16 de febrero de 2015

Las mujeres americanas luchan por sus derechos.



Desde el nacimiento de la nación, hubo mujeres americanas abogando por la igualdad de derechos. Aun cuando las mujeres no fueron capaces de votar antes de 1920, pioneras como Abigail Adams estaban enfatizando los derechos de las mujeres desde el siglo 18.

Desafiando el statu quo
Las mujeres norteamericanas estaban ya abogando por sus derechos en 1776, cuando Abigail Adams escribió a su marido John Quince Adams pidiéndole que "recordara a las damas" mientras trabajaba en la Declaración de la Independencia en Filadelfia. Adams y otras feministas debían moverse en el marco cultural que específicamente asociaba a las mujeres con la esfera del hogar y definía los papeles femeninos y masculinos claramente. El panorama social y cultural de la era sería conocido más tarde como el "Culto a la Domesticidad."
Para 1848, una tormenta se estaba formando: la Declaración de Sentimientos, escrita en la Convención de Seneca Falls por Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, preparó el escenario para una serie de documentos y eventos que llevaron al sufragio universal. Este documento fue formulado luego de la Declaración de Independencia para ilustrar la necesidad de igualdad de derechos entre todos los ciudadanos norteamericanos, y refleja la totalidad de la historia femenina hasta ese momento: "La historia de la humanidad es una historia de repetidas heridas y usurpaciones de parte del hombre hacia la mujer, teniendo como objeto directo el establecimiento de una tiranía absoluta sobre ella."
Los próximos pasos se tomaron en 1854, cuando las mujeres del Estado de Nueva York firmaron la Petición de Derechos Femeninos asegurando que "el que los hombres gobiernen a las mujeres, sin consentimiento pedido u otorgado, es perpetuar la aristocracia, y es completamente hostil a los principios y el espíritu de las instituciones libres."
El movimiento siguió ganando fuerza a través de los años, hasta que una Enmienda Constitucional otorgó a las mujeres el derecho de sufragio en 1920.


Voces por un cambio
El movimiento de sufragio femenino fue creado y mantenido por mujeres dispuestas a luchar contra las injusticias profundamente arraigado en la sociedad y dado por sentado por muchos norteamericanos. Susan B. Anthony fue especialmente activa en su cruzada por los derechos femeninos: en 1872, entregó un voto "ilegal" en una elección presidencial, fue multada y se rehusó a pagar la multa.
Al año siguiente, Anthony pronunció un controversial discurso en defensa de sus acciones, que está citado en la Constitución. Anthony argumentó que "la oligarquía de género, que hace que los padres, esposos, hermanos e hijos sean oligarcas sobre las madres, hermanas, esposas e hijas de cada hogar – y ordena que todos los hombres sean soberanos y todas las mujeres súbditos, trae disensión, discordia y rebelión a todos los hogares de la nación."
Algunas feministas tempranas tuvieron que dar una lucha particularmente dura para asegurar sus derechos. Sojourner Truth, una mujer afro-americana nacida en 1797, explicó las magnificas injusticias de su situación como mujer de color. Durante una Convención por los Derechos Femeninos en Akron, Ohio en 1851, Truth pronunció un discurso que enfatizaba que si bien no tenían derechos iguales a los de los hombres, las mujeres blancas tenían ventajas y eran ofrecidas privilegios que jamás estarían al alcance de las mujeres de color. Este discurso, titulado "Ain’t I a Woman?" ("¿No soy yo una mujer?") fue un importante desarrollo tanto para el movimiento anti-esclavitud como para el movimiento por los derechos femninos.

http://www.encontrandodulcinea.com/articulos/Marzo/Mes-de-la-Historia-Femenina--Las-mujeres-americanas-luchan-por-sus-derechos-.html

13 de febrero de 2015

La radio para niños, una escuela sin paredes.


