financiamiento y mayor publicidad para las campañas electorales. Se debe superar las distinciones partidarias y de género para que el sistema sea realmente efectivo.
Existe otro medio de representación de los intereses de la mujer, como lo son las Agencias Estatales de la Mujer, las cuales proponen legislación, asesoran a otros ministerios respecto de políticas públicas que afecten a la mujer y abogan por sus intereses al interior del Estado. El poder institucional y la jerarquía de estos servicios es ampliamente variable.
La conformación de servicios de la mujer dentro del aparato del estado ha planteado un verdadero dilema para las activistas del movimiento de mujeres. Muchas de ellas han asumido con entusiasmo la oportunidad de participar en el diseño y ejecución de las políticas de estado, pero otras consideran que son los movimientos autónomos de la sociedad civil quienes mejor defienden los intereses de la mujer, argumentando además que es fácil cooptar a los servicios de la mujer y que las prioridades del gobierno de turno coartan la libertad de acción de sus integrantes.
Las Comisiones Parlamentarias, son otra manifestación de la organización de las mujeres, en donde diversos países conforman comisiones parlamentarias encargadas específicamente de discutir temas de interés, defender los derechos de las mujeres y realizar propuestas legislativas para dar marco legal a la protección del género y sus intereses.
La sociedad civil organizada es otra manifestación, y una de las más importantes en lo referente a la defensa de los intereses y derechos de la mujer, sin embargo ha sido víctima de una fragmentación debido a la incidencia de las ONG en donde se desarrolla un deterioro en la relación de las mujeres que se mantienen en contacto con el poder y los sectores populares.


Obstáculos de la Participación de la Mujer
Los obstáculos para la plena participación de la mujer en las democracias de América Latina se origina en la debilitada posición social de la mujer, en una visión tradicionalista de los roles de género, en los prejuicios y estereotipos culturales que se tejen en torno a ellos, y en la discriminación abierta.
La sociedad y los valores culturales enfatizan la importancia de los hijos y la familia, al tiempo que los planes de erradicación de la pobreza y desarrollo económico incentivan la entrada de la mujer en la fuerza laboral. Se espera así que las mujeres deban ser madres y trabajadoras a la vez, pero poco se hace por erradicar las prácticas que hacen extraordinariamente difícil compatibilizar ambos roles.
Estos obstáculos inciden directamente sobre la participación de la mujer en la política, ya que con el deber del cuidado de los hijos, los hombres tienen más oportunidades de participar en asambleas políticas y congresos partidarios, mientras que la mujer se ve en la obligación de permanecer en casa debido a que no existe un sistema de guarderías que le permitan a la mujer desarrollar ambos papeles.

Articulo completo: http://estudiosdelamujer.wordpress.com/5-1-la-mujer-y-la-politica-gr-4/?blogsub=confirming#subscribe-blog

12 de septiembre de 2014

Amazona: La nación de las mujeres guerreras.


Las mujeres no necesitan un hombre para defenderse. Muestra de ello son las amazonas, un antiguo pueblo de mujeres guerreras que habría existido en el siglo VIII a. E. C., según la mitología griega. Si bien no hay certeza acerca de la existencia de la Amazonas, ciertos hallazgos arqueológicos sugieren los rastros de un pueblo único y muy diferente a cualquiera que haya existido en la historia, únicamente constituido por mujeres guerreras. Ésta es su épica historia...
Según se narra en la mitología griega, en el siglo VIII a. E. C., en las zonas colindantes a la Antigua Grecia, existió un pueblo fiero, poderoso y temerario, cuya característica esencial era conformarse exclusivamente por mujeres. Los hombres eran utilizados para la reproducción y nada más, no eran bienvenidos bajo ninguna otra ocasión.
El origen de este pueblo estaría en un grupo de mujeres capturadas por los griegos, que luego logró vencer a sus captores y guió el barco que las transportaba hacia una isla, en donde finalmente se establecieron, prosperaron y crearon su nación.
Se cree que Amazona se encontraba en la región fronteriza de Escitia, a orillas del Mar Negro. Este pueblo se caracterizaba por su carácter guerrero, hostil y feroz, participando en sangrientas batallas contra los griegos.
Amazona estaba gobernada por una reina que guiaba a su pueblo. Se cree que las amazonas se movieron por Asia menor, asociándose con varios reinos de la antigüedad, pero sin perder su principal característica: ser un grupo conformado solo por mujeres.
La mitología griega habla mucho de las amazonas y desde allí se pueden inferir datos sumamente curiosos, como que se cortaban el seno derecho o se lo quemaban, de forma que nos les estorbara a la hora de usar el arco y flecha para el ataque.
El físico de las amazonas era privilegiado. Eran más altas que el promedio de las mujeres, 1,67 metros, bastante para la época, donde hombres y mujeres no alcanzaban grandes alturas.
A través de las obra de los dramaturgos griegos, se intenta mostrar a las amazonas como perdedoras en las batallas, enfrentando a varios héroes de la mitología griega, pero también existen escritos donde se admira el poder guerrero de esta nación femenina.
Otra leyenda, nos habla de que las amazonas correspondían a mujeres guerreras que, tras actuar el campo de batalla, se casaban. Disfrazas de hombres, debían batallar antes de ganar el derecho a contraer matrimonio.

