9 de marzo de 2015

El Tao de las mujeres.


Los hilos han estado escondidos durante miles de años. Los caminos han sido desgastados por los pies de aquellas que los anduvieron antes. Las historias fueron silenciadas. Las vidas olvidadas. Ahora el silencio se rompe; un coro se eleva. Las mujeres hablan. Emergencia.
Ella se atreve a crear lo extraordinario con lo ordinario. Toma tiras, trozos, restos y hace colchas, cestas, pasteles y familias. Tener y no tener proporciona la tensión para crear. Ella se atreve a crear sin hacer, a tejer sin hilo y a cantar en silencio. Cuando el trabajo de la mujer está hecho, lo deja ir. De esta forma, puede continuar sin ella. Extraordinario.
La mujer que sabe, se ocupa de lo suyo y deja a las demás hacer lo mismo. Todo llega a realizarse cuando nos apartamos del camino de los demás. 
Ha aprendido a distinguir lo que es importante y toma tiempo para visitar a su vecina. Celebra que haya mujeres famosas y honra a todas las demás alegrándose de sus conexiones. Está segura de su lugar en el mundo y hace sitio a las demás. Toda una vida de experiencias la han conducido hasta aquí.
Ella contiene lo que alimenta al mundo. Derramándolo libremente, la mujer sabia sacia primero su propia sed.
La mujer sabia es como una madre; trae al mundo el bien y el mal. La mujer sabia es neutra; abre sus brazos a toda la gente. El Tao es como la mujer sabia; está libre de desviación y permanece equilibrado. Cuanto más da, más tiene. Cuanto más se habla de ella, menos se la entiende.
Permanece centrada, equilibrada.
La mujer sabia recuerda sus orígenes. A menudo vuelve a ellos buscando la renovación y el renacimiento. A los hijos del mundo la Madre Tierra les ofrece un lugar seguro por explorar, una fuente de nutrición y la posibilidad de crecer. La mujer sabia es guardiana del orden natural de la creación.
La mujer sabia mantiene su conexión con todas las cosas al soltarlas.
El niño que se apega a su pecho no se hace hombre. Suelta. La niña que vive de los sueños de su madre no se hace mujer. Suelta. La red que sostiene a la araña no puede verse. Sin embargo, mantiene la conexión que le da libertad y seguridad. Suelta.
Dar a luz. ¿Puedes dar a luz y después soltar? ¿Puedes cuidar de los demás y seguir cuidando de ti misma? ¿Puedes mostrar a otros el camino sin perder el tuyo propio? ¿Puedes proporcionar seguridad y atreverte a arriesgarte a lo desconocido? ¿Puedes calmar el miedo de los niños y quedarte con el tuyo? Todo lo que tocas cambia. Cambias todo lo que tocas. El proceso es creación.
Escalar la montaña o bajarla, tener éxito o fracasar, el proceso es el mismo. Paso a paso. ¿Qué es más difícil? Manteniendo sus conexiones con la tierra, está conectada consigo misma. Cada paso que la mujer sabia da es suelo sagrado.
Si buscas la sabiduría, atrévete a saltar los límites y a salirte de lo establecido. Siéntate junto a las mujeres y hombres que trabajan con sus manos. Participa en la vida. Escucha a los profesores y habla con los demás alumnos. Cierra los libros. Conocimiento no es sabiduría.
Las mujeres sabias caminan junto a nosotras haciendo de hermana, hija, amante, madre, amiga. Hacen lo que hay que hacer y siguen adelante sin obtener reconocimiento.
Las apariencias engañan. ¿Cómo puedes ver sin estar preparada? La mujer sabia no busca reconocimiento, no quiere ser malinterpretada. La mujer sabia sabe sobrevivir. Aparece bajo formas diversas. Si quieres conocerla, comienza ahora. Camina por las calles de la ciudad. Escala las montañas. Lee libros. Habla con las vírgenes. Mira en tu espejo. Está por todas partes.