Los niños son buenos en radio. La radio es buena para los niños; escuchar la radio es bueno para todo el mundo. Los niños son elocuentes, interesantes y divertidos. Entonces, ¿cómo es que los niños son los grandes olvidados de la radio? En Canadá, representan alrededor del 20% de la población, pero menos del 1% de los contenidos en la radio les está destinado. En los países en desarrollo, los niños son alrededor del 40% de la población, pero ningún servicio de radio les está dedicado. En todas partes, la radio se centra en los gustos de los adultos, se dirige a los mayores de quince años, ignorando a los más pequeños. Ni las autoridades ni los medios de comunicación plantean una reflexión sobre el fenómeno de la radio al servicio de los niños.
A pesar de la declaración de derechos y de las leyes, en la radio no se respeta a los niños. En varios países de vanguardia en materia de derechos y de legislación, los niños son a menudo olvidados en la radio, incluso cuando la Ley nacional de radiodifusión es clara: los servicios de programación deben responder a las necesidades, gustos y aspiraciones de los hombres, mujeres y niños. La indiferencia de los medios de comunicación alienta a las autoridades a no responder a la cuestión del cumplimiento de la ley de la radiodifusión en relación con los niños... Ignoramos este punto.
Mi experiencia de muchos años en la producción de radio con niños confirma que la radio es un medio de fácil acceso para los niños y con fuerte potencial de desarrollo, mucho más que la escritura o la televisión. La radio es el universo del sonido, de la palabra y la música. Los niños vienen fácilmente al micrófono para hablar y hacer preguntas. Los jóvenes son ávidos consumidores, pero también son excelentes creadores de contenido. Nos corresponde a nosotros, los adultos, asegurarnos que les den la palabra en la radio

Un alto potencial de comunicación
Desde una edad muy temprana, la radio puede mostrar a los niños múltiples universos lúdicos y educativos. Si la radio proporcionara un lugar a las canciones, la música y la literatura, infantiles, sin duda tendría mayor audiencia. La radio para los niños debe estar abierta a una variedad de géneros musicales y contenido artístico. La radio para niños cultiva la imaginación, nutre los sueños y anima a jugar. La radio para los niños ofrece información adaptada a su entorno y los permite estar activos. Enseña a los niños lo que deben saber para vivir en sociedad, como es el caso de los adultos. Promueve la socialización. La radio para los niños motiva y despierta la curiosidad. La radio crea intercambios, es interactiva: uno escucha y habla. Una radio comunitaria para la juventud toma forma fomentando el diálogo y el compromiso. La radio es una forma de aprender, es una escuela sin paredes. La radio local fortalece la cultura local. La radio para los niños es muy divertida y hace reír con sus historias, cuentos y adivinanzas. Para el niño, es un juego que crea sueños y nutre su imaginación.
La radio está subutilizada en la educación, se explota poco su potencial educativo. Si una radio instala sus equipos en una escuela, es una oportunidad de vivir una experiencia de comunicación. La radio facilita, entre otras cosas, la mejora del lenguaje. En el ámbito escolar, la radio supone una actividad educativa que puede cumplir con los objetivos académicos. Promover la radio educativa no es estrictamente ofrecer cursos educativos en la radio, sino algo comunicativo y lúdica. Los jóvenes aprecian la música y la canción, que tienen arraigadas en su experiencia como un reflejo de su propio universo. Las nuevas tecnologías asociadas a Internet permiten a la radio ampliar su función educativa a un público más amplio. Esta nueva radio representa una oportunidad eficaz y económicamente viable para los jóvenes de expresarse, de exponer sus conocimientos, sus intereses y sus preocupaciones. El deseo de comunicarse está en el centro de la radio educativa y la interacción con la audiencia nutre la expresión.
La comunicación es un importante motor de desarrollo, especialmente para los niños. En nuestro mundo, la comunicación reposa sobre todo en los medios. Tecnologías como la televisión, los juegos electrónicos e Internet están omnipresentes en el mundo de los jóvenes, pero pueden causar una comunicación puede menos participativa. Antiguamente, los intercambios eran locales o comunitarios, se producían en un entorno inmediato basado en canales tradicionales de expresión. El reto de la comunicación moderna para los niños requiere su participación en proyectos locales integrados en sus experiencias. Las nuevas tecnologías, junto con la miniaturización de los equipos hacen que la radio sea más accesible a los más jóvenes. Los niños sobresalen rápidamente en el uso de estos nuevos medios. Es posible imaginar unos servicios de radio cuyo contenido principal emanaría de jóvenes artesanos (de 4 a 18 años), apoyados por un equipo técnico de adultos respetuosos y responsables. Así, los jóvenes podrían producir y escuchar excelentes programas y sus escuelas o centros comunitarios quedarían conectados en red.

