29 de febrero de 2012

Senegal: más allá de la tradición .


¿Qué es la ablación?

La mutilación genital femenina o ablación se refiere a varios tipos de operaciones tradicionales llevadas a cabo en mujeres y niñas. La ablación tiene dolorosas consecuencias, tanto a corto como a largo plazo, para la salud de la mujer, que incluyen las hemorragias, los problemas de orina, las infecciones, la infertilidad y las complicaciones en el parto.

Se estima que entre 100 y 140 millones de mujeres y niñas han sufrido alguna mutilación genital y que cerca de 3 millones de niñas están en riesgo de padecer una operación de ese tipo este año.

27 de febrero de 2012

Miedos y temores en la primera infancia (0-6 años).



Si miramos hacia atrás, seguramente recordemos momentos en los que siendo pequeños hemos sentido miedo, noches en las que nos costaba dormirnos o situaciones que nos causaban temor. Todos los niños pasan por momentos de temores a lo largo de su desarrollo.

Podemos observar este sentimiento desde que nuestro hijo es todavía bebé y, aunque cada niño sea diferente, algunos son más sensibles y se asustan con más facilidad. Hay tantos miedos como personas, pero algunos aparecen de forma frecuente a lo largo de las distintas etapas por las que va pasando el niño en su primera infancia:

Miedos a los ruidos fuertes e inesperados. Este miedo lo observamos en casi todos los bebés. Frente a cualquier estímulo fuerte, repentino o intenso el niño puede reaccionar llorando. Por ejemplo: un portazo, el ruido de una sirena, petardos, etc.

Miedo a los extraños. Entre los 6-8 meses muchos bebés comienzan a mostrar temor a los extraños. Los padres suelen sorprenderse ya que no habían notado esto hasta entonces. Esto es señal de que ha aumentado la capacidad y sensibilidad del bebé para darse cuenta de con quien está. Será importante que cualquier cambio que tenga el niño en su vida sea gradual y acompañado de sus papás. Por ejemplo, si la madre empieza a trabajar y deja al niño con una cuidadora, podrá empezar estando ella unos días mientras su hijo conoce a esta nueva persona.

Miedo a separarse de los padres. Este temor aparece cuando el niño ha de separarse de sus figuras de apego. Aunque a partir de los 6-8 meses ya aparece, este miedo se intensifica alrededor del año y medio o los dos años. Podemos observarlo cuando el niño comienza el colegio por primera vez o cuando los padres han de ausentarse. Cuanto más gradual sea la separación de mamá y papá más fácil será para el niño adaptarse a estas situaciones.

Miedo a la oscuridad, brujas, monstruos… Estos miedos aparecen por la noche cuando el niño se va a la cama. Lo podemos observar a partir de los tres años aproximadamente. Es una buena etapa para utilizar cuentos. Si el niño se identifica con un héroe de ficción que acaba venciendo sus temores podrá calmarse y adquirir algún recurso para enfrentarse al miedo. También podemos dejar una luz pequeña que haga más fácil el momento de irse a la cama.

Miedo a la muerte. A partir de los 5-6 años aproximadamente el niño empieza a ser más consciente de lo que significa la muerte. Puede ser una etapa donde el niño haga muchas preguntas para lograr comprender este acontecimiento. Sera bueno para el pequeño que sus papás se muestren accesibles y respondan sus preguntas adecuando las respuestas a la edad del niño.

¿Que le pasa a nuestro cuerpo cuando tenemos miedo?

El miedo es una emoción instintiva y actúa en nuestro cuerpo como una señal de alarma. Dentro del cerebro, la amígdala es la responsable de detectar cualquier peligro, avisando a nuestro cuerpo para que este se ponga en marcha y se defienda. Por lo tanto debemos ver esta señal como algo que nos protege frente a los peligros, ya sean estos reales o imaginarios. A los padres les suele resultar difícil consolar a su hijo cuando está asustado y dudan sobre cómo reaccionar. ¿Hablamos sobre ello? ¿Le acompañamos a la cama? ¿Le quitamos importancia? ¿Dejamos una luz encendida por la noche?

Es importante trasmitir al niño que tener miedo a veces es normal y que a todos los niños les pasa. Será de gran ayuda poner palabras al miedo del niño y tratar de calmarlo. Por ejemplo: "Parece que ese ruido tan fuerte te ha asustado ¿verdad? Mamá te cogerá un poquito y el ruido pasará enseguida".

También podemos ayudar a los más pequeños a transformar el miedo en interés. Por ejemplo: "Ese perro tan grande te asusta, ¿verdad? Nos podemos alejar un poco y verlo desde allí, ¿has visto cómo corre a por la pelota?"

Los objetos transicionales como el chupete, el osito…pueden ayudar a que el pequeño se calme, así como el lenguaje que utilicemos y el tono de voz.

Es importante no ridiculizarle. Por ejemplo: "Pero ¿por qué lloras? Tener miedo es de bebés, ya sabes que las brujas no existen". Avergonzar al niño sólo hará que se sienta confuso por sus sentimientos.

Cuando el niño aún no tiene la edad adecuada para separar fantasía de realidad no es aconsejable que vea películas o programas con imágenes violentas o con personajes que les pueden causar temor.

Hemos de trasmitirle al niño que lo que ahora le asusta acabará pasando a medida que se vaya haciendo mayor. Los padres pueden contarle ejemplos de cuando eran pequeños y de cómo resolvieron ellos sus temores.

Otras causas del miedo

Además de los miedos más frecuentes, el niño puede pasar por momentos de temores por distintas circunstancias. Será de gran ayuda que los padres puedan reflexionar sobre algunos aspectos:

¿Ha tenido el niño una mala experiencia anteriormente, algún suceso que le puede estar asustando? Si es así podemos hablar con el niño sobre este suceso que le preocupa tratando de buscar soluciones juntos. También los cambios en las rutinas pueden hacer que el niño se sienta intranquilo. Por ejemplo: un cambio de casa, de colegio, un nuevo hermanito, separación de los padres etc.

¿Cómo se sienten los padres cuando ven a su hijo asustado? Si a un padre le afecta en exceso que su hijo tenga miedo, ya sea porque lo ve demasiado frágil o porque le hace conectarse con miedos suyos infantiles, es probable que reaccione de una manera excesiva tratando de reprimir el miedo del niño o dándole mucha importancia. Esto hará que el niño viva lo que le pasa con más ansiedad y se incremente su miedo.

¿Cómo actúan los padres cuando ellos mismos están asustados? Si alguno de los padres expresa miedo frente a algún acontecimiento, un niño sensible puede sentir la misma inquietud. La conducta que el niño observa en sus padres es la pauta que interioriza, por lo que debemos ser cuidadosos y reflexionar sobre como nos mostramos ante nuestros hijos.

¿Usan los padres el miedo en su modelo educativo? A veces escuchamos: "O te comes todo o te llevará el hombre del saco", "O te portas bien o te encerraremos en el cuarto oscuro"... Esto tendrá consecuencias negativas a largo plazo ya que el niño aprenderá a obedecer por miedo, no porque vaya interiorizando las normas y pautas de comportamiento.

La mayoría de los miedos van disminuyendo a medida que el niño se hace mayor, ya que va aumentando su capacidad cognitiva. Pero si los miedos del niño son excesivos, empiezan a interferir en su modo de vida y se prolongan en el tiempo, será bueno consultar con un profesional que ayude a los padres a entender qué le está pasando al niño y cómo ayudarle.

Berta Ponce    
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/blogs/relacion-padres-hijos/2012/02/23/miedos-y-temores-en-la-primera-infancia-06-anos-93088/

23 de febrero de 2012

Guia para el uso del lenguaje no sexista.






Avanzar hacia la plena igualdad de género


en el medio laboral requiere cambios, modificaciones


y ajustes en ámbitos diversos,


para contribuir al necesario cambio de mentalidades:


en legislación, en educación, en los medios


de comunicación, en el lenguaje…


En el contexto legislativo actual, tras la aprobación


de la Ley Orgánica de Igualdad, se faculta extraordinariamente


al ámbito de la negociación colectiva


como el idóneo para luchar contra las discriminaciones


de oportunidades y trato entre mujeres y hombres


que puedan producirse en el escenario laboral.