Cómo se reproducían las Amazonas
Los hombres no acudían a la Amazona, sino que eran ellas las que visitaban un pueblo cercano una vez al año para mantener relaciones sexuales.
Si los bebés nacidos eran varones, estos eran regresados a sus padres, abandonados o sacrificados, lo que habla mucho de la defensa de la Amazona como una nación exclusivamente femenina.
Se cree que algunos de esos bebés eran conservados, castrados y al crecer se convertían en sirvientes para las mujeres.
Gran parte de la información sobre las amazonas viene de escritos de dramaturgos o de la mitología, por lo que nunca se pudo confirmar si este pueblo existió o no, pero recientemente, hallazgos arqueológicos parecen confirmar su existencia.
En 1990, arqueólogos descubrieron un grupo de tumbas en la zona donde se dice habitaban las Amazonas: estos cadáveres, correspondían a mujeres guerreras (se notaba en los huesos de sus manos).
Asimismo, cada cuerpo había sido sepultado junto a su arma. Si bien también habían cuerpos de hombres, los de mujeres eran más llamativos sin ser mayoría.
En la historia e incluso actualmente, han existido cuerpos militares conformados exclusivamente por mujeres, sobre todo el zona de medio oriente. Normalmente, hacían de guardia para reyes y gobernantes.
¿Existieron las Amazonas? No se sabe si fueron tal como se les describe, pero claramente existió un pueblo con características similares y al ser representación de la mujer fuerte y no débil como se acostumbra en la historia, se convirtieron en una verdadera leyenda.

http://curiosidades.batanga.com/6894/conoce-la-epica-historia-de-amazona-una-nacion-de-mujeres-guerreras

11 de septiembre de 2014

Madres y abuelas hondureñas buscan a sus desaparecidos migrantes.


