22 de enero de 2014

Esclavitud de jornaleras en campos de Sinaloa.



Las zonas agrícolas en el estado norteño son vivo ejemplo del maltrato casi feudal contra mujeres indígenas y migrantes, que huyen de la pobreza y violencia de sus comunidades.

Mujeres indígenas que huyeron de la violencia que vivían en sus comunidades llegaron a los campos agrícolas en Sinaloa, en aras de independizarse económicamente y cambiar la situación de maltratos, carencias y falta de oportunidades en la que vivían. Pero se toparon con una realidad peor.

Sinaloa tiene varias zonas agrícolas que no detienen sus labores durante casi todo el año. Una de ellas es Villa Juárez, en el municipio de Navolato, a 30 minutos de distancia de Culiacán, capital del estado.

En este lugar se siembra tomate, chiles, pepinos, ejotes, frijoles, berenjena, calabaza y una variedad de legumbres, hortalizas y granos, que son distribuidos a todo el país.

En la zona se observan los interminables surcos trabajados por cientos de mujeres, quienes padecen violencia, hacinamiento, abusos, maltrato y jornadas laborales sin descanso, denuncia Amalia Lópes, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Villa Juárez.

Informa que mujeres provenientes de 20 estados son llevadas por "enganchadores", quienes van a sus comunidades y en su lengua materna les prometen trabajo bien remunerado, vivienda y transporte, así como un contrato laboral.

Lo del contrato es cierto, pero las condiciones de vida distan mucho de ser lo que les prometieron porque son llevadas a unas "cuarterías", es decir bodegas en las que son alojadas para luego ser trasladadas a las 4 de la mañana a los campos.

Tal actividad la realizan los siete días de la semana para percibir un sueldo diario no mayor a 150 pesos.

Estas mujeres que decidieron emigrar ante la falta de oportunidades y la violencia intrafamiliar, llegan en las camionetas de los "enganchadores" y son instaladas junto con hombres, niños y familias completas en estas "cuarterías", que tienen entre 24, 36 o hasta 60 divisiones que los albergan en hacinamiento, sin ventilación y con láminas que ocultan lo que sucede al interior.

Las condiciones de vida, describe la activista, son de un riesgo latente, ya que se viven abusos, violencia de todo tipo, maltratos, e incluso ha habido mujeres que han parido en el piso de esos lugares, ya que los dueños impiden el ingreso de las autoridades.

Al recorrer las calles Ignacio Altamirano y Ricardo Tamayo, en la colonia López Portillo, en Villa Juárez, se observan "cuarterías" consecutivas, en las que sus propietarios tienen acuerdos con los dueños de los campos para que les lleven personal, por lo que a las mujeres no se les cobra renta pero "viven en prisiones", acusa Lópes.

AISLAMIENTO

La defensora abunda que en los campos agrícolas Victoria, El Chaparral, Santa Teresa y El Serrucho, de la empresa Melones Internacionales, a las jornaleras no se les permite visitas, además de que no se les da oportunidad de convivencia entre ellas, y en caso de enfermedad son despedidas sin ningún amparo legal.

Amalia afirma que la gran mayoría de la población de Villa Juárez son migrantes, quienes ya suman 70 mil habitantes, según datos oficiales. Estas personas llegan hablando hasta 16 lenguas originarias, lo que ha generado dificultades para que ejerzan su derecho a la salud y a la justicia debido a la falta de intérpretes.

Mujeres triquis, zapotecas, tarascas, mayas, huicholas y tlapanecas, entre muchas otras etnias que trabajan en los campos, "viven mal", comen en la tierra, en condiciones poco favorables, son acosadas sexualmente, viven violencia física y además no cuentan con seguridad social pese al esfuerzo del trabajo en el campo.

Presentan también enfermedades en la piel por la exposición al sol, a la tierra o por el contacto con los agroquímicos, detalla Amalia. También padecen problemas de columna y en sus pulmones debido a los baldes que tienen que cargar en su espalda.