Igualmente, nuestro trabajo sindical reclama incorporar


una perspectiva de género, lo que significa integrar


en cada intervención el objetivo de la igualdad


de género y la consecución de formas de participación


y representación igualitarias para mujeres y


hombres. Tenemos presente que el lenguaje no es


neutral ni secundario en ningún caso, tampoco en


estos ámbitos; el lenguaje utilizado para redactar el


convenio colectivo es susceptible también de generar


discriminación de oportunidades y de trato entre


mujeres y hombres; por su parte, el de los espacios


comunicativos sindicales, con su variedad de textos


y documentos, debe reflejar necesariamente el protagonismo


compartido de hombres y mujeres en estas


tareas, así como hacerse eco de mensajes y contenidos


que permitan avanzar en igualdad.


En las alternativas que se proponen para un uso no


sexista del lenguaje, todas permitidas por la estructura


y las leyes de funcionamiento del castellano, hay


algunas más afianzadas y asumidas ya por una mayoría


de hablantes, mientras en otros casos se oscila


entre diversas variantes, en espera de ver qué solución


lingüística se impone. Sin duda, la opción elegida


será la que visibilice más nítidamente la diferenciación


de hombres y mujeres, por ser una exigencia


de la comunicación y de la representación en nuestro


tiempo.


Una primera versión de esta Guía se publicó por primera


vez en 2008, dedicada a identificar buenas


prácticas para el uso del lenguaje no sexista en la


Negociación Colectiva. La presente edición, actualizada


y ampliada, abarca tanto los textos de los convenios


colectivos como otros espacios comunicativos,


documentos y textos habituales en los ámbitos


laboral y sindical. Con esta publicación, buscamos


favorecer el uso de términos y expresiones libres de


sexismo, superando el lenguaje tradicional que invisibiliza


y discrimina a las mujeres. Es preferible el esfuerzo


consciente por buscar una opción libre de sexismo,


mientras sea lingüísticamente aceptable, que


quedarse en el terreno de lo tradicionalmente aceptado,


pero con un efecto discriminatorio, consecuencia


de hábitos que masculinizan el lenguaje y por


tanto la representación escrita de la vida y la realidad,


lo que expulsa a las mujeres del universo simbólico.





Al lenguaje de la negociación colectiva todavía


no ha llegado la plena igualdad de


oportunidades y trato entre mujeres y hombres.


Si persiste una desigualdad en el lenguaje del


convenio, si el lenguaje no es neutral porque no representa


de manera igualitaria a mujeres y hombres,


esto puede tener efectos perjudiciales sobre


las condiciones laborales de mujeres y hombres.


De igual manera, debemos prestar una atención


especial a la utilización de un lenguaje no discriminatorio


tanto en los documentos propios del ámbito


laboral como en los documentos, escritos y formularios


de nuestras organizaciones sindicales.


La cuestión del lenguaje no es secundaria, ni en el


conjunto de las relaciones laborales, ni en el proceso


de la negociación colectiva. Como saben bien


quienes intervienen en ella, incorporar o no una


cláusula, o una palabra en una cláusula, puede


modificar sustancialmente el resultado


La cuestión del lenguaje no es secundaria, ni en el


conjunto de las relaciones laborales, ni en el proceso


de la negociación colectiva. Como saben bien


quienes intervienen en ella, incorporar o no una


cláusula, o una palabra en una cláusula, puede


modificar sustancialmente el resultado.


Tampoco lo es en los documentos y escritos que


utilizamos sindicalmente. A este respecto hay que


hacer referencia al avance producido en los últimos


años, no obstante, aún con cierta frecuencia


observamos que pervive una redacción masculinizante.


Tenemos que saber que cuando se redacta


uno de estos textos con lenguaje masculinizante


no sólo estamos incumpliendo los objetivos igualitarios


aprobados en nuestros congresos confederales,


también estamos dejando fuera de la escena


sindical a las trabajadoras, a las afiliadas, a las mujeres


El tipo de lenguaje que usamos no es inocente. El


lenguaje "ordena" simbólicamente el mundo. Puede,


pues, "ordenar" la jerarquía entre los sexos, reproduciendo


acríticamente el sistema de sexo-género,


lo que quiere decir en otras palabras que con


nuestra forma de hablar o de escribir estamos contribuyendo,


sin saberlo y sin que probablemente sea nuestra intención, a mantener diversas formas


de discriminación hacia las mujeres.


Si utilizamos un lenguaje que oculta a las mujeres


favorecemos su subordinación social. Si usamos


un lenguaje que toma como norma y medida de lo


humano al hombre, a lo masculino, sin cuestionar


que una de las dos partes de la especie humana


pueda representar al todo mientras la otra parte


queda excluida, ayudamos a que persista en el


imaginario colectivo la percepción de que las mujeres


son subsidiarias, secundarias, prescindibles.


Como hablantes también nos posicionamos con el


uso que hacemos del lenguaje. ¿Estamos a favor


de la igualdad, a favor del avance social, a favor de


los derechos? ¿O creemos que podemos ser progresistas

en lo social e inmovilistas en el lenguaje?


Por mas informacion leer el siguiente vinculo:
http://www.ccoo.es/comunes/temp/recursos/1/643228.pdf

Carmen Bravo Sueskun

Secretaria Confederal

de la Mujer de CCOO

20 de febrero de 2012

Violencia contra las mujeres en tiempo de guerra.


Millones de mujeres y niñas llevan la peor parte en las guerras de hoy, debido a la particular amenaza que representan para ellas la violencia sexual y otros abusos. En ocasión del décimo aniversario de la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre las mujeres, la paz y la seguridad, Christine Beerli, vicepresidenta del CICR, hace un llamamiento a fortalecer la protección de las mujeres en tiempo de guerra.

Hace diez años, las esperanzas y aspiraciones que rodeaban la llegada del nuevo milenio se expresaron en diversas iniciativas de nivel mundial cuya finalidad era, básicamente, poner fin a algunas de las peores injusticias del mundo. La resolución N.º 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sobre las mujeres, la paz y la seguridad, fue una de esas iniciativas. En esta resolución, el Consejo señaló a la atención de la comunidad internacional el desproporcionado y específico impacto que los conflictos armados tienen en las mujeres es instó a que las mujeres participaran plenamente en la resolución de conflictos y la consolidación de la paz. Además, la resolución 1325 reflejó el reconocimiento político de que la mujer y el género constituyen elementos fundamentales para la paz y la seguridad internacionales.

El décimo aniversario de la resolución -que se cumplió en octubre- es una buena ocasión, no para celebrar su adopción sin reservas, sino para reflexionar más pausadamente sobre lo que todavía puede y debe hacerse para que las buenas intenciones se traduzcan en realidades y las palabras en acciones significativas.

Sea en la República Democrática del Congo o en Colombia, Afganistán o Irak, para citar tan sólo algunos ejemplos, millones de mujeres y niñas llevan la peor parte en las guerras de hoy, a menudo porque son destinatarias de actos de violencia deliberadamente ejercidos contra ellas como método de guerra. Están particularmente expuestas a la violencia sexual y a otros abusos. En muchos casos, la guerra las obliga a desplazarse, las separa de sus familiares y obstaculiza su acceso a los alimentos, al agua potable y a la atención médica. También puede suceder que las mujeres queden a cargo del mantenimiento de sus familiares como único sostén de familia.

El derecho internacional humanitario constituye una base sólida para la protección de la mujer en tiempo de guerra, principalmente mediante los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales. Para mencionar tan sólo un ejemplo, la violencia sexual constituye, de manera inequívoca, un crimen de guerra tanto en los conflictos armados internacionales como en los no internacionales.

Sin embargo, las atrocidades que se cometen en forma permanente contra las mujeres en el este de la República Democrática del Congo son sólo uno de los siniestros recordatorios de que las normas vigentes se infringen de manera flagrante y, a menudo, con la impunidad más absoluta. Hacer respetar las normas es un desafío permanente y la responsabilidad principal incumbe directamente a los Estados, que han ratificado universalmente los Convenios de Ginebra. No sólo deben velar por la aplicación de las normas sino también hacer que sean plenamente respetadas.