Son abuelas, madres y familiares de los migrantes que hace 14 años, unidas por el dolor y la angustia, conformaron en esta ciudad del norte de Honduras un comité destinado a la búsqueda de sus parientes desaparecidos en la ruta migratoria hacia Estados Unidos.
Ahora el Comité de Familiares Migrantes de El Progreso (Cofamipro) es una de las organizaciones defensoras de los derechos humanos de este sector más reconocidas en Honduras.
Desde su surgimiento en 1999, conducen las tardes de los domingos el programa “Abriendo Fronteras”, que transmite Radio Progreso, una emisora de la católica la Compañía de Jesús en Honduras.
Inicialmente el espacio se llamaba “Sin Fronteras”, pero a medida que fue creciendo la actividad del comité “decidimos ponerle Abriendo Fronteras, porque sí las hemos abierto, ahora nos escuchan más que antes, no solo los migrantes, también los gobiernos”, dijo a IPS una sonriente Rosa Nelly Santos, integrante de Cofamipro.
Durante la hora del programa, ellas hacen una labor social desde donde orientan a los migrantes sobre cómo están las rutas, les ponen música de su gusto para darles ánimo y hacen labores de servicio social al facilitarles que envíen mensajes a sus parientes en Honduras.
Su fundadora, Emeteria Martínez, falleció hace un año, meses después de lograr localizar a una de sus hijas, que llevaba desaparecida 21 años.
Hallar a sus familiares fue el motor que las convocó, recordó Santos. “Nacimos de la nada, descubriendo que el dolor de una era el mismo de la otra, nos reuníamos en la casa de una compañera y así nos fuimos armando de valor para salir a la calle a buscar a nuestros parientes”, contó.
Comenzaron 20 y ahora superan las 40.
Son mujeres sencillas y llenas de esperanzas, pese al dolor de no saber nada de su familiar o de enfrentarse a tragedias tan impactantes como la matanza de Tamaulipas, en México, hace cuatro años, donde el cartel de Los Zetas, una organización criminal mexicana, asesinó a quemarropa a 72 migrantes en una finca en la localidad de San Fernando. De ellos, 21 eran hondureños.
La matanza de Tamaulipas mostró a Honduras la otra cara de la migración, la del sufrimiento, que va más allá de las remesas que llegan de los que logran alcanzar la meta estadounidense.
“Eso fue como una derrota para nosotras, una espera que su hijo le vaya bien en la ruta migratoria, que cruce la frontera, pero no que te lo devuelvan en un cajón masacrado. Eso es muy fuerte”, recalcó Santos, quien como a otras compañeras de Cofamipro le tocó dar asistencia y consuelo a los familiares de las víctimas.
El Comité lo constituyen mujeres voluntarias, que perdieron el miedo a lo desconocido y desde hace más de una década se sumaron a las caravanas del migrante que organiza la red del Movimiento de Migrantes Mesoamericano y que cada año, en septiembre, recorre la ruta del migrante en busca de sus parientes desaparecidos.
Esa ruta comienza en Guatemala y concluye en el norte de México.
“La primera vez que fui a las caravanas, hace tres años, entendí el trabajo de mi madre, aprendí de su dolor y tomé la decisión de integrarme de lleno al Comité”, relató a IPS otra hija de la fallecida fundadora, Marcia Martínez, de 44 años.
“Yo no tenía ni idea del número de madres y parientes que se suman en esta caravana, ni de la travesía que hacía mi madre. Recorren todos los caminos que atraviesa el migrante, preguntan con pancartas por ellos, buscan respuestas que a veces nunca llegan o llegan tarde. Cuando encontramos a uno de los nuestros, es algo indescriptible”, agregó.
“Cada vez que oía La Bestia (el tren mexicano de carga que usan los migrantes), me daba escalofríos porque allí descubrí lo peligroso de la ruta del migrante, para ellos los rieles del tren son su almohada, duermen en las vías y cuando están en el lomo (techo de los vagones) del tren, esperan que arranque, pero unos se duermen del cansancio y caen cuando lo hace”, describió.
El Cofamipro tiene su sede en un centro comercial de la calurosa ciudad de El Progreso, en el norteño departamento de Yoro y a 242 kilómetros de Tegucigalpa. Antes estaban en la sede de los jesuitas, pero gracias a pequeñas donaciones lograron alquilar un pequeño local donde llegan los que necesitan apoyo para ubicar familiares.
Desde su creación, logró documentar más de 600 casos de personas desaparecidas. De ellas, se encontraron a más de 150. A los demás, siguen buscándolas, aunque creen que muchas de ellas murieron en el camino o cayeron en redes de trata de personas.
Inicialmente, el gobierno no reconocía al Comité, pero su trabajo en las caravanas mesoamericanas les ayudó a ser escuchadas y a poder presentar casos de migrantes desaparecidos ante la Cancillería. En junio, finalmente obtuvieron personería jurídica.
Su lucha no fue fácil, funcionarios hondureños les llamaban “viejas locas”, cuando hace años, ellas, solas, marcharon hasta Tegucigalpa para demandar atención para sus desaparecidos.
La respuesta fue una canción que coreaban ante la sede de la cancillería y que Santos entonó orgullosa: “Los de la cancillería, nos dicen las mentirosas, somos mujeres decentes y le probamos con hechos, lo que aquí exigimos, lo hacemos con todo el derecho (…).”
Su labor firme y silenciosa está salpicada de logros. Cuando IPS entrevistó a un grupo de ellas, acababan de salvar la vida con sus contactos mexicanos a un hondureño, familiar de un funcionario local de El Progreso.
Una banda criminal lo secuestró y obtuvo más de 3.000 dólares a sus parientes, antes de que acudieran al Comité, donde gestionaron su liberación en un operativo de la Procuraduría mexicana.
El grupo advirtió sobre la actual crisis migratoria hace cinco años, pero nadie escuchó. Aseguran que los migrantes seguirán huyendo del desempleo y la violencia criminal.
En El Progreso, una de las cinco principales ciudades hondureñas, se conocen casos de madres que huyeron cuando las pandillas les notificaron que sus hijos serían forzosamente reclutados cuando tuviesen edad para ingresar a la organización criminal y, mientras, les darían dinero para su crianza y estudios.
Se estima que más de un millón de hondureños emigraron a Estados Unidos desde los la década de los 70, pero el éxodo se disparó desde 1998. Desde abril, Washington intensificó la deportación de familias con menores de edad y de personas adultas.
Las autoridades hondureñas indican que en los siete primeros meses del año retornaron deportadas 56.000 personas. Del total, 29.000 llegaron de Estados Unidos por vía aérea y 27.000 lo hicieron por vía terrestre desde México.
Honduras tiene una población de 8,4 millones de habitantes y un índice de homicidios de 79 por cada 100.000, según cifras oficiales.
En 2013, los emigrantes aportaron a la economía hondureña 3.225 millones de dólares en remesas, según datos del Banco Central, cerca de 15 por ciento del producto interno bruto.
Para el Cofamipro, la crisis migratoria debe servir a los gobiernos para revisar sus políticas públicas, dejar de estigmatizarlos y criminalizarlos porque “no son delincuentes, son trabajadores internacionales”, definió Santos con firmeza.
Ella, tiene, al menos, el consuelo de haber hallado hace cuatro años al sobrino que buscaba.