Francisca, jornalera que empacaba chiles en Villa Juárez desde las 7 de la mañana hasta la una de la madrugada todos los días, denuncia que las labores se han recrudecido, pues los patrones les exigen casi el doble de productos diariamente.

Incluso detalla que las 84 mujeres con las que trabajaba y quienes son en su mayoría jefas de familia, presentan dolores de cintura por los saltos que tienen que dar para evitar caer en alguna de las zanjas que están entre los surcos, pero las que no pueden hacerlo llegan a sufrir fracturas.

Cuenta que la labor en los invernaderos también es difícil, pues la temperatura promedio de 25 grados centígrados aumenta considerablemente, lo que les provoca deshidratación y los empleadores no les brindan ni un vaso de agua.

Por: Lizbeth Ortiz Acevedo
http://www.cimacnoticias.com.mx/node/65430

15 de enero de 2014

Claudette Colvin, la pasajera olvidada.


Fue arrestada por no ceder su asiento de autobus meses antes que Rosa Parks

"La historia me mantuvo pegada a mi asiento. Sentí la mano de Harriet Tubman empujándome hacia abajo en un hombro y la de Sojourner Truth empujándome en el otro".

A menudo la historia deja en un segundo plano a grandes mujeres en la lucha de los derechos humanos. Ese es el caso de Claudette Colvin (1939, Alabama, EEUU), la joven afroamericana que, nueve meses antes que Rosa Parks, se negó a ceder su asiento de autobús a una pasajera blanca en Montgomery, capital de estado norteamericano de Alabama.

Fue el 2 de marzo de 1955 y su "desobediencia" inspiró la estrategia contra la segregación racial en los años 50 en Estados Unidos. Colvin, encarcelada con 15 años, se quedó embarazada en prisión y pertenecía a una familia muy pobre. Por ello no fue considerada la persona adecuada para convertirse en el símbolo del Movimiento por los Derechos Civiles.

Así, Rosa Parks (Tuskegee, Alabama, 1913), una costurera de 42 años, de clase media, casada y miembro de la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP), fue la elegida por el reverendo Martin Luther King jr. y el resto de líderes para convertirse en el icono de su causa, el 1 de diciembre del mismo año. Tras su protesta pacífica, que recorrió el mundo, se inició el boicot a la compañía de autobuses de Montgomery y todo un proceso de reivindicaciones y luchas legales por los derechos de las personas negras, a las que se prohibía ir a restaurantes, piscinas o instalaciones públicas.

Antes de Claudette...
 
En realidad, Colvin tampoco fue la primera en plantar cara a la discriminación en el transporte público. 71 años antes, Ida Wells-Barnet, histórica sufragista y cofundadora del NAACP, se negó a ceder su asiento en un ferrocarril de Memphis e incluso demandó a las compañía del conductor que la había obligado a trasladarse al vagón de fumadores, lleno de pasajeros. Y en octubre de 1944, once años antes que Parks y Colvin, Irene Morgan fue arrestada en Virginia por no ceder su asiento en otro autobús.

Pero fue la rebeldía de Claudette Colvin la que marcó los pasos a seguir. Y su aportación a la causa continuó un año más tarde al ser una de las cuatro demandantes del juicio Browder versus Gayle, una denuncia contra la ciudad de Montgomery con sentencia histórica: las medidas adoptadas para separar a los afroamericanos en el transporte público fueron declaradas ilegales por vulnerar la Constitución norteamericana. "Claudette nos dio la valentía moral. Si ella no hubiera hecho lo que hizo, no estoy seguro de si hubiésemos sido capaces de organizar el apoyo a la señora Parks", declaró año más tarde a la revista Newsweek su abogado Fred Gray.

"Es mi derecho"
 
La historia de Claudette Colvin ha sido recuperada por diferentes historiadores y analistas de la historia contemporánea, como Phillip Goose, autor del libro Claudette Colvin: Twice Toward Justice, que obtuvo en 2009 el premio National Book Award dentro de la categoría de literatura juvenil.