Debe haber separación antes de que alguien pueda volver. Debe venir el invierno antes de que pueda llegar la primavera. Cada semilla necesita un tiempo para crecer; cada mujer necesita un tiempo para sí misma. La luna crea las mareas. La mujer que está en contacto con su propia naturaleza da la bienvenida al flujo y reflujo de la vida.
En el proceso del nacimiento, la mujer sabia permite a la madre dar a luz por sí misma. Una comadrona retira los obstáculos, crea seguridad, y se quita de en medio. Después del nacimiento, la madre se siente orgullosa del proceso de nacimiento natural. ¨Lo hice yo sola¨ -dice, mientras la comadrona desaparece.
Cuando los aspectos femeninos se olvidan, sólo se oyen historias de hombres. Sin historias de mujeres, sólo nacen héroes masculinos. Cuando la lengua hablada sólo puede ser entendida por la mitad de la comunidad, se pierde la sabiduría de los siglos. No debería ser necesario reinventar la rueda cada generación.
Trabajando desde su centro, la mujer sabia se mueve hacia afuera. Hace lo que hay que hacer. Deshazte de los ¨debería¨ y el trabajo se hará.
Deshazte de los roles y todo el mundo podrá participar. Trabajando desde su centro, la mujer sabia encuentra poca resistencia.
La vida fluye.
Cuando dejas de preocuparte, tus problemas desaparecen. ¿Importa realmente si ganas o pierdes? ¿Importa realmente seguir a la multitud e imitar a otros? Aunque otros renuncian a su identidad para encajar en los moldes, no me importa. Me sitúo junto a los niños en su inocencia.
Aunque otros tienen posesiones, yo permanezco vacía y sin un hogar. Mi mente sigue abierta. Otras mujeres brillan; yo soy opaca. Otras mujeres son agudas; yo soy roma. Otras mujeres tienen un propósito; yo sigo buscando. Vivo sin rumbo como la nieve en una tormenta. Parezco no tener dirección ni meta. Sin embargo, en mi diferencia, estoy sólidamente conectada con la tierra.
No porque se la nombre la luna está domada. Las mareas vienen y van como siempre. Oscuro, impenetrable y misterioso, el poder del reflejo está en proporción directa con el poder del Origen. Uno no puede existir sin el otro. Los obstáculos bloquean.
Confía en tus instintos. Encarnan tus auténticas respuestas a tu entorno.
Cuando la vida trae dolor, abraza tu pena y tu tristeza. Cuando proporcione alegría, celebra tu felicidad. La mujer sabia encarna la gracia de este momento, y después se entrega al siguiente.
Forzándose demasiado a sí misma, llega a romper sus conexiones. Permaneciendo demasiado ocupada, no tiene tiempo. Haciendo por los demás, se descuida a sí misma. Definiéndose sólo a través de los demás, pierde su propia definición. La mujer sabia riega primero su propio jardín.
El ciervo busca la fuente de su propio almizcle, la mujer la fuente de su propio poder. Cuando ella se lo atribuye a otros, los reafirma. Cuando cesa su búsqueda, se da cuenta de la verdad. Imagina los logros que obtendría si comenzara a buscar en casa, dentro de ella misma.
La oscuridad es el origen de la luz. La quietud es el principio del movimiento. La mujer sabia es capaz de viajar sin dejar nunca su casa. 
Incluso cuando hay muchas distracciones permanece centrada en sí misma.
¿Por qué corretearía una mujer sabia como un polluelo? Cuando estás desapegada te olvidas de dónde está tu casa; cuando dejas que otros influyan sobre ti, pierdes contacto contigo misma.
Incluso el desierto guarda regalos para quienes lo cruzan. El camello evoluciona como necesita. Traza tu ruta. Haz el mapa de tu viaje. Pierde tu camino en las curvas y giros de la vida. Sigue el camino menos transitado y llega cada día a tu destino. Estate preparada pero viaja ligera de equipaje.
Celebra el cambio de estaciones en tu vida: Infancia, Adolescencia, Mujer, Bruja. Imita a la Madre Naturaleza como si tuvieras elección.
Todas las cosas tienen su tiempo. No empujes ni bloquees el río; va donde debe ir.