Por Thelma Mejía
http://www.ipsnoticias.net/2014/09/madres-y-abuelas-hondurenas-buscan-a-sus-desaparecidos-migrantes/

9 de septiembre de 2014

Trabajadoras temporeras agrícolas: Bajo el signo de la precariedad y la vulnerabilidad.


Más de la mitad de la población rural en América Latina y el Caribe aún vive en la pobreza. Los importantes déficits de trabajo decente y la debilidad de las instituciones laborales explican en parte esta realidad, de la cual, uno de los sectores más afectados es el de las mujeres, quienes representan el 20% de la fuerza laboral agrícola en la región.
Esta proporción ha ido en aumento los últimos años, lo que ha permitido que muchas mujeres tengan por primera vez ingresos propios. Sin embargo, en la realidad, ellas muchas veces se encuentran con empleos intermitentes, precarios, mal remunerados y con escasa o nula protección social, de modo que para ellas este tipo de empleos no representa una salida a la situación de exclusión social en la que viven.
Se las considera como trabajadoras secundarias, cuya función es, en última instancia, complementar los ingresos del hogar, o se las invisibiliza como trabajadoras familiares no remuneradas o como productoras para autoconsumo.
Ante esta realidad, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han venido desarrollando un trabajo conjunto para analizar y dar una serie de propuestas entorno a políticas de mercado de trabajo y pobreza rural para los países de América Latina y el Caribe. Con este objetivo, se realizaron 7 estudios a diversos países de la región, que develaron los principales problemas que afectan a millones de trabajadoras del sector rural, entre los que están: la informalidad de los empleos, el incumplimiento del salario mínimo, la débil sindicalización y negociación colectiva, las brechas de cobertura de la protección social y las modalidades de contratación de mano de obra.
El análisis reveló además que el problema es aún más amplio, ya que está contribuyendo a que la pobreza rural descienda más lentamente que la urbana. En la última década, de 62,4% a 49.8% en las zonas rurales versus las zonas urbanas que bajaron de 38,3% a 24,2%. Teniendo al menos en 7 países a más de la mitad de la población rural viviendo en la pobreza.
Si a esto se suman las brechas de género, una condición étnica, de migrante y/o de desplazamiento interno, se tiene una realidad marcada por el signo de la precariedad y la vulnerabilidad que afecta a millones de mujeres en la región.
De los siete estudios realizados se extrae un conjunto de recomendaciones para una agenda laboral que mejore las condiciones de empleo y de vida de estas trabajadoras. Para lograr el objetivo del trabajo decente en este sector es necesario asumir el desafío y repensar el rol de las políticas laborales existentes. Se requiere el compromiso político de todos los actores involucrados, especialmente Gobiernos y Parlamentos, así como un reforzamiento de la institucionalidad que debe velar por el cumplimiento de los derechos laborales.
Se debe superar el riesgo de que temas centrales para las y los trabajadores de este sector caigan en "tierra de nadie" porque en la práctica vemos cómo a los ministerios de Trabajo se les dificulta una llegada efectiva a la realidad de las zonas rurales y a los ministerios de Agricultura, poder enfrentar los aspectos laborales de las actividades agrícolas. Superando estas barreras se podrá avanzar en la dirección correcta, hacia una sociedad más libre, igualitaria y con mejores condiciones de trabajo y vida para todos sus integrantes.

http://www.revistahumanum.org/blog/trabajadoras-temporeras-agricolas-bajo-el-signo-de-la-precariedad-y-la-vulnerabilidad/
http://www.revistahumanum.org/revista/

LAS SANSIMONIANAS: un grupo feminista paradigmatico.