Tras su negativa a ceder su asiento aquel 2 de marzo de hace 59 años afirmando "es mi derecho", la adolescente fue encarcelada. Al día siguiente, su madre y el pastor de su iglesia fueron a pagar su fianza, pero fue juzgada por tres supuestos delitos y absuelta de dos de ellos. La joven cumplió una pena por "asalto" en régimen de libertad condicional bajo custodia de su madre y padre. Comenzó a ser rechazada en su escuela, donde sus compañeras la tildaron de "problemática" y tuvo dificultades para encontrar trabajo.

A los 18 años, se trasladó a Nueva York donde trabajó como enfermera hasta 2004. Madre de dos hijos, actualmente Claudette Colvin está jubilada, tiene cinco nietos y continúa apoyando diferentes causas a favor de los derechos civiles.

http://feminismo.about.com/od/poder/fl/Claudette-Colvin-la-pasajera-olvidada.htm

La representación de las mujeres en los medios de comunicación .



Un 46,4% de los médicos que ejercen su profesión en España son mujeres, pero el porcentaje se reduce a un 26,7% cuando aparecen en televisión
A partir de los datos del último informe del Consejo Audiovisual de Catalunya (CAC), Dolors Comas muestra cómo la presencia de mujeres en los medios de comunicación no sólo es menor en número respecto a la de los hombres, sino que además estaría influenciada por las concepciones de género presentes en la sociedad.
A pesar de los profundos cambios que ha habido en España en los patrones de vida y participación de las mujeres en la sociedad, la representación pública de hombres y mujeres en los medios de comunicación sigue siendo diferenciada y asimétrica.
Esto no es algo intencionado, sino fruto de unas rutinas en las que influyen concepciones de género presentes en la sociedad. Las asimetrías disminuyen cuando de forma consciente se hace un tratamiento más equilibrado de hombres y mujeres (como sucede en algunas series televisivas, por ejemplo). Y aumentan, en cambio, dramáticamente cuando se utiliza el cuerpo de las mujeres como reclamo, en la publicidad o en determinados programas de entretenimiento.
Las desigualdades entre hombres y mujeres se expresan en la política de representaciones de los medios, que tienen el poder de destacar y clasificar, poder simbólico y poder para excluir. El diagnóstico de esta desigualdad se puede resumir evaluando cuatro dimensiones:

1.- El protagonismo y el reconocimiento de autoridad. Frecuentemente las mujeres son invisibilizadas o silenciadas. No sólo tienen menor presencia que los hombres, sino que a veces no se les da voz, aunque estén. O la tienen desde posiciones de menor prestigio y poder.

2.- La igualdad en el trato con independencia del sexo. Los medios suelen destacar de las mujeres dimensiones de tipo personal vinculadas a su rol familiar, forma de vestir, aspecto físico, etc., que tienen poca importancia en el caso de los hombres.

3.- Valoración equivalente de las aportaciones de hombres y mujeres. A menudo los medios destacan el hecho de ser mujer (una candidata-mujer, una presidenta-mujer, una científica-mujer) por encima de sus méritos o consecuciones, lo cual es una desvalorización implícita.

4.- Consideración de la desventaja de partida de las mujeres para comprender las situaciones de discriminación. En lugar de ello, frecuentemente se toma a los hombres como modelos de referencia. Se tolera, defiende, critica o alaba a las mujeres que irrumpen en ámbitos que se consideran de hombres. Son "ellas" frente a un "nosotros". Y esta dicotomía constituye el marco que expresa las relaciones de poder y las desigualdades.