Las mujeres, aventurándose en lo desconocido, crean caminos para quienes vienen detrás. Ser la primera en hacer algo crea oportunidades para que otros también lo hagan. Se vuelve menos arriesgado. Las mujeres sabias recuerdan a sus abuelas, sin embargo siguen su propio camino. Este es el Tao de las mujeres para ser exploradoras.
El silencio es la herramienta de los opresores. ¡Habla! ¿Quién va a decir la verdad si no lo hacemos tú y yo? ¡Habla! Si nadie oye nuestras palabras ¿quién aprenderá nuestra lengua? ¡Habla! Si nadie aprende nuestra lengua, ¿quién nos entenderá? ¡Habla! Si nadie nos entiende, seremos mal interpretadas. ¡Habla! Rodéate de mujeres y di tu verdad. 
Tanto hombres como mujeres te escucharán. ¿Quién romperá el silencio? ¡Habla! ¿Quién enseñará a nuestras hijas si no lo hacemos tú y yo? ¡Habla!
Busca la sabiduría de conocer a otro. Permanece en calma y conócete a ti misma. Inspira. Trabaja para organizar tu vida. Permanece en calma y observa las pautas. Expira. Marca tus prioridades y créate metas. 
Permanece en calma y mira tu camino. Inspira; expira. Inspira; expira.
Permanece en calma. Ahí, entre tus respiraciones, conócete a ti misma.
La luz sigue a la oscuridad; la oscuridad sucede a la luz. Los ciclos lunares sólo reflejan parte de la totalidad; los patrones instintivos hacen eco a la luna. Confía en que tu intuición te lleve a casa. Ni más que la luna, ni menos que el sol. Misterios insondables celebrados por iniciadas hace mucho tiempo.
No hay camino que no haya sido ya andado por las mujeres que vivieron antes. No caminas sola. Deméter, Perséfone, Atenea, Penélope, Diana, Débora, Cecilia. Todas ellas han estado aquí antes que tú. No caminas sola. Sus viajes, sus vidas, sus historias permanecen para guiar tu camino. Escucha a las mujeres que han caminado antes que tú. No te perderás.
Ella permite que su hija sentada a su lado, dé la primera puntada. La mujer sabia no se apresura a deshacerla. Sonríe, acepta y continúa con su propia labor. Las hijas siguen el modelo de las madres. Actúan sabiamente. Las hijas observan.
Haz más haciendo menos. La vida se transforma durante los periodos de inactividad. No hagas nada, y empezarás a comenzar el Tao de las mujeres.
La mujer sabia representa los papeles que le dan pero crea su propio guión. Reconoce la verdad y no intenta mantener ilusiones. No limitándose a sí misma, no culpa a los demás. Es libre de crear sus propias aventuras.
La mujer sabia reconoce la totalidad en cada pequeña parte. Nada se pierde en la vida. Todo tiene su lugar y su parte en el juego. Cada copo de la nevada es único. Cada trozo de la colcha es distinto. Juntos, cubren la tierra. Separados, se pierde el patrón. La mujer sabia ve cada pieza con compasión y esperanza.  Sabe que cada una contribuye a la totalidad como maestra tejedora une las piezas y las partes para crear vida a su alrededor.
Una vez que se han enfrentado los dragones, cruzado los desiertos y se ha despejado el sendero del bosque, es la hora de volver. Elije sabiamente. Reúne tus regalos y recuerda tus lecciones. Ahora eres frágil. Sé delicada contigo.
Desde el exterior: entra. Desde el interior: sal. Las fronteras son permeables pero peligrosas. Los recuerdos son reclamados y las lecciones olvidadas. Busca otras compañeras y di tus verdades, a menos que quieras que se olviden.
Los modos de las mujeres son suaves y pueden superar lo duro. Cuando hay flexibilidad hay espacio para lo nuevo. La suavidad es valiosa.
Cuando el viento sopla, el junco se dobla y así se conserva. Creciendo en la oscuridad, el musgo señala el camino. La mujer sabia, acompañando la corriente, redondea hasta la roca más afilada.
