1 de junio de 2016

LAS MUJERES Y LA DEMOCRACIA.



La democracia requiere que se escuchen las voces y los intereses de los ciudadanos, y que se delibere y legisle al respecto. Las mujeres constituyen la mitad de la población mundial y, por ende, su voz debe ser escuchada en el proceso democrático. La democracia necesita a las mujeres para preservar su autenticidad y las mujeres necesitan la democracia para cambiar los sistemas y las leyes que les impiden, y le impiden a las sociedades en su conjunto, lograr la igualdad.

Es mediante la representación democrática que pueden estar representados los intereses de las mujeres y pueden oírse sus voces. El Artículo 7 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) reitera la importancia de la representación de las mujeres en la vida política de sus países:

«…los Estados Partes garantizarán a las mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a::
(a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas;
(b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales.»
El papel de las mujeres en los procesos democráticos se acentúa más en la resolución aprobada por la Asamblea General en 2011, sobre la participación política de las mujeres (A/RES/66/130), en que se reafirma «que la participación activa de la mujer, en pie de igualdad con el hombre, en todos los niveles de la adopción de decisiones, es indispensable para el logro de la igualdad, el desarrollo sostenible, la paz y la democracia».

Pese a esos adelantos normativos, esos objetivos, por universales que sean, siguen siendo inaccesibles para muchas mujeres. El progreso ha sido demasiado lento en cuanto a acrecentar las cantidades de mujeres en cargos representativos. Sólo el 22 porciento de los parlamentarios son mujeres, en la actualidad, lo que representa, un lento crecimiento con respecto al 11.3 de 1995. En enero de 2015, 10 mujeres eran Jefe de Estado y 14 Jefe de Gobierno, y sólo el 17 por ciento de los ministerios estaban en sus manos, la mayoría en áreas de política social, educación y familia. Las mujeres además están deficientemente representadas en los órganos locales de adopción de decisiones, como alcaldesas o como miembros de los consejos municipales.

Las mujeres siguen insuficientemente representadas en los puestos electivos. Los países, en su mayoría, están lejos de alcanzar el "equilibrio de género" del 30% propuesto en 1995 en la Plataforma de Acción de Beijing. Las instituciones políticas—desde los partidos políticos hasta las comisiones electorales—suelen carecer de capacidad para asegurar que los intereses de las mujeres se expresen y se incorporen en las políticas públicas. Las instituciones encargadas de la rendición de cuentas no aseguran sistemáticamente que los funcionarios ejecutivos se responsabilicen ante las mujeres por las deficiencias en la protección de los derechos de la mujer o la respuesta a sus necesidades.

En situaciones posteriores a conflictos, es más evidente la falta de acceso de las mujeres a las instituciones democráticas y los procesos democráticos. En la resolución 1325 del Consejo de Seguridad se exhorta a los Estados Miembros a que acrecienten la representación de las mujeres en todos los planos de adopción de decisiones. En respuesta, en los países donde las Naciones Unidas llevan a cabo operaciones de mantenimiento de la paz, el Departamento de Operaciones para el Mantenimiento de la Paz y el Departamento de Apoyo a las Actividades sobre el Terreno intervienen a fin de facilitar la participación de las mujeres en los procesos políticos y la inclusión de las mujeres en las estructuras de gobernanza.

Cuatro prácticas fundamentales para asegurar la efectiva participación política de la mujer

Los aldeanos leen material electoral de instrucción proporcionada por la Misión de las Naciones Unidas en Liberia
Una mujer sostiene su dedo manchado de tinta
como prueba de que ha ejercido su voto en las
eleciones nacionales de Liberia en el 2011.
Foto de la ONU / Staton Winter
1. Asegurar que las elecciones, tanto locales como nacionales, sean imparciales y de libre acceso para las mujeres.
Promover medidas especiales transitorias, como establecimiento de cuotas, sanciones aplicables a los políticos que no cumplan las normas, exención de pago de derechos en el trámite de presentación de candidaturas, acceso a los medios públicos de difusión, y acceso a recursos públicos, a fin de acrecentar la participación de las mujeres, tanto en calidad de funcionarias electas como de funcionarias designadas en instituciones políticas. Asegurar losl procesos de empadronamiento para posibilitar que las mujeres ejerzan su derecho democrático al voto. En colaboración con órganos de gestión electoral y con partidos políticos, considerar la adopción medidas para responder a los factores que impiden la participación de las mujeres en política (violencia contra la mujer, prejuicios de género en los reportajes en medios de difusión, prácticas no transparentes de los partidos políticos, falta de financiación de campañas políticas).

