Las luchas de las mujeres son luchas de clase. La lucha feminista es lucha de clase. Es, además, una lucha básica del género humano: la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. Las luchas de las mujeres son luchas de clase, pero, también, son luchas por el empoderamiento personal y soridario; por eso estas luchas suelen ser reprimidas con más saña, en la empresa, en los movimientos sociales, en el interior de los hogares.
No es casual que los derechos de las mujeres en el mundo del trabajo sigan marcados por la precariedad o, directamente, por la violación de derechos humanos básicos como la vida, la integridad o la dignidad. La reivindicación de igualdad en el mercado de trabajo entre mujeres y hombres es de las más importantes y urgentes a las que nos enfrentamos. La brecha de derechos sólo se combate desde la prioridad a los derechos de las mujeres. «El lugar de las mujeres en cada sociedad marca el nivel de civilización de esta sociedad», decía Elisabeth Cady Stanton.
No es casual que el mercado de trabajo, a las puertas del 1 de mayo, siga caracterizado por la precariedad en los sectores feminizados. Según los últimos datos de la EPA, la pérdida de ocupación afecta, casi totalmente, a las mujeres, que pierden 11.500 trabajadoras, mientras que en los hombres supone una pérdida de 900 trabajadores. Una muestra más de la debilidad y la precariedad extrema del empleo de las mujeres que está sometido a una inaceptable volatilidad. Nueve de cada diez ocupaciones perdidas en Alicante han sido de mujeres: claro y transparente un mercado laboral machista.
Las luchas de las obreras son luchas contra el abuso patronal y legal, pero, además, son luchas contra la masculinidad hegemónica en la clase obrera. De ahí que cada minuto sea más necesario, más urgente, que las mujeres tomemos los sindicatos, los partidos, las entidades sociales? y los convirtamos en reales y efectivos instrumentos feministas de lucha de clase. Camareras de piso, empleadas del hogar, producción textil, calzado, limpiadoras? son sectores que ven pisoteados los más elementales derechos y dignidad. Es el momento de seguir reivindicando. Es el momento de esforzarnos en desarrollar una verdadera corresponsabilidad que permita el mismo grado de libertad para conseguir una participación igualitaria en los espacios sociales, sindicales, políticos que cada una y uno quiera. Es el momento de reforzar el reconocimiento de la acción de las mujeres, de nuestra autoridad. Es el momento de poner en valor el trabajo por la igualdad real y efectiva que llevamos haciendo desde hace mucho, mucho tiempo. Es el momento, además, de remover los obstáculos necesarios para tener unas instituciones sanas e igualitarias, un sistema judicial que sea justo y que no siga dictando sentencias que criminalizan a las mujeres, no protegiéndolas y dando cancha a la violencia patriarcal.
María Candelas Sanchiz
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2018/05/01/tiempo-ganar-igualdad-1-mayo/2015529.html