¿Qué es más importante para ti, ser famosa o ser honesta? ¿Qué es lo que valoras más: ser rica o estar contenta? ¿Qué te resulta más difícil: tener éxito o fracasar? Si buscas tu alegría en los demás, no puedes estar contenta. Si tu satisfacción depende de la riqueza, no estarás satisfecha contigo misma. Cuando eres feliz con las cosas tal como son, puedes celebrar lo que tienes. Cuando te haces consciente de que no falta nada, tu mundo está en armonía.
Cuando se trabaja con las piezas, puede ser difícil ver la totalidad. El trabajo puede parecer imposible, pero lo imposible puede suceder. El trabajo diario parece tedioso, pero las tareas finalmente se terminan. Dejando que las cosas ocurran naturalmente, la mujer sabia se hace a un lado.
Cuando no enjuicias tus sentimientos, puedes experimentar un mundo de posibilidades. Confiando en tus emociones, puedes entender el Tao de las mujeres. Cuantos más hechos acumulas, más difícil es entender.
Sin partir, la mujer sabia comienza su viaje. Confía en sus emociones y comprende sin esfuerzo.
Aprendiendo sobre lo sagrado, una se hace consciente de lo profano. Se crea la oposición. Uno se convierte en mejor que el otro. Cuando lo ordinario se convierte en sagrado, se honra cada cosa de la vida. Las tareas cotidianas se convierten en rituales. El hacer y el no hacer son el Tao de las mujeres.
Extendiendo sus lazos familiares, la mujer sabia abraza a toda la humanidad. Obrando con madres en todo lugar, crea pueblos para criar a cada niño. Cuando la familia está confusa, se le culpa a ella y entonces trabaja más. Cuando la familia está en armonía, ella reconoce los logros de los suyos. Ella es la madre de la familia humana.
La mujer sabia se abandona a los ciclos y ritmos de la vida. Sabe que todo debe acabar y es capaz de soltar todas las cosas. No hay fantasías en su mente, ni vanidades en su cuerpo. No tiene ya decidido cuál será su comportamiento; actúa desde la madurez del corazón. No se retira de la vida; es consciente de su propia mortalidad. Sabe que la rosa vuelve a la tierra después de florecer.
Si pierdes el rumbo, permanece tranquila hasta encontrarlo. Hay algo dentro de ti que sabe cuál es la dirección a seguir. Si el camino es ancho, camina junto a los demás. Cuando se estrecha, camina sola. Los puentes que cruzas fueron construidos por alguien que conoce el trayecto.
Cuando muchos son ricos mientras otros pasan hambre y los recursos se gastan en bombas en lugar de en niños, se pierde el sendero, se olvida el rumbo. Mantente tranquila y recuerda. En la quietud encontrarás el camino.
Aquella que vive su vida en el Tao es como una planta joven. El tronco es flexible, la corteza tierna, pero está firmemente enraizada en la tierra. 
No sabe cómo se conciben los niños, sin embargo lleva una nueva vida dentro de sí.  Puede doblarse con el viento eternamente, y no ser arrancada, porque está en armonía con la tierra. Las mujeres sabias tienen inmunidad natural. Dejan que todo fluya, sin trabajo, sin deseos. 
Se olvidan de las expectativas y nunca se quedan sin saber qué hacer. Porque no están perplejas, sus almas viven eternamente.
Si te importan los hombres y mujeres, hazte consciente del Tao. Cuando dejas de esforzarte y sueltas al otro, la vida se hace cargo de sí misma.
Cuantas más reglas hagas, menos gente las seguirá. Cuantos más objetos tengas, menos segura te sentirás. Cuanto más cuides de los demás, menos cuidarán de sí mismos.
La mujer sabia dice: "Olvido las reglas, y la gente sigue las suyas propias. No controlo el dinero y la gente gana el suyo propio. No predico ninguna religión y la gente se hace más espiritual. Me olvido de hacer mejores a los demás y la gente se hace buena por sí misma".
La mujer heroica, llevando una vida normal, logra lo extraordinario.
Generaciones de mujeres enseñando a los niños, cultivando alimentos, confeccionando prendas, creando hogares. ¿Qué podría ser más heroico?
