Desde mediados de los sesenta del pasado siglo un número de mujeres artistas de diversos países como Ana Mendieta, Marina Abramović, Esther Ferrer u Orlan, entre otras muchas, han venido utilizando sus cuerpos desnudos como medio de expresión personal, con ello reivindican quiénes son y cómo son percibidas en su relación con el mundo.
Your Body Is a Battleground (Tu cuerpo es un campo de batalla) es uno de los eslóganes más conocidos en el mundo feminista, pese a ser de 1989. Con estas palabras la norteamericana Barbara Kruger atacó los estereotipos admitidos por la historia del arte, mientras ese mismo año el discurso de las Guerrilla Girls decía en un gigantesco cartel frente al MET de Nueva York Do Women Have To Be Naked To Get Into the Met. Museum? (¿Las mujeres tienen que estar desnudas para entrar en los museos?) sobre la imagen de reconocible pese a llevar una careta de gorila de a “Gran Odalisca” de Ingres. como ejemplo claro la tradición iconográfica del desnudo femenino. Con esta obra retomaron la reivindicación de la propiedad del cuerpo de la mujer tanto como sujeto pasivo y como lo siguen realizando muchas de las artistas activistas.
La sociedad de consumo ha convertido al cuerpo femenino en el objetivo de los propósitos más violento del neocapitalismo
Por otra parte, la sociedad de consumo ha convertido al cuerpo femenino en el objetivo de los propósitos más violento del neocapitalismo, la perfección exigida socialmente solo pueden permitirse las naturalezas extremadamente privilegiadas o las mujeres que pueden disponer de una renta muy superior a la media, en definitiva la alta cosmética, la cirugía plástica, los entrenadores personales, las firmas de alta costura… son un lujo para ricas, y digo bien “ricas” porque aunque parece que el hombre está dando pasos de gigante para aproximarse al mundo del cuerpo perfecto, las estadísticas aun les deja a mucha distancia.
Preocupa especialmente el mundo adolescente, ya que el proceso de convertirse en un cuerpo adulto está socialmente mal visto, pese a no haberse encontrado aun a día de hoy la fuente de la juventud eterna y es en ese mundo, en el que se mueven las más jóvenes, la influencia que tienen los medios de comunicación y especialmente la publicidad, es verdaderamente preocupante ya que consiguen llevar al desprecio y a la ridiculización todos los cuerpos y aptitudes que no se ajustan a los cánones que ellos mismos imponen, despreciando el respeto tan necesario para su propio cuerpo y dejando secuelas psicológicas difíciles de superar.
Con idea de reivindicar la dignidad del cuerpo, tal y como se hizo hace más de ochenta años, artistas españolas siguen trabajando para volver a la realidad la imagen de la mujer lejos de estereotipos, falsos cánones y visiones idealizadas y trasnochadas. En la exposición “Haciendo cosas normales” de la artista abulense Yolanda Lalonso, podemos ver representada a la mujer “de talla grande” que más se ve obligadas a asumir su corpulencia e intentar apartarse de los convencionalismo para aparecer desnuda en tintas negras y poder sentirse como una mujer completa, poderosa y feliz.
“Hacía cosas normales, ajena al horror que despertaban las formas de mi cuerpo”
Convertidas en el eterno objeto de deseo masculino, las obras de Yolanda se alejan poderosamente de las características consideradas como bellas, evidenciando mujeres que se encuentran a veces casuales, en otras plácidas y en otras provocativas, pero siempre indiscutiblemente poderosas y que el espectador podría adivinar como autorretratos. Dice la artista que “un día de verano normal, en un mundo aparentemente normal, sentí la necesidad de escapar de aquellos que me contemplaban. Me armé de pincel y tinta china y comencé a disparar, asegurándome mi propio lugar”.
“Haciendo Cosas Normales” es un proyecto de obra gráfica en el que la tinta negra delimita un trazo, un ritmo y una expresividad que demuestran la gran dibujante que se esconde, mostrando unas imágenes llenas de valentía y sensibilidad no exentas de denuncia social y todo ello en unos espacios apenas esbozados que nos evocan los atardeceres de la costa mediterránea.
Por Concha Mayordomo
http://tribunafeminista.org/2016/11/tu-cuerpo-es-tuyo/