30 de noviembre de 2016


El mobbing, también conocido como acoso laboral o acoso moral, es la acción de un acosador o acosadores sobre una víctima, con el fin de producirle miedo hacia su lugar de trabajo. Las victima reciben una violencia injustificada de tipo psicológico, manifestada a través de actos hostiles (insultos, rumores, vacio…). Estas acciones pueden prolongarse durante meses o incluso años y, en los casos más graves, se puede llegar a la violencia física o sexual.
Para definir el acoso laboral, podríamos decir que es toda conducta abusiva realizada de forma consciente, repetitiva y premeditada y que atenta contra la dignidad y la integridad física o psicológica de la persona afectada, con el objeto de conseguir que abandone el puesto de trabajo o de empeorar su clima laboral.
El objetivo final del mobbing suele ser conseguir el abandono del puesto de trabajo por parte de la víctima, ya que la consideran una amenaza para sus intereses personales. Este acoso puede llegar tanto de los superiores (para conseguir eliminarla de la empresa sin coste económico) como de los propios compañeros de trabajo (por la necesidad de control y destrucción de un individuo con tendencias psicopáticas).
El mobbing suele utilizar técnicas de “tortura” muy sutiles. El acoso es clandestino y no suele haber testigos que se pongan de parte de la víctima y estén dispuestos a testificar sobre lo que está sucediendo. Este tipo de violencia no deja huella, tan solo puede percibirse el progresivo deterioro físico y psicológico de la víctima. Por ello, hay ocasiones en los que la propia víctima se encuentra indefensa pensando que nadie va a creerle o que la gente creerá que ha hecho algo para merecer ese trato. Hay muchos casos en los que la víctima sufre este acoso sin saberlo, pensando que es una parte de su trabajo que debe soportar.
Por ello, es importante que la persona tome conciencia de que lo que le están haciendo no es correcto y que no se culpabilice. Para poder denunciarlo deberá además conseguir datos reales y objetivos de lo que está sucediendo (testigos, grabaciones, escritos…) que puedan probar, sin ninguna duda, que no se trata de algo surgido de su imaginación.
La sociedad se está sensibilizando ante este problema, que ha sido calificado como “la plaga laboral del siglo XXI”. Esto está haciendo que las empresas tomen medidas para prevenir, detectar y cortar de raíz estas situaciones.

Diagnóstico del mobbing: Situaciones que sí son mobbing y situaciones que no lo son

En su significado original, el termino mobbing se utilizaba para explicar el comportamiento animal en el que varios miembros débiles de una misma especie atacaban a un miembro más fuerte. En la actualidad se utiliza para describir la situación en la que un individuo es sometido a presión psicológica por uno o más miembros del grupo, con la complicidad o silencio del resto. Los expertos opinan que el este tipo de acoso es una de las experiencias más devastadoras que puede sufrir un ser humano en una situación social “normal”.
Para que una situación de acoso pueda ser considerada como mobbing se requiere que sea una conducta consciente, que tenga como objetivo disminuir la estima o las capacidades de la persona en su puesto de trabajo para poder eliminarla del grupo y que se mantenga en el tiempo (al menos seis meses) con una frecuencia de acoso al menos semanal.
Para aclarar aún más el concepto explicaremos a continuación que situaciones pueden calificarse como mobbing y cuáles no:

Sí es mobbing:

Los siguientes comportamientos deben estar dirigidos exclusivamente a la persona afectada para que pueda hablarse de mobbing.
Ataques a la víctima con medidas organizacionales: Rechazo a reconocer su valía, trato inferior a los demás, sobrecarga de trabajo o, por el contrario, asignarle tareas de poca valía o dejarle sin trabajo, robar su trabajo, negarle la formación necesaria para realizar su trabajo, cambiar continuamente sus objetivos, ser objeto de procedimientos disciplinarios por causas insignificantes o inventadas…
Ataques a la víctima mediante aislamiento social: Ser separado o marginado de sus compañeros, ser humillado o criticado, distorsionar sus palabras o conductas…
Ataques a la vida privada: Negarle permisos o vacaciones, recibir burlas sobre su vida privada…
Situaciones muy graves: Violencia física ya sea sobre objetos (tirar cosas, dar portazos…) o sobre la propia víctima.

No es mobbing:

El rechazo social por el que una persona es ignorada pero no perseguida.
El stress generado por trabajar bajo presión o en ambientes muy competitivos.
Mantener conflictos con compañeros.
Padecer un jefe con personalidad complicada (autoritario, exigente, perfeccionista…)
Situaciones conflictivas laborales por diferencia de intereses.
Conflictos interpersonales puntuales entre dos individuos del mismo poder.
Conflictos laborales en los que esté afectado un grupo de trabajadores.

Consecuencias del mobbing

El acoso laboral es un problema grave, que no solo afecta a las víctimas directas. Sus consecuencias negativas se extienden a su familia y amigos, sus compañeros de trabajo, la empresa e incluso a todo el conjunto de la sociedad, ya que genera unos altos costes asistenciales. En los artículos de esta sección trataremos de exponer todas las consecuencias negativas de este problema:

Consecuencias psicológicas:

El mobbing puede ocasionar en la victima un trastorno de estrés postraumático, que se caracteriza por la somatización del trastorno, los problemas emocionales, la depresión y la ansiedad.
Depresión: El acoso laboral provoca pérdida de autoestima, bajo autoconcepto, sentimientos de culpa… Si se prolonga en el tiempo, puede desencadenar un cuadro depresivo grave.
Ansiedad: Las victimas de mobbing pueden desarrollar un trastorno de ansiedad generalizado, caracterizado por el miedo y las conductas de evitación, que pueden, en los casos más graves, conducirles al suicidio.

Consecuencias físicas:

El acoso continuo y sistemático provoca graves problemas a nivel físico (trastornos gastrointestinales, trastornos del sueño, desajustes del sistema nervioso autónomo…)
Consecuencias familiares:
El acoso laboral puede provocar problemas en la relación de pareja y repercutir negativamente en el desarrollo psicológico de los hijos.

Consecuencias sociales:

Las personas que han sufrido mobbing pueden desarrollar conductas inadaptadas desde el punto de vista social, que pueden ir del aislamiento a la agresividad.

Consecuencias laborales:

Además de perder o tener que abandonar el puesto de trabajo por causa del acoso laboral, muchas víctimas de mobbing encuentran serias dificultades para volver a integrarse en un puesto de trabajo.

Consecuencias para la empresa:

La propia empresa puede sufrir muchas pérdidas por las situaciones de acoso (pérdida de rentabilidad, mal clima laboral, deterioro de su imagen pública…)

http://www.elmobbing.com/