L as utopías del siglo XIX fueron conscientes de forma diversa del problema social que representaba la desigualdad social y política de las mujeres respecto de los varones. Mientras el positivismo comtiano daba a la mujer un papel complementario al del varón y cantaba las excelencias femeninas, siempre de forma interesada, el sansimonismo representó la incorporación de la mujer en la construcción de una nueva sociedad de forma que tuviera un papel activo y carismático. Igualdad como consecuencia de la excelencia femenina y de la función mística que pudiera ejercer. Pero no se fundamenta la igualdad de derechos en la naturaleza humana, o en la razón común. La cuestión es mucho más compleja y paradójica. Se ha hablado, incluso de una androgénesis del feminismo de las sansimonianas (1) según lo cuál serían los hombres quienes suscitarían el movimiento de mujeres. Lo que parece claro es que el pensamiento social y utópico del siglo XIX necesitó plantearse y buscar soluciones para una cuestión como la de las relaciones entre los sexos que necesitaba alternativas en la nueva sociedad industrial.

El feminismo sansimoniano rompe, desde la teoría y la utopía social, el viraje sexista que supuso el romanticismo, y que introdujo serios límites teóricos de la igualdad ilustrada. En definitiva un límite a los logros feministas. Pero el sansimonismo adquiere connotaciones nuevas respecto de los programas estrictamente vindicativos, educacionales y de lucha por la igualdad de derechos, expresando las contradicciones y paradojas de dicho programa ilustrado.

CIENCIA Y UTOPIA EN LA SOCIEDAD INDUSTRIAL La reflexión de Saint-Simon sobre la sociedad moderna introduce la necesidad de su investigación científica y de la construcción utópica cuando la crisis social se presenta con toda su agudeza. Esos dos aspectos, el científico y el utópico, no son alternativas excluyentes. La ciencia de la sociedad industrial, la sociología vendrá a legitimar el poder de la nueva clase ascendente, los industriales: ingenieros, banqueros, comerciantes, artistas.

Uno de los ideales de los sansimonianos era la vida en común. Desde esa vida en familia pretendían transmitir a la humanidad ideales de asociación, de fraternidad universal, de amor, al mismo tiempo que se interesaban en proyectos técnicos para cambiar las comunicaciones en Francia, como por ejemplo, la propuesta de ferrocarriles desde Francia a toda Europa. Para llevar a cabo su vida en común se instalaron en una gran casa de la calle Monsigny en París. Las siguientes palabras de un discípulo da cuenta del ambiente que vivían: "Es imposible imaginar todo el encanto que tenían para nosotros oír hablar a gente que empezaba a convertirse, oír citar fragmentos de cartas favorables o cuentos extravagantes que sobre nosotros se difundían por el mundo. Leíamos los ataques que nos dirigían los periódicos, los chistes de Le Figaro, que nos hacían reír de verdad cuando eran ingeniosos. Los dos jefes estaban colocados el uno frente al otro. Enfantin servía: se preocupaba con admirable solicitud de cada uno de nosotros, preguntándonos mil detalles. Bazard dirigía la conversación... Esta atmósfera de abnegación, un calor espiritual, dulce como las gracias de un mendigo, me embargaba continuamente. Amaba a todos los que estaban a mi alrededor y era amado de todos. Ojalá Dios me conceda una ilusión semejante para cada uno de los años de vida que me quedan" (3). Entre los miembros de la familia se encontraban ingenieros y médicos sobre todo, aunque también se incorporaron algunos literatos y poetas, como Barrault. Pero lo que no había en principio eran mujeres. La única excepción era Mme. Bazard, Clara Bazard, a la que llamaban "la Madre", por derecho de consorte, pero este derecho no le permitía actuar, sólo podía asistir a las reuniones. A pesar de ello, Clara rogaba a los discípulos, sus hijos, que trajeran a sus hermanas y ofrecía su salón los domingos para las discusiones .

LAS SANSIMONIANAS: GRUPO FEMINISTA PARADIGMATICO

¿Cuál fue el papel de las propias mujeres en la secta? Sin duda atraídas por la religiosidad del movimiento hubo muchas mujeres: algunas de ellas, realmente significativas: Clara Bazard, Cécile F ournel, Clara Démar y Suzane V oilquin. Sin embargo, fueron víctimas del sueño de Enfantin. Muchas de ellas vivieron dramáticamente su propia situación de pareja, el divorcio, el amor. Hasta el punto de que llegaron a afirmar que no podría existir mujer libre si no era célibe. Como hemos visto, primero tuvieron un papel clave en el debate sobre la nueva moral entre Enfantin y Bazard pero únicamente como objeto del propio debate, exceptuando a Clara Bazard, que era la Madre por derecho de consorte y la única mujer admitida en el consejo sansimoniano. Clara Bazard representa una figura clave para entender el cisma y el fondo del problema que se debatía. Es, en definitiva, una representación trágica del conflicto entre dos morales. Partidaria con su marido de la unión de pareja cristiana, tuvo una relación adúltera que confesó a Enfantin y que éste utilizó en la controversia. Su postura, ante la propuesta de Enfantin de darle un lugar privilegiado en las sesiones de la familia es: "estas distinciones ilusorias no nos han acercado nunca a los hombre y siempre nos han alejado de las mujeres.. Son tronos aislados que hacen del ser que los ocupa, un ser aislado entre los otros, un desgraciado símbolo de esos desafortunados que no pueden avanzar más que huyendo de su sexo". Clara se siente instrumento de Enfantin como lo había sido de su amante pero, no por ello dejó de ser la figura clave para la organización del grupo de mujeres, a pesar de que era consciente de la dificultad de organizarse al margen de los hombres. ,,' Las mujeres sansimonianas, que habían pertenecido a la secta, toman conciencia de sí , como grupo y hacen suyo el principio ilustrado: "Nous naissons libres comme l'homme" "nous naissons libres..et égales a l'homme."