Declaración de los Derechos del Niño, artículo 13
"El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño."
La radio es un medio excelente para los niños, debemos respetar este derecho adquirido y reconocido. Cada gran ciudad de más de 250.000 habitantes debería ofrecer a estos niños una radio educativa y lúdica.

- Michel Delorme
http://www.unesco.org/new/es/unesco/events/prizes-and-celebrations/celebrations/international-days/world-radio-day-2013/youth-radio/radio-for-children/

 

 

 

 

 

10 de febrero de 2015

Trabajadoras domésticas de Pakistán ansían regulación del sector.


Sumaira Salamat, de 40 años y con tres hijos, trabaja todos los días de 10 de la mañana a 2:30 de la tarde en tres casas distintas, en las que realiza diferentes tareas domésticas como barrer, quitar el polvo, lavar platos y ropa, entre otras, por lo que gana unas 3.000 rupias (29 dólares) al mes.
Ella es una de las 8,5 millones de mujeres que trabajan en el servicio doméstico y que diariamente realizan cientos de tareas en casas y apartamentos para mantenerlos limpios y ordenados.
Casi todos los hogares de clase media de Pakistán cuentan con algún tipo de servicio doméstico. Pero las condiciones laborales de las empleadas no están claras, no tienen horario fijo ni beneficios ni jubilación ni contrato. Son comunes los abusos, y las leyes que rigen el trabajo en hogares particulares son imprecisas, según especialistas.
Pero las cosas comenzaron a cambiar. La creación del primer sindicato de trabajadores del servicio doméstico y varios proyectos de ley en el parlamento dan esperanzas de que en breve cambien las condiciones laborales.

Violación de derechos
Salamat vive en la oriental ciudad de Lahore, capital de la provincia de Punyab, desde donde conversó por teléfono con IPS sobre los cuatro años de lucha para asegurar algunos derechos básicos a las empleadas en el servicio doméstico.
"Recién en el último año y medio, estas mujeres se dieron cuenta de qué significa convertirse en una fuerza unida", explicó.
"Queremos que nos reconozcan como trabajadoras al igual que nuestros compañeros en las fábricas y hospitales. También nos gustaría tener una jubilación, pero sobre todo queremos mejores salarios y condiciones de trabajo adecuadas", detalló Salamat.
A muchas las engañan con la promesa de una buena vida y de un salario decente, pero lo que encuentran cuando comienzan a trabajar es muy distinto.
"Cuando nos entrevistan nos presentan un panorama muy prometedor", contó Sonam Iqbal, soltera de 22 años, quien realiza trabajos domésticos desde los 15. "Pero de a poco aumenta el trabajo y ni siquiera podemos protestar", apuntó.
El director del Departamento de Trabajo, Tahir Manzoor, no se atrevió a dar ni siquiera una cifra conservadora de la cantidad de trabajadoras domésticas que hay en Pakistán. "Son bastante invisibles, están aisladas y distribuidas entre miles de casas y apartamentos", explicó.
La Oficina de Estadísticas de Pakistán señala que la mayoría del 74 por ciento de la población activa en el sector informal se dedica a tareas domésticas, lo que incluye a hombres y menores, aunque los especialistas coinciden en que la mayoría son mujeres rurales sin formación que emigran a las ciudades en busca de trabajo.
Pero sus esperanzas de un futuro mejor se frustran cuando se dan cuenta que sus ingresos están por debajo del salario mínimo de 10.000 rupias (unos 97 dólares) al mes como en la provincia de Sindh, con 30 millones de habitantes.

Mecanismos legales
El ministro de Coordinación Provincial presentó en enero una reforma a la Ley de Salario Mínimo para Trabajadores no Capacitados, de 2015, que de aprobarse, lo aumentará de los actuales 97 dólares a 116 dólares al mes en todas las provincias.
Pero no hay garantías de que se aplique para las trabajadoras domésticas pues no existe un mecanismo para fiscalizar su implementación.
De hecho, salvo por la mención de las trabajadoras domésticas en dos leyes, no hay ninguna norma específica que proteja sus derechos en Pakistán, precisó Zeenat Hisam, investigadora del Instituto de Investigación y Educación Laboral.
Las dos normas que las mencionan son el Decreto de Seguridad Social de Empleados Provinciales de 1965, que establece que "las empleadas del servicio doméstico" deben hacerse cargo de la atención médica "a sus expensas"; y la Ley de Salario Mínimo de 1961, que cubre a los trabajadores domésticos.
Sin embargo, "el gobierno nunca notificó el salario mínimo aplicable a las trabajadoras domésticas en el marco de esa ley en los últimos 53 años", remarcó Hisam en entrevista con IPS.