El Consejo del Audiovisual de Catalunya (CAC) sobre la representación de las mujeres en la televisión proporciona datos valiosos y suficientemente amplios para mostrar de forma empírica estas dimensiones. Analiza los informativos, los debates y entrevistas, y los programas de ficción (de producción propia) emitidos durante el primer semestre del año 2012 por cuatro televisiones: TV3 (pública autonómica), TVE en Cataluña (desconexiones de la cadena estatal), 8tv (privada autonómica) y BTV (pública local de Barcelona). Esto ha implicado analizar 4.431 unidades de noticias, 2.690 intervenciones en debates o entrevistas y 357 personajes de ficción.
El análisis de estos datos muestra el contraste entre los programas de no ficción (informativos y debates) frente a los programas de ficción (películas y series para televisión). En los programas de no-ficción, se muestra un primer desequilibrio significativo. Las las mujeres aparecen menos que los hombres (un 29% en los informativos y un 30,7% en debates y entrevistas).
En los programas de ficción, en cambio, la presencia de mujeres y hombres está más equilibrada, pues los personajes femeninos aumentan a un 44,5% y, además, hay más mujeres que hombres con un papel principal, tanto en términos relativos (un 20,1% de las mujeres frente a un 13,1% de los hombres) como absolutos (32 mujeres y 26 hombres).
Esto se puede deber a que en las películas y series, la dirección de los medios puede introducir criterios para promover determinados valores. Pero aquí se acaban las diferencias entre unos programas y otros, porque cuando se trata de ver cómo estas mujeres son representadas, entonces los desequilibrios emergen.
Se puede pensar de forma razonable que la menor presencia de mujeres en los programas informativos refleja de hecho diferencias en participación social existentes en la sociedad. Pero no es así. Entre los médicos que ejercen su profesión en España, un 46,4% son mujeres, y el porcentaje se reduce a un 26,7% cuando aparecen en televisión.Lo mismo sucede con las profesoras universitarias: un 37,5% son mujeres, pero en televisión se reducen a un 12,7%.
Justamente la sanidad y la educación tienen una elevada presencia de mujeres, pero resulta que en televisión las mujeres aparecen más como usuarias de los servicios sanitarios que como profesionales, y más como estudiantes que como profesoras. Las mujeres se asocian así a roles de menos prestigio, o que implican pasividad, más como receptoras de servicios que como sus ejecutoras.
Un elemento que se relaciona con la importancia otorgada a la intervención de una persona es su identificación. En los programas informativos, la proporción de mujeres sin identificar (un 23,1%) es más del doble que la de los hombres sin identificar (10,5%). Se advierte también una relación entre edad y sexo: la presencia de las mujeres en la pantalla disminuye con la edad. Y las mujeres se asocian de forma más intensa que los hombres a los roles que se ejercen en la esfera privada (un 43,3% frente a un 20,7%). Los hombres, en cambio, aparecen mayoritariamente ejerciendo roles relacionados con la esfera pública.
En el ámbito político, las mujeres tienen una escasa presencia como miembros de Gobiernos (un 16,6%) en tanto que el porcentaje aumenta a un 26% cuando se trata de representantes de partidos. En el ámbito social las mujeres tienen una presencia superior a la media (un 34,5%), pero asociadas sobre todo a la esfera personal, también a la cultura y al mundo económico. Los hombres se asocian mayoritariamente a la economía y al trabajo, y también a la crónica política, reproduciendo así uno de los estereotipos más arraigados respecto a la participación social y laboral de hombres y mujeres.
El ámbito deportivo es exageradamente asimétrico. Fue objeto de un informe específico por parte del CAC en el año 2010 y mostraba la muy baja presencia del deporte femenino en TV3 (1,2%), TVE en Cataluña (1,8%), 8tv (0%) y BTV (3%). Hay que señalar que en este mismo año las mujeres tenían un 20,7% de las licencias deportivas y que entre los deportistas de alto nivel un 45% eran mujeres.
Los personajes de las series y películas de televisión presentan unas características divergentes según se trate de hombres o de mujeres que siguen los ejes de desigualdad. Las mujeres tienen menos nivel de poder, se asocian más a la esfera privada y sus actividades laborales son menos cualificadas que las de los hombres, Además, las mujeres aparecen más a menudo haciendo tareas del hogar (un 77,8% frente a un 56,3%) o cuidando a alguien (un 22,2% frente a ningún hombre).
Para concluir, los desequilibrios que aparecen en la representación de las mujeres en los programas de televisión proceden de dos factores de naturaleza muy distinta. Uno es de carácter cultural, derivado de la menor visibilidad e importancia que se otorga a actividades que realizan las mujeres. El otro factor se relaciona con factores sociales y de poder, pues los medios reflejan en buena medida lo que existe en los partidos, en la actividad institucional, en la representación profesional o en el liderazgo asociativo. Más presencia de mujeres con cargos relevantes en estos ámbitos debería traducirse también en un mayor equilibrio en la representación de hombres y mujeres en los medios de comunicación.