Es verdad que se han logrado algunos avances. En la legislación nacional de los Esta dos, se reconoce la responsabilidad penal de los autores de violaciones del derecho internacional humanitario y efectivamente se los obliga a rendir cuenta de sus crímenes. Varios tribunales internacionales y la Corte Penal Internacional han reforzado el concepto de la responsabilidad por los crímenes de guerra.

Pero es mucho lo que queda por hacer. Tanto las fuerzas armadas como los grupos armados deben comprender que la violencia sexual es un crimen de guerra y que los violadores serán sancionados. En este sentido, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) desempeña un papel importante, sobre todo por sus actividades de formación en materia del derecho internacional humanitario y la difusión de sus normas. Pero, los Estados y sus poderes judiciales también deben cumplir con su función. ¿Qué mejor medio de disuadir a los potenciales criminales de guerra que la efectiva aplicación de la ley?

No cabe duda alguna de que es mejor prevenir que curar. Las consecuencias de la violencia sexual como arma de guerra van más allá del terrible dolor y del trauma que sufren sus víctimas directas: pueden desestabilizar profundamente a sociedades enteras mucho tiempo después de terminado el conflicto. Algunas de las posibles consecuencias de esa violencia son la estigmatización y el rechazo de las víctimas y el colapso de las normas sociales y culturales. Esta situación puede conducir, por último, a la inestabilidad económica.

Para remediar esas consecuencias, es preciso elaborar una respuesta multidimensional que, como aspecto fundamental, se aplique directamente tanto a las víctimas de la violencia sexual como a otras mujeres interesadas. Es imprescindible que las mujeres participen de manera efectiva en la búsqueda de soluciones a sus problemas, para que esas soluciones tengan posibilidades de éxito. Las organizaciones humanitarias y los donantes, incluidos los Estados, deben esforzarse por garantizar este aspecto en los programas que aplic an en todas las etapas de un conflicto armado, desde la prevención a la protección y la recuperación posterior al conflicto. Relegar a las mujeres a la categoría de víctimas pasivas las desempodera y es contraproducente, puesto que las excluye aún más de las actividades humanitarias y de mantenimiento de la paz.

Como mujer, es mi deseo que este décimo aniversario de la resolución de las Naciones Unidas sobre las mujeres, la paz y la seguridad sea recordado como el anuncio de una nueva medida concreta: que los Estados no sólo adopten medidas concretas para tipificar la violencia sexual como crimen en sus legislaciones nacionales, sino que los autores de violaciones sean enjuiciados. Entonces, las mujeres de todo el mundo sí tendrán un verdadero motivo para festejar.
http://www.icrc.org/spa/resources/documents/statement/women-statement-2010-10-31.htm
http://www.icrc.org/spa/index.jsp

19 de febrero de 2012

¿Es usted sexista (en su lenguaje)?.


En los últimos años, y a partir de la aprobación de la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo, para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres, se están produciendo importantes avances en el ámbito social y legislativo que han propiciado cambios favorables para conseguir que la igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres sea real y efectiva.

La actual presencia de las mujeres en la vida pública y sus nuevos roles, tienen grandes repercusiones en el lenguaje que nos hacen replantearnos nuestros hábitos lingüísticos para que respondan a esta nueva realidad.

A través del lenguaje, en estrecha relación con nuestro pensamiento, se nombra e interpreta la realidad en la que vivimos. Refleja lo que la sociedad es en cada momento, pero a su vez, en constante evolución de acuerdo con los cambios que experimenta la humanidad, va creando nuevas formas en virtud de lo que sus hablantes desean que sea la sociedad en la que viven.

El sexismo lingüístico
es el uso discriminatorio del lenguaje que se hace por razón de sexo. Tal y como considera la lingüista Eulalia Lledó "el lenguaje no es sexista en si mismo, sí lo es su utilización. Si se utiliza correctamente también puede contribuir a la igualdad y a la visibilización de la mujer".

Una de las cuestiones más polémicas relacionadas con el sexismo lingüístico proviene de la confusión que se establece entre sexo y género gramatical. Mientras que el sexo es un rasgo biológico que poseen algunos seres vivos, el género gramatical es un rasgo inherente a determinados tipos de palabras, que sirve para clasificar los sustantivos en masculinos y femeninos y, en el caso de los adjetivos y determinantes, para establecer su concordancia.

Una manera de advertir este sexismo estriba en aplicar la denominada "regla de inversión", que consiste en probar si el texto es correcto al sustituir los términos femeninos por los correspondientes masculinos, y viceversa.

El sistema lingüístico del castellano ofrece posibilidades para que no se produzca discriminación sexual en su uso. Existen múltiples recursos lingüísticos que no requieren desdoblar continuamente (que es lo que la mayoría entiende como solución al sexismo del lenguaje); se trata de utilizar estrategias y recursos que posee nuestra lengua y que no faltan ni a la gramática, ni contravienen el principio de economía del lenguaje, sino todo lo contrario, ya que la mayoría se caracterizan, precisamente, por su brevedad. No podemos olvidar que el
Guía del lenguaje no sexista. 2 principio fundamental del lenguaje es que la comunicación sea efectiva, por lo que, en el peor de los casos, siempre será preferible usar un término más a que el mensaje resulte equívoco y/o sexista.

La Oficina de Igualdad de la UNED ha asumido como uno de sus objetivos prioritarios el integrar la perspectiva de género en todos los procesos que se originan en esta Universidad. En este sentido, y como primer paso para su consecución, la Oficina de Igualdad proporciona a la comunidad universitaria esta guía, que pretende ser una herramienta práctica y sencilla, dirigida a todos sus miembros con un doble fin: evitar el uso sexista en los documentos administrativos y resolver sus dudas mediante la aportación de soluciones sencillas y no discriminatorias.


Lucía González  
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/03/espana/1328274657.html?cid=GNEW970103

Para seguir el artículo completo visite el siguiente vínculo:
http://portal.uned.es/pls/portal/docs/PAGE/UNED_MAIN/LAUNIVERSIDAD/VICERRECTORADOS/GERENCIA/OFICINA_IGUALDAD/GUIA_LENGUAJE.PDF

17 de febrero de 2012

Mujeres, más retórica que inclusión.



"Las mujeres tienen las llaves para abrir las barreras a un desarrollo sustentable", sintetizó una vez la vicesecretaria general de la ONU, Asha-Rose Migiro. Pero sus propias puertas suelen estar cerradas.

Las mujeres desempeñan roles esenciales en la economía, la agricultura y el desarrollo mundial. Pero aunque la retórica sobre la importancia de su inclusión en proyectos de desarrollo llegó a un clímax en los últimos años, los proyectos de inversiones a menudo no dan el ejemplo en cuanto a incluir realmente una perspectiva de género.

Los principales desafíos que enfrenta el desarrollo sostenible son la desigualdad de género, el cambio climático, la degradación de los recursos naturales y la recesión mundial, dijo Melanne Verveer, embajadora del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos para los asuntos de las mujeres, en una conferencia sobre igualdad de género y desarrollo sustentable.

"No tendrá éxito ningún esfuerzo por promover el desarrollo sustentable que no tome en cuenta a la mitad de la población mundial", declaró.

"Las mujeres promueven desde hace tiempo soluciones a los desafíos del desarrollo sustentable. Vienen promoviendo (mecanismos de) adaptación y mitigación del cambio climático, protección de la biodiversidad y de ecosistemas vitales, garantizando el acceso al agua y combatiendo la contaminación aérea en espacios interiores", agregó.

Según la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), las mujeres son responsables de la mitad de la producción mundial de alimentos.

Además continúan cargando con la mayor parte de las responsabilidades en el hogar, desde el cuidado de los hijos a la elaboración de los alimentos.

Por lo tanto, la participación de las mujeres es crucial para el éxito de los proyectos de desarrollo sostenible.

Sin embargo, y aunque admiten la importancia de la igualdad de género en el desarrollo, el Banco Mundial y otras instituciones financieras multilaterales continúan tomando decisiones insensibles al género, dijo a IPS la presidenta de Gender Action, Elaine Zuckerman.