Cuando se trata a las mujeres con respeto, todas las personas son respetadas. Cuando se las oprime, todos nos volvemos reprimidos y falsos. Cuando lo detentan el poder tienen grandes expectativas, se dan resultados inferiores. Cuando intentas animar a la gente, la preparas para el descontento. Cuando intentas que la gente sea honrada, dispones los cimientos de la falsedad.
La mujer sabia es feliz de ser un modelo y no intenta controlar a los demás. Tiene filo pero no apuñala a otros. Es directa pero humilde. Brilla y resplandece pero no ciega. Por encima de todo, respétate a ti misma. Entrega tu tiempo, tu energía, tu dinero, pero no tu alma.
Cuando vives para otra persona, no tienes vida propia. Cuando te entregas, no queda nada. ¿Quién respetará a quienes no se respetan a sí mismas?
Los ríos y arroyos son acogidos en el mar. Aceptando a todos, nadie queda fuera. Cuando una sabe que es parte de algo más grande que ella, se puede relajar. El río se desborda cuando sus orillas son rebasadas. Respeta tus límites; simplemente haz lo que puedas hacer.
Las costumbres de las mujeres son fundamentales para el mundo. Las mujeres sabias las valoran; la gente necia las evita. Los premios se otorgan al trabajo excepcional; el honor puede alcanzarse destacando; sin embargo, las costumbres de las mujeres están por encima de cualquier recompensa y no pueden ser compradas o ganadas.
Cuando halles una mujer extraordinaria, siéntate a su lado. Observa y escucha cómo teje sus historias dentro de tu vida. ¿Por qué valoramos a nuestros mayores? Porque conservan las historias que conectan nuestras familias.
Sé sin hacer; trabaja sin tensión. Piensa en el individuo como ser universal y en todas las mujeres como tu familia. Enfrenta lo difícil mientras aún es fácil. Completa grandes tareas con un gran número de pequeñas acciones. La mujer sabia no espera grandeza se vuelve grande ante la adversidad. Atiende a los detalles y el problema se resuelve.
Lo que ya ha comenzado es fácil de mantener. Lo nuevo es fácil de cambiar. Lo rígido es fácil de romper. Lo que está suelto puede ser desmembrado. Es más fácil prevenir antes de que comience la dificultad. La planificación y el orden se dan antes de empezar. El roble crece de la bellota. Un largo viaje se inicia con un solo paso. Cuando los comienzos son apresurados, el resultado es el fracaso. Intentando controlar se pierde el control. Forzar un final destruye la consumación natural.
La mujer sabia actúa participando en el desarrollo. Permanece serena en el proceso.
Las mujeres sabias no intentan cambiar a la gente, pero ofrecen un ejemplo de supervivencia. Cuando la gente cree que conoce el camino correcto, es difícil de cambiar. Cuando la gente entiende que no sabe, entonces puede empezar a cambiar. Si quieres aprender sobre mujeres, no intentes controlarlas o dirigirlas. El camino ordinario es el más simple. Cuando estás en paz con lo obvio, puedes ayudar a la gente a encontrar el camino de su auténtico yo.
Trabajando en armonía con los demás, la mujer sabia puede lograr grandes cosas. Este ha sido siempre el camino de las mujeres. Coser colchas, hacer cestas, cultivar alimentos, la comunidad es una familia.
El aislamiento no es sano para el individuo o la comunidad. Es mejor recordar las antiguas formas.
Según pasa la vida la mujer sabia se enfrenta a tres tareas: aprender a conocerse a sí misma, aprender a confiar en sí misma y aprender a asumir riesgos. Conociéndose a sí misma, aprende a conocer a los demás. Confiando en sí misma, aprende a confiar en los demás.
Asumiendo riesgos, adquiere el coraje de dejar ir. La mujer sabia recibe los mejores regalos de sí misma.
 
Extraído del libro El Tao de las Mujeres
de Pamela K. Metz y Jaqueline L. Tobin.
Texto compilado y digitalizado por Germana Ailén Martin Pereira, artista, coordinadora talleres de autoconocimiento y creatividad, poeta, docente.