Por lo que han de tener una autonomía equivalente a la del hombre de manera que no estén supeditadas bajo la ley del hombre. Incluso siguiendo el pensamiento de Enfantin, había quien consideraba que era necesario que la mujer se confesara, públicamente/y ya que durante tan largo tiempo había permanecido desconocida por maestros brutales y orgullosos, fuera ella misma la que pronunciara la ley que convenía a su naturaleza. La moral sexual del grupo se debatía entre la defensa de la familia por una parte, y la defensa del adulterio, divorcios, suicidios incluso. La proP!~ Clara Bazard, habiendo sido muy estricta, sin embargo cayó en el adulterio. Suzane V oilquin pide el divorcio a raíz de una apasionada relación con otra sansimoniana y expone las razones de su petición en La Tribune des Femmes. La necesidad de creación de un grupo propio se manifestó con la creación de un periódico propio: La femme Libre, que también se llamó La femme nouvelle y La tribune des femmes. Hubo, sin embargo, una división dentro del mismo movimiento: Las que pretendían en espera de la nueva ley para la mujer, mantener los principios cristianos y no olvidar que la mujer reservada, constante y modesta inspiraba más confianza y las mas audaces que pretendían dar ejemplo de actitudes liberadoras. Las primeras se distinguían por el color dalia y las segundas por una cinta roja. Clara Démar pertenecía a estas últimas. Defendió audazmente el derecho a la felicidad. Acusando al cristianismo, con aires claramente nietzscheanos de no estar hecho para los temperamentos fuertes, para las naturalezas alegres.

Criticó la concepción de Enfantin de las dos naturalezas, constante e inconstante, reprochándole que pudiera hacerse una distinción tan tajante. Critica el matrimonio e, incluso, la publicidad de las uniones y considera que la paternidad es "siempre dudosa e imposible de demostrar". Pide "la prueba de la materia por la materia, de la carne por la carne". La mujer, en definitiva representante de la carne tendría por misión individualizar; reclamar los derechos del individuo frente a la sociedad. La crítica que Clara Démar realizó de los principios sansimonistas pone éstos en evidencia. En las páginas de Lafemme Libre va a defender a las mujeres reivindicando su derecho a participar en la elaboración de las leyes y, especialmente, la derogación de la ley del matrimonio como causante de la esclavitud de las mujeres ya que es la que obligan a la mujer a vivir bajo el yugo de un hombre. La insistencia en que las leyes del matrimonio son sinónimo de esclavitud es una constante del "feminismo" de la época. Los MilI mantuvieron esa misma postura de forma rotunda porque son leyes que autorizan a "cada hombre" a someter y mantener bajo su dominio a "cada mujer".