2. Apoyar a las organizaciones de la sociedad civil de mujeres a fin de promover los intereses de la mujer
Proporcionar asistencia a la elaboración de temarios para políticas colectivas, por ejemplo, Cartas de la Mujer, o a la celebración de Convenciones Nacionales sobre la Mujer. Las mujeres comparten prioridades, por encima de cualquier diferencia que puedan tener. Esas prioridades compartidas pueden ser las relativas a su derecho a ocupar cargos públicos o a tener acceso a servicios mejorados de atención de la salud y cuidado de los niños. Es importante que las mujeres coordinen acciones, creen coaliciones, colaboren y aseguren la emisión de mensajes en común en tiempos de cambio. Fomentar la capacidad e impartir cursos de capacitación y desarrollo de aptitudes prácticas, a fin de promover aptitudes de gestión y comunicación, así como las capacidades de organización interna de los grupos y movimientos de mujeres

3. Fomentar en las instituciones públicas la rendición de cuentas en cuanto a la vigencia de los derechos de la mujer.
Asegurar que los procesos de revisión constitucional consideren las repercusiones de las estructuras de instituciones políticas, judiciales y otras instituciones públicas sobre la participación de las mujeres, así como sobre el ejercicio de sus derechos sociales, políticos y económicos. Velar por que las revisiones constitucionales aseguren la armonización con las normas internacionales de derechos humanos. Promover mecanismos de rendición de cuentas y reforma de la gobernanza que respondan a las necesidades de las mujeres; por ejemplo, prestación de servicios que tengan en cuenta las cuestiones de género, acceso a la justicia, presupuestación y acceso a la información. Asegurar que se establezcan procesos de responsabilización por conducto de los cuales las autoridades públicas rindan cuentas de su desempeño con respecto a los compromisos nacionales en pro de la igualdad entre los géneros y los derechos de la mujer.

4. Apoyar a las mujeres líderes políticos a fin de ampliar su influencia.
Apoyar el desarrollo de aptitudes y capacidades, tanto en las candidatas como en las líderes electas. Este apoyo abarca la capacitación con fines de adquisición de aptitudes (debate y modalidades del lenguaje parlamentario, promoción), así como las aptitudes con respecto a la incorporación de las cuestiones de género, los compromisos internacionales en pro de la igualdad entre los géneros y las estrategias que pueden ser útiles. El apoyo también abarca la promoción de mecanismos, entre ellos los agrupamientos de mujeres parlamentarias o las redes de mujeres en las instituciones de servicio social, así como la creación de mecanismos gubernamentales dotados del mandato, las capacidades y la ubicación en el gobierno que posibiliten una eficaz promoción de políticas favorables a los intereses de la mujer. Considera la posibilidad de dar formación a los hombres en los principios y la práctica de la perspectiva de género y el empoderamiento de las mujeres.

Tareas que realizan las Naciones Unidas – Éxitos recientes

Afganistán: en el 2014 la Misión de las Naciones Unidas en ese país, UNAMA, dedicó grandes esfuerzos para sensibilizar al público sobre la importancia de las mujeres en la política. Como resultado, el Gobierno tomó medidas concretas para que las mujeres garantizasen la seguridad en las mesas de votación y para que estas mesas contaran con observadoras. La presencia de las mujeres fue un indicador directo del aumento del nivel de confianza, reflejado en los votos emitidos.

Ecuador: El programa prestó apoyo técnico al Grupo Parlamentario por los Derechos de la Mujer para establecer mecanismos de diálogo entre las organizaciones de la sociedad civil, las militantes en partidos políticos, y las mujeres miembro de la Asamblea Nacional para asegurar la armonización de la legislación nacional con la Constitución de 2008 de conformidad con el Convenio sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). ONU-Mujeres jugó un papel importante en la convocatoria para la firma de un Memorando de Entendimiento entre la Asamblea Nacional y el sistema de las Naciones Unidas para incorporar la perspectiva de género y derechos humanos dentro de la reforma legal.

Haití: la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización (MINUSTAH), ONU-Mujeres y el PNUD, con el apoyo de USAID, ayudaron a establecer una oficina para la igualdad de género en el parlamento y llevar a cabo conversaciones que culminaron en un Plan de Acción para la promoción de la participación de las mujeres en las próximas elecciones.