http://www.eldiario.es/agendapublica/impacto_social/representacion-mujeres-medios-comunicacion_0_193880948.html

 

 





 
 

 




 

7 de enero de 2014

Zora Neale Hurston.



Zora Neale Hurston (Eatonville, Florida 7 de enero de 189128 de enero de 1960) fue una antropóloga y escritora folklorista Norteamericana y una de las figuras más importantes del Renacimiento de Harlem. Su obra literaria, ampliamente reconocida en la actualidad , no fue apreciada mientras estuvo viva, y Hurston murió en la pobreza. Su obra más conocida es "Their Eyes Were Watching God" (Sus ojos miraban a Dios, 1937), obra de contenidos semibiográficos.

Durante años se ha creído que Hurston nació en Eatonville, Florida, un lugar completamente poblado por afroamericanos. Eatonville, fue el primer poblado enteramente afroamericano en ser incorporado a EE.UU.1 después de la Proclamación de Emancipación, la declaración firmada por Abraham Lincoln que otorgaba la libertad a los esclavos en los Estados Confederados de América. Éste entorno influiría posteriormente en gran manera en su escritura, especialmente por la riqueza de su tradición oral y la espontaneidad y originalidad de sus cuentacuentos. En 1990, un director de cine aseguró que Hurston había nacido en realidad en Notasulga, Alabama, y a la edad de tres años se trasladó a Eatonville, el pueblo que la acogió y que se convertiría en su fuente de inspiración, sin embargo, no existen datos suficientes para determinar la veracidad de esta afirmación, así como no la hay para su vernacimiento, que día de hoy, sigue siendo una suposición. Su padre, John Hurston era un predicador baptista que se convertiría en alcalde de Eatonville, sobre su madre, Lucy Ann Potts Hurston, no existen muchos datos objetivos, salvo su muerte cuando Hurston tenía 13 años y que había sido maestra de escuela. Sin embargo su presencia es recurrente en la obra de Hurston en todo lo referente al folklorismo y la tradición.

Mas la muerte de su madre, fue enviada a un colegio privado en Jacksonville, o vivió con otros familares; en sus propias palabras, fue: "pasada de mano en mano como un penique",2 rechazada por su padre y su nueva esposa. Después de alcanzar la mayoría de edad pasó largo tiempo trabajando como empleada doméstica, camarera, etc. y viajando por el estado de Florida. A pesar de su pobre educación era una gran lectora, y en 1917 entró en la academia Morgan, en Baltimore. Tenía entonces 26 años, aunque rellena su fecha de nacimiento como nacida en 1901, es decir, fingiendo tener diez años menos. Entre 1919-1924 se matricula en la Howard University de Washington, D.C., donde encuentra inspiración para perseguir una carrera literaria en la figura de su profesor de filosofía, la autoridad en cultura afroamericana Alain Locke.

Publica su primer relato, John Redding Goes to Sea en 1921, en la revista de la Universidad. En los años siguientes varios de sus relatos aparecen en diversas revistas. En 1924, se ve forzada a abandonar la carrera al no poder financiarla, sin embargo, sus relatos publicados llamaron la atención de las figuras que luego darían forma al Renacimiento de Harlem, como Langston Hughes o Countee Cullen. Con los que luego colaborará en la revista En 1925 obtuvo una beca para estudiar antropología en el Barnard College, afiliado de la Universidad de Columbia (N.Y.) gracias a la antropóloga Annie Nathan Meyer. Allí trabaja con el conocido antropólogo Franz Boas y se gradúa en 1928.