"Muchas personas proponen la igualdad de género, los derechos de las mujeres, el empoderamiento de las mujeres, pero cuando se mira los presupuestos (…) hay una enorme desconexión. Es fundamental que la retórica se traduzca en inversiones", dijo Zuckerman a IPS.

Las instituciones financieras multilaterales ven al género como un "asunto blando", declaró a IPS la coordinadora de programas de Gender Action, Elizabeth Arend.

El presupuesto del año pasado del Banco Mundial para las inversiones en materia de "desarrollo social, género e inclusión" se redujo de 952 millones de dólares a 908 millones, pese a que el Informe sobre el Desarrollo Mundial subrayaba los temas de exclusión de las mujeres.

El gasto del Banco en esta categoría representa menos de dos por ciento de su presupuesto 2011, señaló Arend.

"No es suficiente tener un puñado de ‘expertos en género’ en una institución como el Banco Mundial… Tampoco es permisible abordar el tema en un solo párrafo dentro de un documento de 160 páginas de evaluación de un proyecto", dijo Arend a IPS.

"Las instituciones financieras internacionales deben entender que cada componente de cada proyecto en cada sector tiene implicaciones de género, y que marginar este asunto perjudica de modo fundamental la efectividad y la sustentabilidad de las inversiones", apuntó.

Muchos proyectos de instituciones financieras internacionales no abordan las desigualdades de género que impiden que mujeres y niñas participen y se beneficien de actividades de esos mismos proyectos, según expertos.

Las mujeres tienden a sufrir desproporcionadamente cuando las desigualdades de género no se incluyen en el diseño de proyectos de desarrollo, como ejemplifican los proyectos del gasoducto de África occidental y el oleoducto Chad-Camerún, financiados por el Banco Mundial.

Una investigación de Gender Action en asociación con Amigos de la Tierra concluyó que, como en el proyecto no se tomaron en cuenta las dimensiones de género, "las instituciones financieras internacionales reforzaron el (existente) estatus de segunda clase al marginar a las mujeres en los procesos de consulta, discriminarlas en programas de compensación y oportunidades de empleo, y perjudicar los cruciales medios de sustento de las mujeres".

Arend cree que hay varios motivos para la persistente brecha entre la retórica del Banco Mundial y el financiamiento que realmente aporta a los asuntos de género.

Primero está la discrepancia histórica entre lo que el equipo investigador del Banco prioriza y el dinero que realmente recibe. Segundo, si la dirigencia no ve al género como una prioridad, entonces este no es integrado en las inversiones del Banco.

En definitiva, según Arend, el Banco Mundial es una empresa.

"El Informe sobre el Desarrollo Mundial brinda un ejemplo. La fundadora de Gender Action, Elaine Zuckerman, lo ha seguido desde su creación y (prácticamente no) ha visto una correlación entre el Informe y el financiamiento real", señaló Arend.

"Aunque el Banco está ocupado promocionando este Informe y sus conclusiones, además de su campaña de medios sociales ‘Piensa en equidad’, no está invirtiendo más en género en absoluto", aseguró.

Sin embargo, esta situación podría estar cambiando lentamente. Arend observó que el Banco ha comprometido 40 millones de dólares para relanzar un "proyecto de servicios públicos para el fortalecimiento de la agricultura" en Haití, cuya versión original data de 2009.

El nuevo proyecto ha "desarrollado un programa de capacitación financiera para productoras y comerciantes agrícolas, fortalecido la capacidad del equipo del Ministerio de Agricultura sobre asuntos de género y apoyado la integración de un Punto Focal de Género en el ministerio", como pidieron las beneficiarias.

"El proyecto (de Haití) dista de ser perfecto, pero esto muestra que el Banco Mundial es capaz de hacer inversiones de una manera sensible al género. Todo lo que parece estar faltando es la voluntad", dijo Arend.

Charundi Panagoda
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100102

La violencia, el embarazo y el aborto .


Tanto los hombres como las mujeres, y los niños como las niñas,
son objeto de la violencia personal en el mundo entero, pero la
violencia perpetrada contra la mujer suele ser por motivos del
género. En la mayoría de los casos, los perpetradores son hombres
y los comportamientos violentos que ellos imponen en las
mujeres reflejan sus prejuicios de género. Por supuesto, no todos
los hombres maltratan a las mujeres, y un número creciente de
hombres está haciendo campañas para terminar la violencia contra
la mujer. No obstante, las normas comunes basadas en el
género que ponen énfasis en la ‘superioridad’ y el dominio del
hombre frente a la ‘inferioridad’ y subordinación de la mujer,
siguen sosteniendo la percepción de que el hombre tiene derecho
a utilizar cualquier medio necesario para controlar a la mujer. El
hombre que está de acuerdo con dichas normas puede responder
maltratando verbalmente, atacando físicamente o acosando sexualmente
a su compañera, madre e hijas si percibe que ponen en
duda su autoridad. Muchos hombres carecen de las habilidades
para lidiar con el estrés (por ejemplo, el ocasionado por demandas
económicas) o para resolver conflictos. Muchos hombres también
han sido motivados a ejercer comportamientos arriesgados,
tal como la adicción al alcohol y a otras substancias. Dichos factores
pueden llevar a algunos hombres a expresar su frustración y
furia escogiendo a otras víctimas en quien descargarse: las
mujeres y los niños suelen llevar el peso de este abuso.
Cuando la mujer es víctima de la violencia, ella sufre repercusiones
cuyos efectos pueden durar toda una vida. Las mujeres que sufren
abuso durante la niñez corren mayor riesgo que otras mujeres de
convertirse en víctimas de la violencia como adultas. Cuando la
mujer sufre continuo abuso doméstico por parte de su pareja íntima,
sus hijos corren un riesgo considerable de convertirse en víctimas
también, y esto puede significar el inicio de un ciclo repetitivo.
En el caso de las mujeres que son maltratadas en su edad reproductiva,
los efectos son agravados. Puede que las adolescentes y
mujeres adultas que son agredidas física y sexualmente tengan que afrontar las
infección transmitida sexualmente/virus de la inmunodeficiencia humana (ITS/VIH),
el embarazo no deseado, el aborto espontáneo, el parto de un feto muerto, e incluso
la muerte. En el caso del embarazo como resultado de una violación, los efectos psicológicos
pueden ser devastadores, particularmente cuando se trata de niñas cuya
primera experiencia sexual consistió en una violación o incesto. Más aún, las adolescentes
que quedan embarazadas en una edad muy precoz afrontan riesgos a su salud
porque, en muchas mujeres, el esqueleto no termina de desarrollarse hasta los 18
años de edad, además de que el conducto pélvico a veces no es fisiológicamente
adecuado hasta los 20 ó 21 años de edad. La tasa de mortalidad relacionada con el
embarazo y el parto es de dos a cinco veces más alta entre las mujeres menores de
18 años de edad que entre aquéllas de 20 a 29 años de edad .
Además, una mujer que queda embarazada debido a una violación debe tomar decisiones
que afectarán el resto de su vida :
Ella puede optar por llevar el embarazo a término y quedarse con el niño que nazca.
A pesar de que puede darse una relación cariñosa y gratificadora entre la madre y el
niño, la madre debe afrontar decisiones difíciles (por ejemplo, decirle al niño cómo
ocurrió el embarazo). También puede que se encuentre con situaciones difíciles para
las cuales estaba totalmente desprevenida, por ejemplo, tener que criar un niño sin
la ayuda del padre, el posible rechazo del niño por parte de su pareja, verse apremiada
a tener que dejar sus estudios, los efectos en su situación de empleo, etcétera.
Ella puede optar por llevar el embarazo a término y dar al niño en adopción. En
algunas sociedades puede que esta opción sea difícil dado que rara vez se practica
la adopción, y la mujer sabe que el niño probablemente crecerá sin padres. Puede
que la mujer también sufra estigmatización por ‘abandonar’ a su hijo.
Ella puede optar por tener un aborto. Algunos países y estados no permiten el aborto
en casos de violación e incesto; por tanto la mujer se ve forzada a recurrir a un
aborto clandestino, el cual en muchos casos puede ser arriesgado y poner en peligro
la salud e incluso la vida de la mujer. Debido al estigma en torno al aborto, las
mujeres que escogen esta opción pueden, además, afrontar abuso cuando buscan
la asistencia del sistema jurídico y los cuidados del sistema de salud.