El otro problema del que Clara Démar es consciente es el de cómo mantener la independencia en el trabajo si hay que cuidar de los hijos. Su idea de crear una "mre sociale" o una "Nourrice fonctionnaire" como solución al problema fue evidentemente un logro teórico que; aunque poco elaborado, quedaba como posible solución a uno de los mayores problemas que la mujer tiene para su emancipación. Hay que tener en cuenta que hasta el mismo MilI cuando se trata de poner en cuestión la función maternal de la mujer se pronuncia porque siga manteniéndola aunque eso repercuta en no poder dedicarse a su propio trabajo fuera de casa. La paradoja de MilI se muestra al defender el trabajo de la mujer fuera de casa como sujeto individual de derechos, pero, al mismo tiempo no poder superar el problema de la crianza de los hijos. El límite a la emancipación estaría ahí. Harriet T.Mill fue más allá reivindicando que no hubiera ningún tipo de límites, que ni la administración de la casa, ni el cuidado y atención de los hijos eran una profesión a imponer en razón de sexo. Pero el problema era qué hacer entonces con esas dos funciones, difícilmente hubiera visto MilI que los varones pudieran y debieran cumplidas. Clara Démar dio una solución al problema: profesionalizar esas funciones. La "madre social" supondría ~, la realización de un trabajo independiente que permitiría, de hecho, la cada vez mayor adquisición de estas tareas por puericultores y maestros a edades cada vez más tempranas. Sin embargo, en el seno del sansimonismo las ideas de la "Mujer-Mesías" y de la "Mere sociale" dejaron paso a una cada vez mayor insistencia en los objetivos técnicos y en los logros de grandes empresas. La dialéctica razón instrumental-razón utópica que el sansimonismo representa se pronunció por la primera. La solución viene a ser la necesidad de suplir con "asistencia social" lo que la utopía no proporciona. Puesto que no se puede conseguir la emancipación, lo que significa que se mantiene la situación de dominio por parte del varón, puesto que no se realiza el cambio de valores que supone una nueva relación de pareja, suavicemos la situación de inferioridad de las mujeres asistiéndolas en situaciones en las que el dominio llegue a ser insufrible. Cuando la utopía se muestra inviable la única salida parece ser la asistencia social a las mujeres ya que el poder institucionalizado en el matrimonio impide que se produzca una liberación de la mujer en su vida cotidiana que la situaría en un plano de igualdad de hecho y no sólo de derecho.

Esto es, por ejemplo, el caso de Suzane Voilquin quien fundó una sociedad para socorrer a madres abandonadas. En otros casos hay propuestas más complejas como las de Jeanne Dervin quien llegó a hablar de la misión de la mujer fuera de la familia como ciudadana administradora y de la necesidad para el Estado de incorporar los saberes de la administración de la casa que las mujeres habían adquirido a lo largo de los años. -"N o hay desarrollo público sin virtudes privadas, ni virtudes privadas sin respeto por la familia". Estas palabras de Eugenie Niboyet fundadora de un Ateneo de mujeres en Lyon y directora de La Voix des Femmes, aún en 1848, reintroduce los temas básicos de la Escuela, son un claro ejemplo de que el feminismo de las sansimonianas fue mucho más allá de los problemas de moral sexual ya que con ellos defendieron la igualdad de las mujeres e, incluso, la necesidad de que se introdujera en el Estado su capacidad administrativa, de economizad ora ama de casa. El programa era amplio y desde 1836 a 1838 se desarrolló en La Gazete des Femmes. Abolir las penas contra el adulterio, restablecer el divorcio, que se permita a las mujeres ser jurado, que haya un sufragio verdaderamente universal, que se acuerde el derecho al voto a las mujeres sin mando, a las mayores de 25 años, a las viudas, a las separadas. N o es de extrañar, pues, que La Gaceta se subtitulara "periódico de los derechos políticos y civiles de las francesas". Pero, ¿qué representa el grupo de las sansimonianas, como grupo? Se ha destac~4o que el feminismo de 1832, el de las sansimonianas "es, en primer lugar, algunas mujeres muy concretas" con sus características específicas, más que las discusiones doctrinales. Mujeres, que tienen en común cierta marginalidad, cierta autonomía, por el trabajo o, por riqueza personal, cierto acontecimiento personal familiar desgraciado y que marca el comienzo de una toma de conciencia por medio de la cual la mujer atribuye a su condición de mujer la desgracia, en un mundo hecho a la medida de los hombres. A pesar de su falta de educación y de instrucción son mujeres con la necesidad de tener una vida más interesante y que encontraron en la doctrina y el movimiento sansimoniano la ocasión de una expresión pública "aunque no la respuesta a sus preguntas, ni la satisfacción de sus exigencias específicas".