Viviendo en Harlem, se convierte en un miembro del Renacimiento, y se dedica al estudio antropológico y folklorista de su lugar de nacimiento, Eatonville, fascinada por su naturaleza utópica: las canciones, historias, tradiciones y proverbios de la sabiduría popular. Recolecta datos sobre el folklore del Sur más profundo, se lanza a explorar las regiones más desconocidas de Florida, Mississippi, y Louisiana, que luego recogería en sus colecciones de novelas y relatos, como Mules and Men, (1935) Jonah’s Gourd Vine, (1934) o Moses: Man of the Mountain, (1939).

Hurston fue una figura controvertida dentro y fuera del renacimiento de Harlem. Para empezar, sus ideas políticas mostraban un fuerte contraste con las de muchos de sus contemporáneos de Harlem, puesto que rechazaba el comunismo, y se declaraba republicana. Esto provocó dos corrientes bien distinguidas dentro del Renacimiento, por una lado el procomunismo liderado por Langston Hughes y por otro el más conservador, que lideraba Hurston. Su pensamiento político en este respecto era muy conservador, por ejemplo, estaba en contra de la integración de la comunidad negra a la blanca, lo que demostró haciendo propaganda política a Robert Taft en las elecciones presidenciales de 1952. Una de las razones para esta oposición eran las consecuencias que veía en la integración educativa, pues creía que de esa manera la tradición cultural afroamericana se perdería, al ser pasada por alto por las juntas de educación lideradas por hombres blancos. Esto se puede ver en su crítica a la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos en el caso de Brown contra la junta de educación.

Como se ha dicho anteriormente, la obra de Hurston permaneció desconocida hasta entrados los años 70. Una de las posibles razones es la representación del dialecto afroamericano que utilizaba en los diálogos de sus personajes. Para algunos críticos de la época, esta representación constituía una caricatura del analfabetismo de muchos afroamericanos. Sin embargo, esto mismo se ve como un gran trabajo estilístico en la actualidad. La otra es la misma oposición de sus contemporáneos del Renacimiento, especialmente Richard Wright, que veían en sus obras más tardías un abandono de las intenciones del Renacimiento, no hay "crítica ni temas ni pensamiento".

El conservadurismo de Hurston también contribuyó a entorpecer la difusión de sus obras. En los años 30 y 40, el autor afroamericano más prolífico era Richard Wright, la obra del cual era explícitamente política. Wright estaba desencantado con el comunismo, y era más obvio en exponer su pensamiento sobre la lucha por el respeto y la igualdad económica de la comunidad afroamericana. Otro autor popular era Ralph Ellison, que se alineaba más con la visión de Wright. La obra de Hurston no encajaba en este espectro.

Al publicar su ambiciosa novela Seraph on the Suwanee en 1948, Hurston vuelve a traspasar los límites de la escritura afroamericana de la época al escribir de forma a primera vista apolítica. Seraph on the Suwanee es una obra sobre blancos empopobrecidos haciéndose un hueco en la industria de Florida, los personajes de color son secundarios. Fue una obra atrevida, ya que ni los intelectuales afroamericanos ni los blancos podían aceptar la idea de un autor negro hablando a través de personajes blancos. Las duras críticas que esta obra recibió hicieron que fuera el último esfuerzo literario de Hurston antes de retirarse a un pequeño pueblo de Florida por el resto de su vida. Según Hurston declaró, el texto es un testimonio de su propia definición tanto como escritora afroamericana como regionalista. Por otro lado, en los círculos académicos, los antropólogos frecuentemente catalogaron sus obras como ficción, y no los añadieron a las listas de textos antropológicos.

http://es.wikipedia.org/wiki/Zora_Neale_Hurston