Proteger a mujeres, niñas y niños
En diciembre, la Federación de Trabajadores de Pakistán formó el primer sindicato de trabajadores del sector, con 235 afiliados, de los que 225 son mujeres.
La agrupación quedó registrada en el marco de la Ley de Relaciones Industriales de Punyab, de 2010, y del proyecto Equidad de Género para un Empleo Decente, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), financiado por el gobierno de Canadá.
"La OIT trabaja con Pakistán para lograr cambios en leyes y políticas de acuerdo con el Convenio sobre las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos de 2011 (número 189)", indicó Razi Mujtaba Haider, oficial de programa de la organización.
Ratificado por 17 países, el Convenio garantiza los derechos fundamentales de trabajadores domésticos, como a un empleo seguro y decente. Con unas 52,6 millones de personas empleadas en el trabajo doméstico en el mundo en 2010, el documento abarca a una enorme fuerza laboral dispersa en todo el mundo.
Según Manzoor, el Departamento de Trabajo se concentra "en varias áreas construyendo las capacidades de los trabajadores domésticos para que tengan poder de negociación, elaborando un formulario de contrato entre empleado y empleador, fijando un salario por hora para frenar la explotación, dando beneficios y seguridad social y, lo más importante, limitando el trabajo infantil, en especial de niñas de 14 años o menos".
En Pakistán, un menor es una "persona de menos de 14 años", pero no declara el trabajo doméstico como peligroso.
La asamblea de Punyab está por aprobar la Ley de Prohibición del Empleo Infantil de 2014, que se espera que limite el uso de menores en el servicio doméstico.
Según medios locales, Hamza Hasan, responsable de investigación y comunicaciones de la Sociedad para la Protección de los Derechos de la Infancia, dijo que entre 2010 y 2013 "se denunciaron 51 casos de tortura de menores trabajadores domésticos en diferentes partes del país, que dejó 24 niñas y niños muertos".
Solo en 2013 murieron ocho niños y niñas que prestaban servicios domésticos por agotamiento o abuso, precisó Hasan.

Por Zofeen Ebrahim
http://www.ipsnoticias.net/2015/02/trabajadoras-domesticas-de-pakistan-ansian-regulacion-del-sector/

9 de febrero de 2015

Tacones ufanos.