El propio proceso de conseguir una expresión pública como es la redacción de un periódico propio desarrolló la escritura personal de tal forma que refuerzan su singularidad. El grupo de las sansimonianas presenta alguno de los problemas claves del feminismo, algunas de sus contradicciones y paradojas más recurrentes. Esa androgénesis del feminismo sansimoniano comporta problemas que van más allá de las especiales características de la figura de Enfantin, como jefe de secta, deseoso de adoración, quien hace de su atraccÍón un arma para dominar a mujeres y varones/Se apela a la espera para justificar la sumisión a la autoridad. Toda su retórica tiene el fin de conseguir un sistema de poder (La utopía como variación imaginativa sobre el poder)./Su. modelo significa una eliminación de los individuos, exige la sumisió~/En este sistema, las mujeres son las víctimas más propicias. 'Pero lo importante e.s que -á pesar de la exclusión de la familia, o quizás por ello mismo,  crean un grupo propio, un movimiento autónomo. La creación de un grupo autónomo introduce el problema de la definición de la identidad como grupo. Las mujeres aspiran a su dignidad dejando de ser ideales y actúan como sujetos tratando de afirmar una identidad propia en tanto que mujeres. Como toda colectividad oprimida, se busca la identidad de grupo, apareciendo el problema de en qué consiste la especificidad, la diferencia. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que han sido los hombres sansimonianos, Enfantin en concreto, quienes invitan a las mujeres a decir lo que son. La invitación misma significa una limitación pues les asignan, de entrada, una función. Se dará la palabra a las mujeres, pero se les asignan modelos de relaciones respecto de los cuales se han de situar. Lo cual significa una limitación a un discurso, a una imagen (La Mujer, la Madre) con exclusión de otros discursos e imágenes posibles, precisamente en el momento en el que busca su liberación. Porque, ¿qué significa ser mujer? Lo que se exalta es la figura de la Madre y el papel biológico, los aspectos de sentimiento de pacifismo, dadora de vida, etc. por lo tanto con valores opuestos a los de los varones, como luchadores, productores. Se le proponen figuras, imágenes de Virgen, esposa. Como en la mayor parte de los movimientos feministas, las sansimonianas se encontraban en la disyuntiva de, o bien actuar como varones, con toda la inferioridad que su propia situación tenía, o bien como una mujer tratando de dar valor y sentido a todo lo que le ha sido impuesto. Sin embargo, lo que las sansimonianas trataban de proclamar era que la mujer nueva estaba por inventar. La búsqueda de la identidad femenina, "en tanto que mujer" quedaba remitida así a algo no definido, que dependería, en última instancia, de cada mujer individual. La singularidad de cada mujer es lo que cobra relevancia. Naturalmente, eso introduce el problema de la dificultad de constitución de grupo reivindicativo, político o social.  '-, Desde el grupo, desde el "vosotras" se reen-vía al "yo singular", esa reivindicación individual era una de las discusiones de Clara Démar con Enfantin, pero al mismo tiempo quedaba el problema de la identidad y cohesión del grupo. Se trata de una contradicción de la que no eran conscientes. Sin embargo, la propia contradicción -adoptar una identidad como mujer que les venía impuesta o desarrollar, desde la propia libertad, 10 que querían'se" se plasmaba entre otras cosas en la pluralidad moral, en no identificarse con imágenes previamente concebidas, en denunciar las oposiciones, mujer rica-mujer pobre, madreamante, cristiana respetada-prostituta. Ahora bien, eso implicaría un enorme riesgo para adaptarse a toda estructura política constituida y, en consecuencia, el tener dificultades -- adicionales en el propio movimiento social. Esa etapa de reagrupamiento necesaria a todo movimiento reivindicativo, necesita destacar la identidad de grupo como forma de acrecentar la relación de fuerzas y posibilitar la acción colectiva. Cuando lo que se produce es una contradicción constante en lo que debería ser la propia identidad, aparecen fisuras y flancos débiles en el propio grupo y en el movimiento como tal. Todos los problemas aparecen aquí: el de la mediación de los hombres en el propio grupo ideológico, la necesidad de ruptura con ellos indispensable para constituirse, la necesidad de relación y diálogo con las otras mujeres como reconocimienfo de sí mismas y del grupo. Ch. Planté , a través del .análisis de la prensa de las mujeres sansimonianas ha podido observar un cambio del "nosotras" de los primeros artículos, "nosotras, mujeres", "nosotras sansimonianas ", "nosotras proletarias" a una notable tendencia a escindirse en un "yo" y "vosotras"; "yo" y "ellas". El lenguaje y la escritura juegan un papel fundamental en la construcción de su propia identidad, siendo un medio para "entrar en la historia y acceder al orden de lo simbólico" Desde la identidad del grupo con todas las dificultades que comporta se pasa a la singularidad. La Mujer Mesías, la Mujer del futuro que se espera era un modelo abstracto, una imagen paradigmática, en definitiva un límite que se ha fijado para las mujeres, pero las propias mujeres en sus acciones de propaganda, escritura, asociación, viajes, reivindicaciones y luchas concretas van encontrando su especificidad, su singularidad. No se reconocen ya en él modelo que se les imponía. El lenguaje y la escritura, con todas las dificultades que entrañaba para mujeres proletarias van siendo un medio de reconocimiento propio y colectivo. Presentan sus mismas contradicciones al mismo tiempo que las van revelando en su propia identidad.

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Neus Campillo : LAS SANSIMONIANAS: un grupo feminista paradigmatico.
Los feminismos a través de la historia. Capítulo II. Feminismo Moderno