Para seguir el artículo completo visite el siguiente vínculo:

http://www.ipas.org/publications/asset_upload_file614_2618.pdf

http://www.unimedicos.com/sitio/contenidos_mo.php?it=110

16 de febrero de 2012

La implicación del entorno de las víctimas de violencia machista sigue siendo “muy limitada”.

La violencia tiene indicadores. A menudo son reconocidos por el entorno de las mujeres que la padecen, pero todavía son pocas las personas las que se comprometen y ayudan a la mujer maltratada. La implicación del entorno de las víctimas de la violencia machista siempre ha sido "muy limitado" y además, lejos de aumentar, muestra una tendencia a la baja. Lo destacaba ayer Inmaculada Montalbán, presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género, en un encuentro con periodistas, en el que participó AmecoPress

Los informes que realiza el Observatorio buscan diagnosticar para mejorar la respuesta judicial y la aplicación de la Ley de Violencia de Género. Sirven para desmontar "falsos mitos que justifican la violencia y contribuyen a su mantenimiento", como aquellos que defienden que entre las causas de la violencia machista está el abuso del alcohol, las drogas o los trastornos mentales, o que existen denuncias falsas por parte de las mujeres. Y permiten observar conductas de un modo preciso, de las mujeres maltratadas y su entorno, de las instituciones y de la ciudadanía en general.

Así, las estadísticas, que recogen quien interpone las denuncias, muestran que las formas más usuales de inicio de los procedimientos penales ha sido por "atestado policial", seguido de las denuncias presentadas directamente por la víctima y los parte de lesiones. En el año 2009, solo el 1,39 por ciento de las denuncias presentadas fueron realizadas por familiares. En 2010, este porcentaje alcanzó el 1,62 por ciento. Entre enero y septiembre de 2011 se registraron 102.261 denuncias, de ellas 1171 fueron presentadas por familiares, el 1,15 por ciento.

Esta actitud de los y las familiares se observa también en los casos de feminicidios, ya que, como se recoge en el informe de víctimas mortales 2010, de cuatro procedimientos en los que se recabó el testimonio de familiares, testigos de los hechos, solo en dos las hijas del agresor declararon.

Víctimas mayores de 56 años

En la cita de ayer, el Observatorio quiso alertar sobre el comportamiento observado en las víctimas de violencia de género mayores de 56 años. Estas mujeres no denuncian su situación, como demuestran los datos de los últimos tres años, en los que sólo una de las fallecidas que rebasaba esta edad había acudido a la justicia.

En concreto, en el año 2009 fueron asesinadas por hombres con los que mantenían o habían mantenido una relación sentimental un total de 9 mujeres mayores de 56 años y ninguna de ellas había presentado denuncia previa por maltrato. En 2010, fueron diez las víctimas mayores de 56 años y tampoco ninguna denunció, ya que la fallecida que tenía más edad había cumplido justo esta edad.

El año pasado se produjo una única denuncia entre las diez fallecidas que rebasaban los 56 y en lo que va de 2012, ninguna de las ocho mujeres asesinadas, ni mayor ni menor de esta edad, había acudido previamente a la justicia, según los datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Esta tendencia no sólo se observa en los casos de asesinato, ya que la recopilación de denuncias por violencia de género que realiza trimestralmente el Observatorio revela que el grupo más pequeño es el de las presentadas por mayores de 56, mientras que las más numerosas son las impulsadas por mujeres de entre 26 y 35, y de entre 36 y 45. La media está en los 41,5 años.

En el encuentro, Montalbán destacó entre las causas de esta tendencia "el aislamiento" en el que se encuentran estas mujeres cuando llegan a esa edad y abogó por medidas específicas dirigidas a este sector de la población.

Instrumentos

La presidenta del Observatorio valoró positivamente el encuentro mantenido con la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, el pasado lunes, en el que estuvieron presentes representantes de los Ministerios de Justicia, Interior, Hacienda y Administraciones Públicas y de Educación, Cultura y Deportes, del CGPJ, la Fiscalía, las comunidades autónomas y los ayuntamientos, junto a las organizaciones de mujeres, y personas expertas en el estudio de la violencia contra las mujeres, ya que "parece que no hay intención de tocar la legislación actual en esta materia por parte del Gobierno y eso es lo que corresponde en este momento".

Como es habitual, Montalbán alertó sobre la gran bolsa de maltrato que no termina de emerger –una estimación de unas 400.000 mujeres en España que sufren malos tratos en la actualidad – e insistió en la educación como "la principal vacuna frente a la violencia". En ese sentido destacó la labor fundamental de los medios de comunicación a la hora de informar sobre la violencia y de transmitir modelos y valores, haciendo un llamado a la responsabilidad y el compromiso.

Encuentro con Inmaculada Montalbán, presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género

14 de febrero de 2012

Una realidad espinosa.

Para miles de mujeres colombianas, las flores no simbolizan el amor sino una explotación masiva.

"Las mujeres tienen que volver a los invernaderos justo después de haber rociado las flores con pesticidas. Algunas se marean o tiene problemas de presión sanguínea, e incluso en algunos casos sus hijos han nacido con problemas respiratorios". - Dionise Trujillo, ex trabajadora de las flores, Colombia.


Para miles de mujeres del sector de las flores en Colombia, las flores no simbolizan el amor sino una explotación masiva. Es irónico que en un sector que genera tantos beneficios con la celebración del Día de la Madre, sea práctica habitual despedir a las mujeres en cuanto se quedan embarazadas.


Colombia es el segundo país después de Holanda en exportación de flores. Las mujeres representan el 70% de la mano de obra de este sector. Trabajan con contratos temporales que generalmente sólo son verbales.


En un día normal, una mujer recoge una media de 400 claveles. Ese número se duplica en fechas especiales, por ejemplo, en el periodo previo a San Valentín o el Día de la Madre. La venta en las calles de EE.UU. y Europa de las flores de todo un día de trabajo puede ascender a los 800 dólares, mientras que la trabajadora está cobrando un salario mínimo equivalente a menos de 2 dólares por día.


Y lo que es peor, los estudios médicos revelan que dos tercios de las trabajadoras en el sector de las flores en Colombia padecen problemas asociados a la exposición a los pesticidas, que van desde náuseas a abortos espontáneos

Desvalorizacion del trabajo:

En primera medida, es necesario mencionar que las trabajadoras floriculturas son el

eslabón más débil de la cadena de producción de flores cortadas para la exportación,

aunque con su trabajo aportan ganancias muy importantes al sector floricultor estos

beneficios económicos no las cobijan.

Por el contrario, están siendo directamente perjudicadas por la flexibilización laboral

debido a prácticas de contratación como:

- Contratos laborales a término indefinido, con presiones continuas de despido lo cual

genera inestabilidad.

- Contratos a término fijo, por lo general no mayor a 4 meses.

- Contratos por producto, por ejemplo por número de flores cortadas.

- Subcontratación por personas naturales o empresas temporales de servicios.

- Uso de la modalidad de las Cooperativas de Trabajo Asociado, que por su naturaleza no

se rigen por el derecho laboral. Las trabajadoras asociadas en ellas aportan como capital,

su trabajo, y son consideradas, al mismo tiempo, gestoras de la "nueva empresa". El

régimen de trabajo, de previsión, de seguridad social y compensación es el consignado en

los estatutos y reglamentos del acuerdo cooperativo, por lo general realizados con

antelación a la vinculación de la trabajadora a la cooperativa y en muchos casos

directamente por las empresas floriculturas, en la mayoría de las ocasiones las

trabajadoras desconocen los estatutos que las rigen. Por consiguiente cuando la

trabajadora se vincula, se adhiere a unas condiciones previamente establecidas, que

pueden desconocer su seguridad social y la de su familia.