Liberia: la misión de la ONU en ese país (UNMIL) apoyó a la organización no gubernamental WONGOSOL (Women NGO Secretariat of Liberia) en un proyecto para "allanar el campo a la participación de las mujeres en el Gobierno de Liberia'. El proyecto tuvo como objetivo el promover una perspectiva de género y gobernabilidad incluyente en Liberia, mediante la identificación de los obstáculos y desafíos que impiden la plena participación de las mujeres. En el 2015, ONU-Mujeres también llevó a cabo una misión en el país para apoyar a los actores nacionales (Comité de Revisión Constitucional, Ministerio de Género, Infancia y Protección Social, Organizaciones de la Sociedad Civil y la Unión de las Mujeres para la Revision Costitucional de los Equipos de Trabajo) en el proceso de revisión constitucional. Los resultados de la misión incluyeron la presentación de las disposiciones constitucionales de igualdad de género, relacionadas con los derechos de las mujeres y los niños; la paridad en la representación en las asambleas nacionales y locales; el desarrollo de una hoja de ruta acordada con los socios; y el fortalecimiento de capacidades de los representantes de los medios de comunicación para una cobertura con perspectiva de género.

Malawi: Siguiendo el apoyo electoral del programa en el 2014, una red de destacadas mujeres, formada por ciudadanas jubiladas, profesionales y líderes religiosas, fue establecida para apoyar la participación política de las mujeres en Malawi. La red ayudó a promover la prevención de conflictos y a difundir la campaña "HeforShe" de ONU-Mujeres que tiene por objetivo que los líderes políticos rindan cuentas siguiendo los acuerdos de igualdad de género incluidos en los manifiestos de sus respectivos partidos. La red proporciona asesoramiento y orientación a las recientes mujeres electas y a las candidatas en preparación para las elecciones de 2019.

Marruecos: ONU-Mujeres continuó apoyando el cumplimiento de las disposiciones de igualdad de género establecidas en la Constitución de 2011, a través del desarrollo de la reforma jurídica con perspectiva de género, mecanismos de supervisión; y apoyo técnico al Grupo de Parlamentarios para la Igualdad. También representó y proporcionó experiencia local, de conformidad con el Convenio sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, en la revisión y armonización de proyectos de ley que se debaten en el Parlamento (entre otros, el de Elecciones Municipales y Regionales y la Lucha contra la Discriminación).

Paraguay: ONU-Mujeres, en coordinación con el Centro de Documentación y Estudios y la ONG Decidamos, convocó un Diálogo Nacional que se desarrolló de junio hasta octubre de 2014, y en el que promovió la creación de instituciones políticas inclusivas y el establecimiento de un grupo de trabajo para la igualdad democrática con representación de mujeres de partidos políticos , organizaciones de mujeres y Redes de Mujeres Municipales. El grupo de trabajo elaboró un proyecto de ley sobre la igualdad democrática. ONU-Mujeres está llevando este diálogo político a nivel municipal y apoyará la capacitación de las mujeres candidatas antes de las elecciones municipales.

Tanzania: ONU-Mujeres apoyó a la coalición de la mujer (compuesta por 50 Organizaciones de la Sociedad Civil), con representantes de diferentes afiliaciones políticas en todo el país. Esto dio como resultado un mayor apoyo a las demandas de igualdad de género en el proceso de revisión de la constitución. Del 13 al 17 de abril de 2015, más de 400 mujeres se reunieron en Dodoma, sede de la Asamblea Constituyente, para exigir la aprobación de los 12 temas sobre género acordados en el segundo proyecto de constitución. Logrando una representación de 50/50, el Cónclave de Mujeres en la Asamblea Constituyente, ha sido elogiado como la coalición más organizada.

En el Mantenimiento de la paz: Como resultado de los esfuerzos para integrar la dimensión de género en los procesos electorales y para garantizar la seguridad de votantes y candidatas se ha producido un aumento de la participación de las mujeres como votantes y como candidatas en las elecciones.

Como parte de los eventos para conmemorar el aniversario de la Resolución 1325 sobre Mujer, Paz y Seguridad (2010), el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, ONU-Mujeres, el Departamento de Asuntos Políticos y el PNUD convocaron unas Jornadas de Puertas Abiertas que permitieron a las mujeres de la República Democrática del Congo, Nepal, Afganistán, Liberia, Guinea Bissau, Kosovo y Somalia, entre otros países, poder hablar con los dirigentes de las misiones y del gobierno. Las mujeres expresaron colectivamente sus preocupaciones sobre los desafíos a la participación política, social y económica de las mujeres y presentaron sus puntos de vista sobre el impacto de la construcción de la paz y la reconstrucción de sus vidas. Uno de los resultados de las Jornadas de Puertas Abiertas fue el llamado mundial para incrementar el empoderamiento político de las mujeres y su participación en todos los niveles de toma de decisiones.

http://www.un.org/es/globalissues/democracy/women.shtml