Siempre pensé que los tacones altos en las mujeres se asemejaban a la ceremonia de elevar a los altares a las que decidían usarlos. Me seducía el rechazo de la aceptación servil de la realidad fisiológica cuando imponía una determinada estatura. Y, sobre todo, llevar tacones altos equivalía a una operación estética ésta sí de gran envergadura, como alterar la estatura de una persona sin tocar para nada su anatomía. Ya sé; el uso prolongado de los tacones provoca cierto desgaste muscular, pero, al igual que ocurre con los semáforos o los interruptores, hay unas veces que están activados y otras, parados o de color distinto. No pasa nada. En los últimos años, no obstante, los tacones altos me han abierto nuevos y fascinantes interrogantes. Siempre me quedo atónito estoy seguro de que a muchos de mis lectores les habrá ocurrido lo mismo cuando, rodeado en la calle por multitud de hombres que deambulan cabizbajos, con ciertos rasgos heredados del antecesor común que compartimos con los chimpancés, se nos cruza de pronto una mujer con tacones altos y mucha marcha. Su caminar es tan rápido que nos deja rápidamente atrás a todos los descendientes del antecesor común del chimpancé y nosotros. En este caso, la intuición me engañó, a pesar de haberla defendido sin cesar como fuente del conocimiento tan válida como la razón; el hecho es que, pensé para mí, el organismo de la mujer disponía de más energía que el de los hombres. No he podido corroborarlo, aunque cualquier aclaración de mis lectores al respecto será bienvenida para el bien de todos, mujeres y hombres.
¿Debo tomar seriamente la sugerencia de una de las neurólogas de Stanford, Estados Unidos, más reconocidas en materia de análisis diferencial entre organismos femeninos y masculinos, incluido el cerebro? Louann Brizendine no lo dudó ni un instante; tras escuchar con una sonrisa mi explicación sobre el comportamiento no idéntico de los dos sexos, sentenció muy seriamente: "Con los tacones tan altos tiendes a caerte hacia delante y, para impedirlo, aceleras la marcha. Vamos más deprisa para no caernos".
Si, en lugar de buscar respuestas a preguntas que no las tienen, miramos lo que está ocurriendo en el mundo, descubrimos muchos procesos que indican una situación muy parecida. Amigas y amigos antropólogos especializados en estudiar el comportamiento de mujeres y hombres en las nuevas y populosas ciudades del mundo São Paulo o Los Ángeles, por ejemplo coinciden en apuntar que las mujeres jóvenes ganan a los hombres jóvenes, no sólo en las clases de la enseñanza media y la universidad, sino también en nuevas disciplinas, como el trabajo en equipo cooperativo; en profesiones relacionadas con la física de las que estaban ausentes en mayor porcentaje las mujeres; e incluso en el trabajo, ganando más concursos o en el matrimonio porque rechazan más ofertas.
En 2010 se celebró el vigésimo quinto aniversario de la entrada de España y Portugal en la Unión Europea. Los Reyes invitaron a todos los que de una manera u otra habíamos participado en la apertura al exterior de este país, enclaustrado hasta entonces. De unos doscientos cincuenta invitados, no había más de diez mujeres y la mayoría eran miembros del Gobierno actual. Fue un rito afable y agradecido que los de ahora recordaran a los que aspirábamos entonces a una España abierta al mundo, pero la celebración en Palacio me trajo a la memoria mi conversación con la neuróloga Brizendine sobre los tacones altos de las mujeres y la diferenciación energética entre los dos sexos. Aquella fotografía del pasado era el reverso de lo que está ocurriendo ahora.

Autor: Eduard Punset - Redes para la Ciencia
http://www.eduardpunset.es/6891/general/tacones-ufanos

4 de febrero de 2015

LAS CONSTRUCCIONES SOCIALES Y “EL CUERPO VIVIDO”.


 



 
 
A pesar de la utilidad de distinguir entre sexo y género, y entre los términos
 
female y feminine, puede que no baste con el mero reconocimiento del


"género" como construcción social. De hecho, la distinción entre sexo y

género puede depender de una aceptación nada crítica de la dicotomía

entre naturaleza y cultura, que considera el cuerpo como entidad fija. Por

lo tanto, podemos infravalorar el impacto que tienen en nuestra experiencia

física del mundo las prácticas institucionales de socialización y culturización,

es decir, nuestras costumbres cotidianas.

Las limitaciones de considerar fundamentalmente el género como una

construcción social se plasman en su incapacidad de reconocer la realidad

material de ser mujer u hombre en un contexto organizativo. En este aspecto,

es de un valor incalculable el trabajo de feministas como Judith Butler,

Iris Marion Young y Elizabeth Grosz, que nos ayudan a comprender que,

aunque admitamos fácilmente que el género es una construcción social

consolidada a través de los discursos y prácticas, no debemos infravalorar

el hecho de que estos discursos y prácticas tienen un efecto muy real en el
 
cuerpo. Judith Butler (1990), en su obra Gender Trouble, argumentó de forma


convincente que el género es una actuación social y que el cuerpo

sexuado se deriva de la misma. Por tanto, el género no es solo un término

lingüístico empleado para referirse a las percepciones socioculturales, sino

que se desenvuelve en el marco de las prácticas de la vida real, y como tal,

los cambios físicos y ajustes del comportamiento corporal se producen

gradualmente a lo largo del tiempo.