Amor, flores y mujeres.
(1989), es un documental de Jorge Silva y Marta Rodríguez
que describe en profundidad el cultivo de flores en Colombia, un trabajo de condiciones muy precarias, realizado casi exclusivamente por mujeres, que se ven
expuestas a tóxicos y pesticidas mortales.»






http://www.oxfam.org/es/about

http://www.odg.cat/documents/enprofunditat/Deute_ecologic/florscactus.pdf

13 de febrero de 2012

El despertar femenino.



Margarita Núñez Álvarez, conocida como la Abuela Margarita, descendiente y curandera de las culturas Maya y Chichimeca trae un mensaje de amor y espiritualidad ligado a la tierra desde lo femenino. Conocida y respetada entre los círculos indígenas de todo el mundo, esta mujer originaria del norte de México se ha convertido en vocera de la mujer. La abuela ha sido llamada desde muchos extremos del planeta para que su palabra sea oída. Ella proclama valores de la mujer como generadora y transformadora de la sociedad y lleva con su palabra de tradición y como guardiana del origen a nuevas miradas del mundo y de la vida





La Revolución Personal.



El servicio desinteresado a la humanidad es el secreto para vivir una vida plena, autentica, objetiva, el servicio desinteresado es contrario al egoísmo. Es un deber para La Revolución Personal, y es sabido que si cumplimos nuestros deberes, nuestros haberes llegaran sin pedirlos, sin esperarlos. Entre más energía pongamos en servir a los demás, más fluirá la energía divina en nosotros, el servicio desinteresado purifica nuestra alma y nuestro corazón. Los egos en la forma de egoísmo, celos y superioridad se diluyen, mientras que la humildad, el amor, la compasión, la tolerancia, y la misericordia se fortalecen y crecen como la espuma. Se amplía la perspectiva y la razón de vivir, se vive la unidad, nos volvemos amplios y generosos desarrollando un corazón grande y un alma noble. Obtenemos el conocimiento del Ser, de nosotros mismos, de nuestro "si mismo", entendemos la unidad del Todo y la alegría y la felicidad nos embargan sin límites.

El servicio desinteresado es un paso importante en el camino de La Revolución Personal, nos acerca a la toma de consciencia, limpia y purifica nuestra mente llenándonos de virtudes y valores positivos. Nosotros hacemos parte del mundo, usted y yo, cómo no vamos a amarlo si al mundo pertenecemos? Amemos, sirvamos, seamos amables con todo el mundo. Volviéndonos sirvientes de la humanidad lograremos alcanzar nuestra realización.

No esperemos que los demás obren igual que nosotros, recordemos que nosotros ni nadie es perfecto, seamos tolerantes, comprensivos, caritativos y bondadosos. La mayoría de las personas hace lo que mejor puede, hagamos también nuestro mejor esfuerzo. Ayudemos a los demás. Utilicemos nuestra energía, nuestros conocimientos, nuestros bienes, nuestra educación, nuestras riquezas, nuestro intelecto, nuestras fortalezas y todo cuanto poseemos para mejorar a quienes lo necesiten y lo deseen.

Ningún ser humano es inferior o superior a otro, La Revolución Personal piensa que todos los seres humanos somos iguales, sentimos y hacemos cosas similares, nuestros organismos cumplen exactamente las mismas funciones. Otra cosa es que algunas personas desarrollan mas o menos sus aptitudes, pero en sí, somos iguales y como tales nos debemos respeto y consideraciones. Quien comprende lo anterior ha entendido el sentido de la vida y sabrá que es muy importante cualquier trabajo ya sea de jefe o de subalterno; lo esencial es hacer el trabajo que nos haya correspondido en forma diligente haciéndolo de la mejor manera que podamos, de tal forma que beneficie muchas más personas. No perdamos ninguna oportunidad de servir y ayudar a todo el que podamos. Pero no esperemos que cuando sirvamos o ayudemos, se nos reconozca por hacerlo, ya sabemos que es nuestro deber y hemos aprendido a disfrutarlo. Agradezcamos a la persona que nos permite servirle, gracias a ella nos llenamos de bienaventuranza.

No hagamos un acto mecánico del servicio desinteresado a la humanidad, hagámoslo como un acto devocional consciente, El servicio a la humanidad es la mejor forma de acercarnos a Dios. Nosotros solo somos instrumentos, no hacemos todo de tal forma que debemos actuar solo como administradores no como propietarios. Entreguémonos en cuerpo, mente y alma al servicio desinteresado, no nos preocupemos por el resultado, no idealicemos el éxito ni el fracaso.

Realmente es bastante difícil hacer servicio desinteresado, casi siempre nos servimos a nosotros mismos, o lo hacemos solo para lograr nuestra pureza, inclusive, ni siquiera debemos pensar en hacer las cosas "para que Dios este contento". Es sencillo solo debemos pensar en servir al pobre, al enfermo, al deprimido, al ciego, al afligido y al que sufre; amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos, como también a los animales. Pero también debemos servir a los ricos y a los poderosos, así toda sensación de superioridad es eliminada. El servicio desinteresado a la humanidad es para la paz no para la confrontación, es el significado de la vida, mientras más energía pongamos en servir a otros más fluirá la energía universal hacia nosotros, no hablemos demasiado de lo que hacemos en el servicio desinteresado, limitémonos a hacer, vivamos para los demás, así conseguiremos el estado de bienaventuranza.

Sirvamos, amemos, abracemos, seamos amables, abramos nuestro corazón, convirtiéndonos en un sirviente de la humanidad. Busquemos los humildes, desconsolados, afligidos y alegrémosles y llevémosles consuelo sirviéndolos sin escatimar. Sirvamos a nuestros padres, nuestros mayores, nuestros maestros y a nuestros huéspedes. Eliminemos la miseria y el sufrimiento, sirviendo, sirviendo y sirviendo. Vayamos a un hospital, visitemos los enfermos, sentémonos a su lado, sonriámosles, digámosles palabras de consuelo, iluminemos su camino. Nos liberaremos de la vanidad y el egoísmo, ayudemos sin quejarnos, sin sufrir, aceptemos los insultos cuando alguien los profiera en nuestra contra, elevémonos por encima de ellos, mantengamos la mente fría y equilibrada, compartamos lo que tenemos. Olvidemos nuestro propio nombre, nuestras propias obras. Pensemos en la humanidad como una sola unidad. Vivamos para el servicio desinteresado a los demás.

No perdamos ninguna oportunidad de servir. Hagámoslo con alegría, de buena gana. Nunca creemos discordia, siempre armonía y paz. No hablemos de lo que hacemos por los demás, limitémonos a hacer. Seamos conscientes de eliminar el ego con nuestro servicio desinteresado, concentrémonos para hacer nuestro trabajo, seamos constantes, descansemos pero no nos quedemos quietos en exceso.

Puede parecer extraño y quizás muchos de los lectores no puedan soportar el hecho de que agradezcamos a quien servimos, pero es un privilegio para nosotros el que haya personas que nos permitan nuestro crecimiento, agradezcamos el que los demás confíen en nosotros para hacer algo por ellos. Usted puede intentarlo, la próxima vez que surja una oportunidad de hacer desinteresadamente algo por alguien y muy especialmente si son trabajos de los que llamamos humildes, por ejemplo limpiar, ordenar, etc. Hagámoslo disfrutando y agradeciendo el servicio que prestamos, esto es algo muy gratificante.

El servicio desinteresado a los demás es liberador y nos perfecciona, además atraemos personas de buena voluntad las cuales estarán dispuestas a ayudarnos en el momento que lo necesitemos. Cuando liberamos nuestro egoísmo del sufrimiento y realizamos actos por los demás por el solo placer de hacerlo, alcanzamos la serenidad y una alegría profunda. Cuando lo hacemos de esta forma no sufrimos en caso de no obtener lo que esperábamos.

Texto: Dhyanamurti
http://blogs.elespectador.com/larevolucionpersonal

6 de febrero de 2012

Ablación: Mutilacion genital femenina.



Con el apoyo mundial, es posible poner fin a esta práctica en una sola generación. El cambio ocurrirá cuando las comunidades dispongan de los conocimientos que les permitan tomar decisiones que pongan fin a esta práctica de forma duradera.
La ablación/mutilación genital femenina (A/MGF) es una práctica tradicional de la que se cree que potencia la belleza, el honor, las posibilidades de matrimonio, el estatus social y la castidad de una chica. Los padres fomentan la mutilación creyendo que así protegen el honor de la familia y los intereses de sus hijas.
En los 28 países del África Subsahariana y Oriente Medio en los que se practica la ablación/mutilación genital femenina, unas 130 millones de niñas y mujeres han sido víctimas de esta práctica. Antes se estimaba que dos millones de niñas sufrían la mutilación cada año, pero ahora, la mejora en los sistemas de recogida de datos, ha elevado la cifra a tres millones por año.
En todas sus formas, la ablación/mutilación genital femenina causa grandes dolores y puede llevar a hemorragias prolongadas, infecciones, infertilidad e incluso la muerte. Debido a la naturaleza privada del problema, es imposible estimar el número total de muertes debidas a esta práctica.
La ablación/mutilación femenina es una preocupación mundial, que también afecta a las mujeres pertenecientes a comunidades inmigrantes en los países industrializados de todo el mundo. En cada país varían mucho los porcentajes de mujeres y niñas que sufren esta práctica, los tipos de mutilaciones llevadas a cabo y la edad a la que se realizan.
Consecuencias de la mutilación/escisión genital femenina :
Esta práctica es una violación de los derechos fundamentales de las niñas. Es discriminatoria y viola los siguientes derechos, protegidos por leyes internacionales:
- Derecho a la igualdad de oportunidades
- Derecho a la salud
- Derecho a no sufrir violencia, lesiones, abusos, torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes
- Derecho a la protección frente a prácticas tradicionales dañinas
- Derecho a tomar decisiones sobre la propia vida reproductiva
Además causa daños físicos irreparables:
- Puede conducir a una muerte por desangramiento
- Puede producir un colapso neurológico debido al dolor y el trauma
- Puede conllevar una infección masiva y septicemia
- Muchas niñas quedan en estado de shock debido al intenso dolor, el trauma psicológico y el extenuamiento producido por el llanto y los gritos.
Quienes sobreviven a esta práctica pueden tener problemas como el que la herida no llegue nunca a cicatrizar; la formación de abcesos y de cicatrices hipertróficas, contracturas y adherencias; infecciones del tracto urinario; relaciones sexuales dolorosas; una mayor susceptibilidad a contraer el VIH/SIDA, hepatitis y otras enfermedades de transmisión sanguínea; infecciones en el aparato reproductor; inflamaciones pélvicas; infertilidad; menstruaciones dolorosas; obstrucciones crónicas del tracto urinario y cálculos; incontinencia urinaria; aumento del sangrado y de las infecciones durante el parto.

Escena de la película Flor Del Desierto. Su valentía cambió el mundo, Flor Del Desiero, la historia de la Top model Somalí Waris Dirie, una voz contra la mutilación genital femenina en muchos países.


http://www.fotolog.com/fifandoenelbanio/23127617

Por qué hombres y mujeres obtienen salarios desiguales?



La modernización de la sociedad no puede ser completa sin alcanzar cotas de relación y trato equivalente entre todas las personas. En este sentido, aunque con transformaciones nada desdeñables, pero que en modo alguno debemos mitificar y sin ninguna concesión a la complacencia, la división sexual del trabajo de nuestros días hereda aún jerarquías, estereotipos, roles y desigualdades que no se corresponden ni radican en las similitudes ni en las diferencias existentes entre hombres y mujeres. Su razón consiste en la pervivencia histórico-cultural de relaciones patriarcales en la familia, en las instituciones sociales y en el mundo de la empresa que no responden más que a una injusticia racionalizada por justificaciones basadas en prejuicios y la tradición conservadora, y que aún presenta en algunas cuestiones rasgos precivilizatorios.

Desde la familia a las instituciones educativas, hasta la propia publicidad y la industria del entretenimiento, todavía se vuelcan expectativas e inculcan actitudes hacia ciertas responsabilidades, y para otras no, que van asignando roles diferenciados y de diferente reconocimiento y aprobación social a hombres y mujeres.

Las cosas han cambiado de un tiempo a esta parte. Pero no siempre hacia una mayor emancipación.

La mujer se ha incorporado en gran medida al empleo. Pero no se ha librado de asumir las principales cargas del trabajo doméstico y de crianza. Las mujeres han entrado en el mercado de trabajo. Sí, pero, por desgracia, por la puerta de atrás y siempre con la obligación de atender el espacio del hogar. Aunque los varones se han sumado a apoyar en las tareas domésticas y de crianza todavía dedican un tiempo muy inferior al de las mujeres a ese cometido. Son frecuentemente otras mujeres de extracción social o situación legal más vulnerable las que suelen cubrir el servicio doméstico. Y muchas veces son las abuelas las que sustituyen a los varones en las tareas de crianza, cuando la mujer trabaja, apareciendo nuevos fenómenos de sobrecarga, que sumados a la doble tarea de las madres, se suma a la que cubren las mujeres más mayores.

Ellas estudian más, y cada vez sobre materias más diversas, y acumulan una cualificación más capaz, pero sin embargo no se les reconoce sus capacidades y preparación. En cualquier caso, también, los estudios que se prefieren para ellas, y que ellas acaban escogiendo, siguen reproduciendo estereotipos y roles. Por un lado, estudios cuyas ocupaciones corresponden al modelo femenino tradicional; por otro, estudios que no tienen demasiadas salidas profesionales en el mercado de trabajo; y finalmente, continúan estudiando, prolongando su dependencia económica, porque sencillamente el mundo laboral no emplea a las mujeres y las desaprovecha. En suma, estudian más y no se las valora en el ámbito empresarial, y acaban estudiando más debido a que no se les brindan oportunidades laborales dignas.
Ni la entrada al empleo de las mujeres ha sido en empleos remunerados de manera pareja al de los varones ni son empleos más estables, ni han sido en ocupaciones más reconocidas e interesantes –puesto que ciertas áreas están vedadas a la mujer, y algunas, no siempre las mejores, se reservan sólo para ellas-, ni en puestos de responsabilidad equiparables a los varones. Esto es especialmente visible en algunos sectores económicos, entre los que están el comercio y la hostelería. A este respecto, se ha producido un proceso de incorporación al mundo del trabajo asalariado que ha sido una auténtica extensión de los trabajos de cuidados, de administración del espacio y, en suma, de reproducción social. Tareas que han sido tradicionalmente atribuidas a la mujer, y que guardan enormes similitudes competenciales a los que han sido propias del espacio doméstico (trato agradable, actitudes y habilidades relacionales y afectivas, atención y disponibilidad constante, etc…). Así, son ellas las que ocupan principalmente los trabajos de servicios a las personas –servicio doméstico, hostelería, comercio, educación, sanidad, etc…- y de administración –en oficinas, en centros de trabajo, etc…-.

Una consecuencia de todo lo anterior es que los ingresos de las mujeres difícilmente permiten la autonomía económica, porque con las nuevas circunstancias sociales y pautas salariales la asunción de ciertos gastos (vivienda, transporte, normas sociales de consumo, etc…) ya no se puede afrontar a menudo con ellos un estilo de vida socialmente integrado y suficiente. El viejo patrón del salario familiar (obtenido por el varón) no se ha superado por el de dos salarios suficientes, sino que han devenido en el de "salario y medio" para alcanzar una cuantía adecuada. Salarios que se ven achicados, más aún en una sociedad de consumo, y en un contexto laboral que impide o dificulta enormemente una disponibilidad idónea de tiempo para la dedicación a la familia, para las tareas del hogar y de cuidados. Incluso puede afirmarse, en términos globales, que las condiciones de vida, a pesar de las apariencias, pueden estar volviéndose peores que en tiempos pretéritos. Y para la mujer, más de las veces, con ingresos sólo pueden ser complementarios, el panorama no mejora, a pesar de haber abierto puertas en nuevos espacios sociales históricamente reservados a varones.