En su ensayo "Throwing like a girl", Iris Young (2005) argumenta de manera

convincente que la forma en la que las mujeres utilizan sus cuerpos, o desarrollan

sus habilidades fisicomotoras, depende totalmente de cómo las hayan

orientado físicamente en el mundo desde edades muy tempranas. A las niñas

se les suele decir que son frágiles, que pueden lastimarse más fácilmente que

los niños, que deben buscar ayuda cuando se enfrenten a un desafío físico, o

incluso evitarlo por completo. Por tanto, su experiencia del mundo es la de un

lugar más amenazante, lo que a su vez las lleva a adoptar un tipo de comportamiento

corporal particular, como, por ejemplo, juntar mucho las piernas al

sentarse o andar, cruzar los brazos sobre sus pechos a modo de protección o

llevar los objetos pegados a sus cuerpos. Asimismo, desarrollan unos patrones

más de cooperación que de competición. Estas prácticas no son de

carácter meramente social, sino que provocan cambios reales en los cuerpos

de las mujeres y en su forma de estar en el mundo.

Sin embargo, esto no debe llevarnos necesariamente a sacar conclusiones

deterministas o esencialistas sobre los hombres y las mujeres. Young (2005)

sugiere que debemos comprender la interacción entre la facticidad y la libertad.

La facticidad se refiere a aquellas características y predisposiciones biológicas

con las que nacemos, y que desarrollamos como parte de nuestra

existencia física a lo largo del tiempo, mientras que en la libertad están implicados

aquellos proyectos que nos proponemos conseguir durante nuestras

vidas. Ambos conceptos juegan un papel en nuestra experiencia y nuestras

acciones en el mundo. Young (2005) utiliza la alternativa de Toril Moi a la

construcción de género: el denominado "cuerpo vivido". Dicha autora lo define

como: "una idea unificada de cuerpo físico que actúa y experimenta en un

determinado contexto sociocultural; se trata del "cuerpo in situ". Moi cuestiona

la claridad de la distinción entre naturaleza y cultura, argumentando que

el cuerpo vivido siempre está culturizado. Según Young, cada persona tiene

libertad ontológica para responder ante su facticidad, para construir y expresarse

a través de sus proyectos. Gracias a sus logros, le resulta posible transformar

su entorno y sus relaciones, muchas veces colaborando con otras personas.

Sin embargo, la desafortunada realidad es que muchas personas viven

situaciones en las que su entorno les hace sentirse muy incómodas.

La construcción del "cuerpo vivido" nos ofrece muchas ventajas: socava la

dicotomía de naturaleza frente a cultura, además de llevarnos más allá de

los binomios esencialistas de género mediante la creación de espacios para

la libertad ontológica que podrían funcionar en el diseño de nuestro proyecto

o proyectos de vida. No obstante, Young sostiene que esto no conlleva

que debamos abandonar el concepto de género, dado que este juega un

importante papel en las estructuras sociales, y tiene grandes implicaciones

para la creación o el recorte de las libertades de las personas a la hora de

desarrollar sus proyectos vitales. El "género" es una herramienta conceptual

que nos permite describir y diagnosticar la forma de institucionalizar

las diferencias entre hombres y mujeres, y las relaciones entre ellos. En

este contexto, se crea además el espacio conceptual desde cuyo interior se

puede plantar cara a estos estereotipos.

Lo importante de combinar la construcción del cuerpo vivido con el concepto

de género es que nos permite plantear una serie de cuestiones a

varios niveles. Por una parte, las construcciones de género nos ayudan

a desenvolver los supuestos que respaldan ciertas expectativas de liderazgo

existentes en las empresas, además de los prejuicios que conllevan. Lo

que podemos descubrir es que se asocia una serie de binomios en los cuerpos

de hombres y mujeres de tal manera que se dificulta en gran medida

que los individuos puedan desarrollar patrones más allá de los moldes de

género estereotipados. Sin embargo, si no tuviésemos la categoría de género,

resultaría casi imposible diagnosticar el problema y describirlo de

manera significativa. Para describir cómo actúan en la práctica debemos

remitirnos a los estereotipos de género del hombre/mujer. Las descripciones

de esta índole permiten que surja la resistencia. Por tanto, sería interesante

profundizar en la forma en la que los rasgos masculinos y femeninos

se manifiestan dentro de los papeles de liderazgo institucional, con el fin de

analizar los supuestos y los prejuicios que lo respaldan. Esto podría permitirnos

explorar diferentes modelos y prácticas para modificar gradualmente

la experiencia vivida tanto de hombres como de mujeres.



http://www.juntadeandalucia.es/economiayhacienda/planif_presup/genero/documentacion/Genero_liderazgo_y_organizacion.pdf