Además, las interrupciones de la biografía laboral, sobre todo en épocas de crianza, coarta sus aspiraciones. Sólo excepcionalmente los varones asumen, o el mercado de trabajo y las empresas les dejan asumir, de igual forma dicha responsabilidad. Son ellas las que en gran medida piden permiso parental, reducciones de jornada y consiguientes disminuciones de sus ingresos. Tanto porque las familias estiman que son ellas las que deben hacerlo, como porque las empresas no permiten que los varones dispongan sus tiempos para otras esferas de la vida más que para el trabajo. Concediendo las empresas mejores trayectorias laborales y mayores ingresos para ellos terminan por hacer "racional económicamente" esa toma de decisión, que relega a la mujer, total o parcialmente, duradera o temporalmente, del espacio laboral.

Los derechos formales crecientes para compensar esta situación son aún al día de hoy insuficientes. Además, el fenómeno que realmente contribuiría a superarlo, la corresponsabilidad de los varones –y los servicios públicos en esta materia-, también está siendo obstaculizado por diferentes instituciones, inercias y culturas, en la que no es menor la dinámica y pautas construidas socialmente en el mercado de trabajo y en las empresas. Las empresas reproducen y se adaptan a las tradiciones, porque no pretenden modificarlas. Su objetivo fundamental es el rendimiento económico y plantean como dados las disponibilidades, perfiles, habilidades, actitudes y expectativas de la fuerza de trabajo disponible en base a lo que consideran dispuesto por la sociedad y dado de antemano. Así, de paso, declinan su papel de agentes sociales en sí mismos, y participan de perpetuar lo existente. Y es muy frecuente que se laven las manos diciendo que el problema está en otro lugar, un universo sin caracterizar llamado abstractamente sociedad.

Sin embargo, las empresas forman parte de la sociedad y contribuyen a su configuración. Ni que decir tiene que perseguir los objetivos de alcanzar la igualdad y reconocer la diversidad no es sólo tarea del empresariado, pero pueden contribuir decisivamente a su consecución o bien obstaculizarlo.


Dicho todo lo anterior, que pone en su contexto los factores de desigualdad entre hombres y mujeres, y que caracterizan las nuevas formas patriarcales del mundo del trabajo, podemos entrar a analizar un aspecto concreto, como es la desigualdad salarial, para tratar de diagnosticar sus causas, sus aspectos y formas, sus dimensiones, y tratar de encontrar medidas proporcionadas a la realidad para su superación.


El criterio básico de igualdad salarial parte del objetivo de alcanzar una retribución igual para empleos de valor equivalente. Los últimos estudios dimensionan las diferencias salariales globales entre hombres y mujeres en torno al 25%-30%. Pero estos datos esconden algunos elementos que merece la pena poner de relieve.

Las causas de esas diferencias salariales no responden en la práctica, o sería un factor menor e insignificante, a factores de discriminación directa relacionados con que para un mismo puesto de trabajo a un hombre y a una mujer se les paguen remuneraciones finales distintas. Los convenios han conseguido eliminar en gran parte las discriminaciones directas. Las razones, por el contrario, son principalmente otras, como pueden ser:

- La primera de todas ellas es que las ocupaciones que desempeñan hombres y mujeres no son las mismas, y estas ocupaciones no están igualmente reconocidas en el mercado de trabajo, aún suponiendo un valor social semejante. El valor de mercado, aunque frecuentemente no es más que el valor subjetivo atribuido por la empresa, de estos empleos es desigual y eso se traduce en las retribuciones diferenciadas de cada persona. Factores educacionales, culturales, pero también de políticas de selección de personal en el acceso a las profesiones determinan esta segregación horizontal en las ocupaciones que realizan hombres y mujeres.

- La segunda es que las trayectorias laborales de las mujeres son más cortas, las salidas del mercado de trabajo más frecuentes, y que, las sitúan en peores condiciones de promoción y ascenso en las empresas, así como de conseguir puestos de dirección y responsabilidad. Por otro lado, al igual que pasa en los procesos de selección, los sistemas de promoción están caracterizados por seguir la libre designación de la empresa, sin sujetarse a criterios e indicadores de cualificación, experiencia y resultados objetivos, transparentes y acreditados, sin contraste con representantes de los y las trabajadoras. Se trata de la denominada segregación vertical. Por consiguiente, las categorías y grupos profesionales de las mujeres suelen ser de una jerarquía inferior y por tanto les corresponde unos ingresos más reducidos en media que el de los varones.

- La tercera, es la discriminación indirecta.



La discriminación indirecta es frecuentemente mal comprendida. Eso es así porque refiere a medidas que siendo homogéneas para todos tienen consecuencias desiguales. Y no porque las personas tengan aptitudes, cualificación y actitudes de mayor o menor mérito, sino porque sus circunstancias sociales por razón de su género, generación, identidad, etcétera, les condicionan seriamente. El punto de partida de cada persona (género, generación, extracción social, origen étnico, etc…) no es el mismo.

En la negociación colectiva la composición de la retribución o el reconocimiento se compone de diferentes dimensiones: salarios base, retribuciones variables, complementos de diferente naturaleza, dietas, salarios en especie, formación y beneficios sociales. Algunos complementos obedecen a razones de antigüedad, lo que perjudica a jóvenes y mujeres, con menores trayectorias, o trayectorias más interrumpidas. Otras responden a complementos arbitrarios o basados en estereotipos desligados de las funciones y responsabilidades realizadas, que impiden retribuir igualmente dos trabajos de valor equivalente (aunque sean distintos en tanto que puestos y áreas de desempeño).

En algunas circunstancias un porcentaje del salario está ligado a las condiciones de objetivos de producción por persona, de disponibilidad para la empresa, o las propias horas extras, todas ellas ligadas a la disposición de tiempo para el empleo de las personas. En la sociedad contemporánea este tiempo, desde el punto de vista global, está mal repartido, puesto que las mujeres al tener que asumir responsabilidades extraprofesionales, sobre todo las domésticas, en mayor medida que los hombres debido a una cultura y relación patriarcal dominante, no pueden satisfacer estos criterios de igual modo. Con lo cuál se les discrimina en caso de retribuir por motivos que ellas no pueden cumplir de igual manera en sus circunstancias. El tiempo extra de dedicación o de disponibilidad, y los objetivos exigidos que sólo se obtendrán si se dispone de más tiempo, es de más difícil asunción femenina, en el actual contexto histórico-social, y amenaza la conciliación familiar, que suele comportar mayor esfuerzo y dificultades para ellas, siempre y cuando no cambie la división sexual del trabajo doméstico y de crianza. Una de dos, en el marco de la empresa, o se promueve la corresponsabilidad masculina o el sistema de promoción o de la atribución de los complementos de disponibilidad, productividad extra por persona, etcétera, deben sustituirse por complementos por objetivos productivos cumplidos por hora trabajada, por responsabilidad asumida, o por la calidad del trabajo, sin que se premie en ningún caso el trabajar más tiempo o la disponibilidad.

Determinadas cualificaciones, dada la distribución educacional y de expectativas atribuidas socialmente, exigirlas a mujeres supone impedir su acceso a ciertos puestos de trabajo. De modo que debe compensarse la oferta de plazas con una oferta formativa para mujeres destinadas a la preparación para aquellos puestos de trabajo donde socialmente las mujeres no han tenido las oportunidades, estímulos, expectativas y roles asignados por la sociedad, aparte del establecimiento de cuotas siempre de naturaleza transitoria. Consecuentemente, también algunos puestos de trabajo "feminizados" deberían estar abiertos y facilitarlos igualmente a varones. Pero esta iniciativa, sólo en una segunda fase temporal, porque si no las mujeres pueden quedarse sin empleo incluso en donde hasta ahora lo habían conseguido.

Ni que decir tiene, que cualquier alusión a la complexión física es discriminatoria. Si para algún trabajo es requisito la fuerza física, a las mujeres debe proporcionársele la opción sea de herramientas e instrumental adecuado para poder desempeñarlo y, en su caso, entrenamiento apropiado y técnicas de prevención. Para eso está la tecnología...

Daniel Albarracín
http://daniloalba.blogspot.com/2009/12/por-que-hombres-y-mujeres-obtienen.html